El contexto

La República de Seychelles, ubicada al noreste de Madagascar, es un archipiélago de 115 islas en las que residen 92 900 personas, de las cuales tres cuartos viven en Mahé, la isla principal. 

El turismo y la pesca industrial, dos sectores impulsados por importantes inversiones públicas, han sido el motor del crecimiento económico durante los últimos 20 años. Por otro lado, la tasa de crecimiento de la agricultura ha quedado rezagada.  

Pese a que Seychelles tiene el PIB per cápita más alto de África —USD 15 476 en 2015—, el cambio climático supone una amenaza particularmente grave para su economía.

Los terrenos agrícolas son escasos y la producción alimentaria local, que consiste principalmente en la pesca artesanal, el cultivo de frutas y verduras en pequeña escala y la producción de carne y aves de corral —estas últimas por sus huevos—, es limitada. Seychelles es un importador neto de alimentos y de muchos otros productos básicos.

Se prevé que las tasas de pobreza en Seychelles, cuyo PIB per cápita es de USD 9 028, se mantendrán entre las más bajas del mundo fuera de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Alrededor del 17 por ciento de la población vive por debajo del umbral de pobreza, que se ubica en 13 554 rupias de Seychelles (unos USD 1 055).  

El desempleo entre los jóvenes supera en unas tres veces el desempleo nacional. La tasa de desempleo entre las mujeres jóvenes está nueve puntos porcentuales por encima de la tasa de desempleo entre los hombres jóvenes.

La estrategia

- En Seychelles, el FIDA está trabajando para mejorar los medios de vida de los habitantes de las zonas rurales del país mediante actividades que promueven la seguridad alimentaria, la generación de ingresos, la creación de activos y una mayor resiliencia al cambio climático y a las crisis económicas.  

- Nuestro programa sobre oportunidades estratégicas nacionales apoya a los sectores de la agricultura y la pesca y coopera con los esfuerzos del Gobierno para aumentar el consumo de la producción local en la industria del turismo y mejorar el estado nutricional de la población.

- Por cuanto el país es un pequeño Estado insular en desarrollo con un ecosistema frágil, la resiliencia al cambio climático y el uso de prácticas agrícolas y pesqueras innovadoras y sostenibles son importantes y se han incorporado en todos los programas y proyectos del FIDA.

Las actividades están dirigidas a los productores orientados al mercado, que en su mayoría son jóvenes, y a quienes participan en las cadenas de valor en los sectores de la agricultura, la ganadería, la pesca y la acuicultura.

El programa sobre oportunidades estratégicas nacionales del FIDA persigue dos objetivos fundamentales que se centran en:

• mejorar las cadenas de valor agrícola y aumentar las oportunidades para los agronegocios y los emprendimientos de los jóvenes, y
• promover y aumentar la escala de las técnicas avanzadas de agricultura, de gestión de la tierra (por ejemplo, mecanización, construcción de terrazas), de gestión del agua (por ejemplo, riego en las explotaciones agrícolas) y de manejo de pesquerías a través de sistemas de ejecución mejorados en materia de extensión agrícola y servicios de apoyo.