¿Cómo es la vida de los productores cerca de la frontera entre la República de Moldova y Ucrania?

La pequeña aldea de Saharna Nouà se ubica a orillas del río Dniester, al este de la República de Moldova. En la otra orilla del río se encuentra la región de Transnistria y, más allá, la frontera con Ucrania.

El Programa de Resiliencia Rural del FIDA viene trabajando con los productores en pequeña escala de Saharna Nouà desde 2017. La aldea sufría sequías recurrentes —un problema especialmente grave si se tiene en cuenta que las nueces, un cultivo que requiere gran cantidad de agua, son uno de los principales pilares de la región. En el marco del programa se construyó un sistema de riego que bombea agua desde el río Dniester hasta un embalse situado en lo alto de una colina, de modo que los campesinos locales pueden disponer del agua según necesiten.

La última vez que hablamos con Ion Mihailà, economista local, además de productor de nueces, se mostró entusiasmado con el nuevo sistema. “Esperamos aumentar la productividad en un 30 %”, nos contó. “También esperamos que las nueces sean más grandes y homogéneas, lo que atraerá a más compradores”.

Sin embargo, aunque el programa ha contribuido a aumentar la resiliencia al cambio climático de los productores de Saharna Nouà, los efectos colaterales de la guerra en Ucrania están a punto de poner a prueba su resiliencia a las perturbaciones en las cadenas de suministro y los mercados.

La República de Moldova ya está sufriendo los efectos de la guerra en el país vecino. Desde que estalló, los moldavos han abierto sus fronteras, sus hogares y sus corazones a más de 460 000 refugiados (al 18 de mayo de 2022). El país también acoge al mayor número de refugiados ucranianos per cápita del mundo. El Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, ha elogiado el extraordinario ejemplo de humanidad y solidaridad de la República de Moldova.

Antes de que estallara la guerra, estaba previsto ampliar y mejorar el sistema de riego. Todos los miembros de la Asociación de Usuarios de Agua esperaban poder instalar sus propios sistemas para conectarse al embalse, y se hablaba de construir una nueva carretera que facilitara el acceso a lo alto de la colina.

Sin embargo, según Ion, ahora el precio del equipo ha aumentado un 15 %, y los plazos de entrega se han duplicado de dos a cuatro meses. Además, el puerto de destino ha pasado de estar cerca de Odesa (Ucrania) a ubicarse en Constanta (Rumanía), a cuatro horas en coche. En cuanto a la nueva carretera, el aumento de los costos probablemente superaría los beneficios.

La Asociación de Usuarios de Agua también creó puestos de trabajo. Cada productor empleó a una o dos personas, y se contrató a otras dos para que se encargaran de la contabilidad y la administración de la asociación. Antes de la guerra, la asociación esperaba incorporar aún más empleados, pero ahora estas oportunidades de trabajo son inciertas.

Está previsto recoger las primeras cosechas cultivadas con el nuevo sistema en otoño de 2022 y, de momento, mientras las nueces maduran en las ramas, los productores de la aldea tan solo pueden esperar y ver cómo evoluciona la situación.

A pesar de que habían planeado obtener la certificación de producto orgánico y aunar esfuerzos con otras empresas locales para exportar a países europeos, los productores ahora deberán vender localmente las entre 3 y 5 toneladas de producto previstas. Pese a la disminución de la demanda por parte de Ucrania y Rusia, la llegada de refugiados ucranianos a la República de Moldova podría expandir el mercado nacional.

En este contexto sin precedentes, el FIDA brinda un apoyo estratégico a la República de Moldova. A través de una estrecha colaboración con el Ministerio de Agricultura e Industria Alimentaria y otros organismos de las Naciones Unidas, el Fondo está evaluando la coyuntura a fin de encontrar la mejor manera de aumentar la resiliencia rural y ayudar a los productores a través de iniciativas financieras, especialmente de cara al próximo ciclo de producción en otoño. Se están intensificando los esfuerzos para aumentar la producción local de alimentos, reducir las pérdidas posteriores a la cosecha y fortalecer los mercados a nivel local y regional.

A medida que los habitantes de Saharna Nouà se acostumbran a la nueva realidad, el FIDA sigue prestando apoyo a los productores en pequeña escala, aumentando su resiliencia al cambio climático y promoviendo las inversiones en los sistemas agrícolas y la infraestructura productiva del medio rural. Entre otros beneficios, se espera que esto contribuya a que los jóvenes empresarios no abandonen las zonas rurales y dirijan a una nueva generación de jóvenes productores que inviertan en el futuro del país.

 

Obtenga información actualizada sobre las últimas operaciones del FIDA en Ucrania.

Consulte más información sobre la Iniciativa para Hacer Frente a la Crisis, creada en respuesta a la guerra con el objetivo de proteger los medios de vida y aumentar la resiliencia de las comunidades rurales.

Consulte más información sobre la labor del FIDA en la República de Moldova.

.

Fecha de publicación: 30 mayo 2022