Apoyar a los pequeños agricultores de todo el mundo

El año 2021 trajo consigo enormes desafíos para todo el mundo. Pese a ello, el FIDA se ha abocado a lo que siempre hace: apoyar proyectos que mejoren las vidas de los pequeños productores rurales. Ahora que hemos llegado al final del año, repasemos más de cerca algunos de esos proyectos
—desde Asia hasta África y América Latina— y conozcamos a algunas de las personas que han recibido nuestra ayuda.

Bangladesh

Rowshan Ara, de 36 años, nunca había trabajado fuera de su casa. Con el trabajo de su esposo como único ingreso, les resultaba difícil cubrir las necesidades suyas y las de sus cuatro hijos.

Hoy, Rowshan es una microempresaria de éxito, que dirige un próspero emprendimiento ganadero desde su hogar. Todo comenzó cuando el Proyecto de Promoción de la Comercialización y las Empresas Agropecuarias (PACE), financiado por el FIDA, llegó a Sadar Upazila, su lugar de residencia en el distrito Tangail de Bangladesh. Rowshan recibió un micropréstamo y sesiones de capacitación sobre la cría sostenible de ganado, el acceso a los mercados locales y el uso de la tecnología para hacer crecer su negocio.

Ahora que ha logrado la autosuficiencia económica, Rowshan puede cubrir las necesidades de su familia y pagar la educación de sus hijos. También tiene planes de seguir haciendo crecer su negocio: algún día le gustaría tener una explotación lechera de gran tamaño.

Filipinas

Inday Ruperta Gagarin, madre de seis hijos, nos cuenta que antes de unirse al Proyecto de Desarrollo de la Pesca, los Recursos Costeros y los medios de vida (FishCORAL), su esposo era el único sostén de la familia. Ella sabía cómo secar pescado —una actividad importante en las aldeas costeras como la suya—, pero su experiencia se limitaba a lo que había aprendido con su familia cuando era niña.

Hoy, es propietaria de una pequeña tienda de productos básicos y tiene un flujo regular de clientes. Entre los artículos que vende se cuenta el pescado seco y procesado que producen otros participantes del programa.

“Ahora puedo comprar alimentos, ropa y artículos escolares para mis hijos”, dice. “Antes, eso representaba un problema”.

Logró abrir su negocio gracias a la capacitación sobre comercialización que recibió mediante el programa FishCORAL, una iniciativa dirigida a reducir la pobreza, mejorar la seguridad alimentaria y nutricional y aumentar los ingresos de los hogares.

Côte d’Ivoire

En la localidad de Nahoualakaha, ubicada en la región septentrional de Côte d’Ivoire, la productividad arrocera era alarmantemente baja. Los campos eran vulnerables a los efectos del cambio climático, y las frecuentes invasiones de insectos destruían una gran parte de los cultivos. A los productores arroceros de la cooperativa Wowela (un nombre que significa “nos ayudamos entre todos”) los cultivos les alcanzaban solo para cubrir sus necesidades, y casi no les quedaba nada para vender.

Ahora, gracias al Programa de Apoyo al Desarrollo de las Cadenas de Valor Agrícolas (PADFA), la producción está aumentando. El programa permitió brindar a los agricultores semillas de arroz resistentes a las sequías, insumos y capacitación, lo que se tradujo en un notable aumento en el volumen de grano cosechado.

“Solía cosechar 19 sacos; ahora llego a casi 30”, dice Brahima Silué, de 38 años y padre de cuatro hijos. “En mi casa consumimos parte del arroz que produzco, y vendemos el resto. Gracias a esos ingresos, puedo cubrir todas las necesidades de mi familia, algo que no lograba hacer antes”.

Senegal

Durante siglos, las comunidades del Delta del Saloum, en Senegal, dependieron de la agricultura de subsistencia para sobrevivir. No obstante, era en las selvas de manglares aledañas donde se ocultaba el verdadero potencial de la región. Los manglares no solo albergan una rica vida marina, sino que son un hábitat ideal para las abejas melíferas.

Gracias al Proyecto de Apoyo a la Resiliencia de las Cadenas de Valor Agrícolas (PARFA), se brindó capacitación en apicultura a las organizaciones locales de productores y se les facilitaron todos los equipos necesarios. Los productores de la región no tardaron en descubrir que la miel de los manglares es sumamente apreciada por muchos en el mercado mundial.

Bana Diouf, presidenta de un grupo local de mujeres que recibió financiación a través del proyecto, se interesó en la apicultura debido a las oportunidades que ofrece. La miel de los manglares es tan lucrativa que los hogares que se dedican a producirla a menudo se quedan con elevados niveles de fondos excedentes. Al igual que muchas otras, la familia de Bana invierte parte de ellos en restaurar y cuidar los bosques de manglares.

Egipto

En Egipto, muchas de las tierras que han quedado disponibles para la agricultura carecen de la infraestructura, los servicios y las instituciones necesarias para la prosperidad de las comunidades rurales. Además, el cambio climático está afectando la disponibilidad del agua.

Mediante el Proyecto de Medios de Vida e Inversiones Agrícolas Sostenibles (SAIL), los pequeños productores que se han establecido en estas nuevas tierras acceden a infraestructura y servicios, y aprenden a utilizar técnicas de agricultura resilientes al clima.

En la aldea de Ebrahim El-desouky, ubicada en la Gobernación de Kafr El Sheikh, en el delta del Nilo, Nayerah Abdo Elsaid y Eslam Sobhey han aprendido a valerse de la acuaponía, un sistema en el cual se utiliza agua rica en nutrientes procedente de tanques de peces para cultivar plantas sin usar tierra que luego se devuelve a los tanques.

Ahora Nayerah y Eslam utilizan este sistema para cultivar hortalizas en su próspera huerta doméstica. Utilizando poca agua y ningún pesticida o fertilizante, la familia tiene a su disposición alimentos diversos y nutritivos durante todo el año.

El Salvador

En el Corredor Seco de América Central, que atraviesa la zona oriental de El Salvador, el cambio climático ha aumentado la frecuencia y la intensidad de las sequías. En el caso de los pequeños productores, esto se traduce en pérdidas de cultivos, inseguridad alimentaria y destrucción de los medios de vida.

Iris Maribel Alberto Laínez tiene gemelos de nueve años y está embarazada de su tercer hijo. También es la secretaria de la asociación cooperativa de comercialización y producción agrícola El Limón.

En los invernaderos hidropónicos establecidos por las mujeres de la cooperativa con el apoyo del proyecto Rural Adelante, Iris Maribel cuida un cultivo abundante de pimientos jalapeños y tomates loreto. Aun cuando hay sequía en el Corredor Seco, ella y sus compañeros de la cooperativa pueden seguir produciendo alimentos de alta calidad para vender en los mercados locales.

Guatemala

Cuando Juana Morales abrió su taller textil, utilizaba tecnología anticuada. Pero gracias a la iniciativa AGRIdigitalización, parte del Mecanismo de Estímulo para la Población Rural Pobre del FIDA, ha logrado establecer vínculos con las grandes ciudades y ampliar su negocio. Y como líder de la cooperativa de crédito de su localidad, ha logrado ayudar a otros a integrarse al entorno digital: su grupo recibió una tableta, que ahora utilizan para llevar toda su contabilidad en línea.

Al principio, Juana tenía un único telar su taller. Pero gracias al préstamo que recibió mediante la iniciativa, pudo ampliarlo y añadir otros dos. Hoy, las telas que teje se venden al por mayor a un comprador en Santa Cruz.

Honduras

“Hoy las cosas van más rápido. Ya no es como antes”, dice Ana Maribel Arriaga, de 40 años e integrante del banco rural de ahorro Buscando Prosperidad. Gracias al apoyo del Mecanismo de Estímulo para la Población Rural Pobre, su banco se ha embarcado en una campaña de digitalización para aumentar la eficiencia y la transparencia de sus servicios. Hoy, Ana Maribel está confirmando una transacción mediante una aplicación presentada en el marco de su campaña, una mejora frente a su sistema anterior.