El contexto

Con una población de 4,6 millones de personas en 2015, el Congo obtiene el 60 % de su PIB del petróleo, que también representa el 90 % de sus exportaciones y el 80 % de los ingresos estatales. Según el Banco Mundial, la industria extractiva, los productos forestales y la construcción también contribuyeron con un 2,6 % del crecimiento económico. El país se está urbanizando con rapidez, y sus dos ciudades más importantes, Brazzaville y Pointe-Noire, albergan a más de la mitad de la población. Pese a que gran parte de su territorio está cubierta por bosques tropicales, casi un tercio del Congo son tierras cultivables.

Si bien la tasa de pobreza nacional disminuyó de 50,7 % en 2008 a 46,5 % en 2011, en las zonas rurales, donde vive un tercio de la población, el 70 % de las personas son pobres.

Según el Banco Mundial, aunque en 2011 la agricultura representó un 35 % del empleo, solo contribuyó un 3,4 % al PIB. Otro 15 % de la población rural se dedica a actividades de pesca y acuicultura.

Las personas desempleadas o sin tierra, y las mujeres y los jóvenes, que son los principales productores y procesadores agrícolas, son lo más vulnerables a la pobreza.

Algunos de los principales desafíos que enfrenta la población rural pobre son:

• una extrema escasez de opciones de micro financiamiento;
• baja productividad agrícola, que responde al uso de métodos tradicionales de cultivo y a la ausencia de semillas mejoradas, materiales de plantación y abonos;
• elevados costos de transporte, dado el escaso mantenimiento de los vehículos, las carreteras, los vados y los canales de navegación, y
• obstáculos a la comercialización, que responden a la debilidad de las organizaciones de recaudación y distribución, a las deficiencias de los equipos de procesado y a la escasa comunicación entre los productores, los comerciantes y los consumidores.

La estrategia

En la República del Congo, los préstamos del FIDA apoyan las iniciativas para mejorar los ingresos y la seguridad alimentaria de la población pobre de las zonas rurales.

Los tres objetivos estratégicos del programa son los siguientes:

• mejorar el acceso de los pequeños agricultores a tecnologías apropiadas y eficaces para la agricultura y la pesca con vistas a mejorar las actividades de producción, procesado y almacenamiento;
• mejorar el acceso de los pequeños agricultores a mercados transparentes para la compra de insumos agrícolas y de pesca y la venta de productos a través de cadenas de valor específicas;
• aumentar la participación de las organizaciones rurales y de productores en la planificación local y nacional y en la formulación de políticas.