¿Está China avanzando hacia un futuro verde?

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¿Está China avanzando hacia un futuro verde?

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©IFAD/Qilai Shen

Pese a ser el principal emisor mundial de gases de efecto invernadero (GEI), China también es el líder mundial en producción de energía a partir de fuentes renovables.

La quinta parte de los recursos de la tierra están contaminados, el uso abusivo de los recursos hídricos ha agotado las capas freáticas, y la contaminación del aire es la cuarta causa de muerte más importante en el país. Sin embargo, China ha aumentado su gasto anual en medidas de protección ambiental a alrededor de un 1,2 % de su PIB actual, una cifra similar al de los países de Europa occidental.

Tras décadas de un desempeño mediocre, ¿está China aumentando su conciencia ecológica?

Los costos ambientales del rápido desarrollo económico de China

Quisiera comenzar repasando los impresionantes avances y logros de China en los últimos 40 años. El PIB per cápita se multiplicó por más de 40. Hoy China es la segunda economía más grande del mundo; y lo que es más importante, el país ha logrado traducir sus logros económicos en beneficios sociales: 800 millones de personas han salido de la pobreza extrema, la esperanza de vida al nacer ha aumentado considerablemente, la tasa de mortalidad de los menores de cinco años ha disminuido drásticamente, y en todo el país se garantiza la educación gratuita y universal.

Pese a ello, este rápido crecimiento económico ha tenido profundas repercusiones en los recursos naturales de China. Alrededor de la quinta parte de los recursos terrestres del país están contaminados. Aproximadamente un 40 % de su superficie está degradada. El uso abusivo de los recursos hídricos ha agotado las capas freáticas. A nivel mundial, China se ha transformado en el principal emisor de GEI.

La tercera batalla “difícil” de China: controlar la contaminación y proteger el medio ambiente

China es consciente de que su rápido crecimiento ha tenido graves repercusiones sobre el medio ambiente, y en años recientes ha adoptado numerosas medidas para aumentar la sostenibilidad de su modelo de crecimiento.

El Gobierno ha definido el control de la contaminación y la protección del medio ambiente como una de las tres batallas más “difíciles” para China, lo que demuestra el elevado nivel de compromiso político con esta agenda. El actual 13.º Plan Quinquenal, el documento de planificación por excelencia del Gobierno, contempla metas de cumplimiento obligatorio referidas a diversos parámetros ambientales clave, tales como el consumo de energía, la emisión de carbono, la calidad del aire y la cubierta forestal, entre otros. Las inversiones en iniciativas de conservación ecológica y tecnologías verdes han aumentado: según el Banco Mundial, todos los años China dedica alrededor del 1,2 % de su PIB a proteger el medio ambiente, una cifra similar al de los países de Europa occidental. Actualmente, China es el líder mundial en la producción de energía a partir de fuentes renovables.

Como resultado, varios indicadores ambientales han mejorado considerablemente. Las estadísticas del Gobierno señalan que las ciudades que comenzaron a aplicar los nuevos parámetros de calidad del aire disminuyeron un 31 % sus concentraciones de material particulado fino 2,5 (PM2.5) entre 2013 y 2016. La meta para 2020, de reducir la intensidad de carbono entre un 40 % y un 45 %, se alcanzó en 2017. En 10 años, la cubierta forestal ha aumentado en 21 millones de hectáreas.

¿Está China aumentando su conciencia ecológica? Los retos pendientes

Pese al indudable progreso, pasar de un modelo de crecimiento rápido, pero insostenible, a uno más lento, pero más sostenible, exige tiempo, inversiones constantes y compromiso político.

Si bien en años recientes la calidad del aire ha mejorado, la polución atmosférica sigue siendo la cuarta causa de muerte más importante en China, con un costo estimado del 7 % de los gastos en atención de salud y alrededor de un 8,6 % del PIB por muertes prematuras, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

A pesar que los sistemas de depuración de las aguas urbanas e industriales de desecho han mejorado notoriamente la calidad del agua, la contaminación del agua subterránea se ha transformado en un grave problema que afecta el agua para consumo residencial y la producción agrícola.

Los costos de limpieza del suelo son enormes: según The Economist, costaría USD 1 000 billones —más que toda la riqueza del mundo— limpiar los 250 000 km² de suelo contaminado en China.

A pesar de los notables progresos realizados en la reducción de la intensidad del dióxido de carbono (CO2) en los últimos años, China tardará varios años más en reducir la cantidad total de CO2 que produce, esto debido al previsible crecimiento en la demanda de energía, a la proporción todavía relativamente alta del carbón en la matriz energética actual y a los costos políticos y económicos de reestructurar un sector altamente contaminante.

¿Qué se puede hacer?

China está avanzando por la vía correcta para transformarse en un país más "verde", es decir con mayor conciencia ecológica, pero no debe abandonar sus esfuerzos actuales, y es posible que deba intensificarlos.

Invertir para controlar la contaminación y proteger el medio ambiente. Según estimaciones del Banco Mundial, todos los años China destina USD 130 000 millones a proteger el medio ambiente. Sin embargo, los cálculos del Gobierno indican que el país necesitaría invertir USD 350 000 millones anuales hasta 2030 para financiar iniciativas ecológicas. Se trata de una inversión considerable, pero los beneficios previstos (una reducción de la degradación ambiental y del agotamiento de los recursos equivalente a un 6 % del INB para 2030, según el Banco Mundial) justificarían el esfuerzo.

Mejorar la información sobre el medio ambiente. Contar con datos sólidos para entender los orígenes, las repercusiones y los costos de la contaminación y la degradación ambiental es fundamental para adoptar buenas decisiones.

Diversificar los instrumentos de política en materia ambiental. Según el Banco Mundial, en el pasado China se centró en aplicar mecanismos de control en las etapas finales de la producción. Sin embargo, tales mecanismos son poco eficaces en materia de prevención. En lo referido a la protección ambiental, China se ha valido principalmente de medidas de mando y control, pero existen mecanismos de mercado (por ejemplo, fijar precios que reflejen con mayor precisión los costos ambientales, los impuestos ambientales y los sistemas para comercializar el carbono y el uso de la energía, entre otras medidas) que, si bien han sido relativamente infrautilizados, pueden ofrecer una herramienta de políticas distinta —y posiblemente más eficaz— para proteger el medio ambiente.

Por último, un compromiso político constante en materia de lucha contra la contaminación y protección del medio ambiente. El Gobierno ya ha demostrado estar firmemente comprometido a lograr que el desarrollo del país sea más sostenible y menos contaminante. Lejos de abandonar dicho compromiso, es posible que deba fijarse metas y objetivos más ambiciosos para intensificarlo. Como ya ha quedado demostrado en su batalla contra la pobreza, una visión de largo alcance puede tener resultados sobresalientes.

¿Cómo puede contribuir el FIDA?

Si bien la agricultura agrava la degradación ambiental y el cambio climático, también se ve afectada por estos fenómenos, que tienen especial incidencia en los hogares rurales pobres, que son los más vulnerables.

A través de sus inversiones, el FIDA contribuye a aumentar la sostenibilidad de la agricultura, entre otras cosas al promover tecnologías y prácticas agrícolas que sean menos contaminantes y hagan un uso más sostenible de los recursos terrestres e hídricos, al introducir variedades de cultivos con mayor resiliencia a los efectos del cambio climático, al construir infraestructuras que mejoran la eficiencia en el uso del agua, y al promover las tecnologías de energía renovable. También contribuye a aumentar la resiliencia de los pobres de las zonas rurales y disminuir su vulnerabilidad a la degradación ambiental, las catástrofes naturales y las repercusiones negativas del cambio climático, potenciando su capacidad y brindándoles posibilidades para mejorar y diferenciar sus medios de vida y sus oportunidades de generación de ingresos.

Más información sobre el FIDA y China y el clima y el medio ambiente.