Sri Lanka
El contexto
Desde que en 2009 terminó el conflicto que por 26 años afectó al país, Sri Lanka ha logrado importantes avances en materia social y económica. El crecimiento económico ha sido rápido, y en 2018, se registró un aumento del PBI real del 3.2 % en comparación con el año anterior que fue del 3.4 %. Este crecimiento económico clasificó a Sri Lanka como un país de ingresos medios-bajos con un PBI per cápita de USD 4.103. En menos de 10 años el índice de recuento de la pobreza se redujo en más de la mitad y llegó a 6 %.
Más del 82 % del total de la población del Sri Lanka vive en las zonas rurales y la agricultura sigue siendo el pilar de la economía. Cuatro quintas partes de la población pobre del país dependen del sector rural. Casi la mitad de la población rural pobre se dedica a la agricultura en pequeña escala.
El té y el caucho han contribuido de manera sustancial a la economía nacional. Los pequeños productores de té aportan el 70 % de la producción total de té del país, y las pequeñas explotaciones de caucho cultivan el 62 % de las tierras dedicadas a este cultivo.
Un importante desafío es la tasa de desempleo entre los jóvenes, que triplica con creces la de la población en general.
La estrategia
El FIDA tiene más de 30 años de experiencia en Sri Lanka. Apoyamos las políticas del Gobierno dirigidas a alcanzar la seguridad alimentaria, asegurar ingresos más altos y sostenibles para los agricultores, mejorar la producción y la productividad y gestionar de forma sostenible el medio ambiente.
En el marco de estas orientaciones normativas, nuestros programas y proyectos promueven una amplia participación del sector privado y de las industrias pequeñas y medianas vinculadas a la agricultura, la pesca, la cría de ganado y el sector de los cultivos de plantación.
El programa del FIDA sobre oportunidades estratégicas nacionales de 2015 persigue los siguientes objetivos:
- ayudar a los pequeños productores a aumentar su productividad de manera sostenible reduciendo la degradación de los recursos naturales —principalmente la tierra—, mejorando las tecnologías agrícolas y creando oportunidades en otros sectores, sin dejar de lado la creciente interconexión entre el crecimiento urbano y el rural y la creación de empleo;
- empoderar a las mujeres pobres de las zonas rurales para que accedan a los mercados ampliando la escala del desarrollo de las cadenas de valor, estableciendo asociaciones entre el sector público, el sector privado y los productores y movilizando productos financieros innovadores adaptados a las necesidades de la población rural pobre del país.
Datos sobre el país
Más del 81 % de la población de Sri Lanka vive en zonas rurales; cuatro quintas partes de la población pobre del país dependen del sector rural; y casi la mitad de la población rural pobre está compuesta por productores en pequeña escala.
La agricultura emplea a 28 % de la población activa, y la mayor parte de la producción agrícola del país corresponde a los productores en pequeña escala.