Restaurar los servicios de los ecosistemas en los Andes peruanos

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Restaurar los servicios de los ecosistemas en los Andes peruanos

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En la zona de los Andes del Perú, los productores rurales (o campesinos, como se les conoce) se ganan la vida a una elevada altitud, en competencia con el sol abrasador, las lluvias estacionales y cada vez más variables, la nieve y el frío extremo.

Gracias al apoyo del proyecto para la Conservación y Uso Sostenible de los Ecosistemas Altoandinos, financiado por el FIDA, también se están transformando en los administradores de los ecosistemas de los que dependen. Sus acciones están ayudando a restaurar las tierras degradadas de la región y a mejorar la seguridad hídrica, lo que también protege sus medios de vida.

Un grupo camina por la cuenca del río Cañete para realizar el seguimiento de la restauración de los humedales.(Comunidad Campesina de Laraos)

Un 90 % de quienes residen en las cuencas de los ríos Cañete y Jetequepeque dependen de estas masas de agua, de los arroyos y los humedales circundantes y de los pastizales autóctonos para cultivar hortalizas (papas, trigo, frijoles, maíz, ulluco y oca), así como para criar ganado.

Estas regiones acusan elevados niveles de pobreza extrema. Además, en la zona de los ríos Cañete y Jequetepeque hay unas 10 000 hectáreas de ecosistemas degradados, lo que implica que la capacidad de las cuencas fluviales de brindar servicios ecosistémicos —en particular un suministro constante de agua a lo largo del año— está gravemente restringida. Por ende, estas regiones ocupan un lugar prioritario en la agenda ambiental del Gobierno del Perú.

“Lo que nos gustaría es que en el futuro se mantenga el número de lagos y masas de agua de la zona”, señala Luis López, de la Asociación de Productores Agropecuarios ABC. “Y la única manera de lograrlo es mediante iniciativas de reforestación y conservación, que contribuirán a la sostenibilidad y el desarrollo de nuestra comunidad”.

Los grupos comunitarios desean potenciar la seguridad hídrica y preservar sus medios de vida mejorando las condiciones de los ecosistemas.(Comunidad Campesina de Laraos, cuenca del río Cañete).

El FIDA ha invertido USD 1,6 millones para cooperar con los grupos comunitarios a medida que restauran y conservan casi 15 000 hectáreas de bosques autóctonos, pastizales y hábitats en los humedales altoandinos. Entre las iniciativas, cabe mencionar actividades de reforestación con especies autóctonas, cercado y uso sostenible de los pastizales e instalación de barreras en las zonas de humedales.

Mediante los Mecanismos de Retribución por Servicios Ecosistémicos, que en el Perú se conocen como MERESE, los usuarios finales de estos servicios retribuirán a las poblaciones rurales que se encargan de mantenerlos desde su inicio. Este sistema promueve los esfuerzos constantes para gestionar de manera sostenible los ecosistemas locales, entre otras cosas mediante la adopción de prácticas de conservación y restauración adicionales a las que se llevan adelante en el marco del proyecto.

La instalación de sistemas silvopastorales con especies autóctonas de árboles (sauco y alder) ha contribuido a mejorar las condiciones de los pastizales. (Asociación de Productores Agropecuarios El Ingenio del Perú, cuenca del río Jequetepeque).

Los grupos comunitarios de las cuencas de ambos ríos han fortalecido sus capacidades para presentar propuestas y ejecutar iniciativas dirigidas a restaurar, conservar y usar de manera sostenible los ecosistemas locales. Esto deja a los grupos en una mejor situación para desarrollar actividades que no solamente mejoren sus medios de vida, sino que aumenten sus ingresos. Cuando la salud de los ecosistemas de los que dependen mejora, también lo hace su productividad.

“Al haber mejorado los pastizales que usamos para alimentar a nuestras vacas, hemos aumentado nuestra producción de leche, y ahora obtenemos más dinero por su venta”, dice Zela Guevara, de la Asociación de Productores Agropecuarios El Ingenio del Perú, un grupo comunitario de Jequetepeque.

Mejorar el estado de los pastizales locales ha permitido a los grupos comunitarios aumentar su productividad.(Asociación de Productores Agropecuarios El Ingenio del Perú, cuenca del río Jequetepeque).

“Debemos lograr que la infraestructura natural sea la principal actividad para el desarrollo de nuestro país”, señala Gabriel Quijandría, Ministro del Ambiente del Perú. “En particular, las inversiones en infraestructura natural nos permitirán garantizar la sostenibilidad del agua. Tenemos la firme convicción de que la seguridad hídrica solo podrá alcanzarse mediante una correcta gestión de los recursos naturales, una que valore el uso del agua y su relación con la economía y garantice el acceso de todas las personas a este valioso recurso”.

Como legado, el proyecto dejará un fondo de USD 2 millones para garantizar que las iniciativas de restauración y conservación no se interrumpan y velar por su mantenimiento, seguimiento y supervisión.