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Proyecto para Pequeños Productores de la Zona Norte (1996)

28 November 1996

Zona de intervención

La zona de intervención del PPZN abarcó en su inicio los cantones de Upala y Guatuso, situados en la provincia de Alajuela, Región Huetar Norte. En el año 1994 se amplió al cantón de Los Chiles, también de la provincia de Alajuela. Su superficie total actual es de 3 699 km cuadrados (7% del territorio nacional) y una población de 63 000 habitantes. La temperatura anual media oscila de 25 ºC en el sector norte a 20 ºC en el sector sur. La pluviosidad anual varía con la altitud desde 2 400 mm hasta 5 000 - 6 000 mm en las zonas montañosas. La altitud del territorio abarca desde el nivel del mar hasta los 1 900 m en las montañas de la cordillera de Guanacaste, en el sur.

La mayor parte de la población tiene ingresos insuficientes, incluso para la subsistencia. El ingreso anual por persona se estima en USD 162. La tierra se encuentra subutilizada, sobre todo por la baja densidad de la población, una infraestructura insuficiente, escasez de crédito agrícola y la falta de servicios de extensión (Informe y Recomendación del Presidente a la Junta Directiva, pág. 7 y 8).

La tecnología utilizada por los pequeños agricultores es de tipo tradicional, con recursos de producción muy limitados, un aprovechamiento insuficiente de la tierra y de la fuerza de trabajo familiar, y bajos rendimientos atribuibles a labores de labranza deficientes, a la carencia de semillas mejoradas y a densidades irregulares de siembra. Las malezas, las enfermedades y las plagas se propagan, empleándose de un modo inapropiado los productos agroquímicos. Por otro lado, existe un secado y almacenado del grano deficientes. La ganadería se caracteriza por sistemas de explotación extensiva, pastos naturales pobres y un descuido generalizado de las prácticas sanitarias.

En 1994, en vista de que la demanda de crédito en Upala y Guatuso era insuficiente para hacer un uso más intensivo de fondos de crédito, el Gobierno solicitó y obtuvo del FIDA y del BCIE la anuencia para ampliar el área de ejecución al cantón de Los Chiles.

Objectivos del proyecto y diseño

Grupo objetivo

El grupo objetivo del proyecto son unas 2 520 familias de pequeños agricultores que trabajan en explotaciones de menos de 30 hectáreas. Parte de ellos han adquirido tierras de asentamientos del Instituto de Desarrollo Agrario (IDA) financiados por proyectos de la Agencia para el Desarrollo Internacional (AID), y otros no poseen título de propiedad de la tierra o carecen de este recurso. 1 900 de estas familias están ubicadas en asentamientos del IDA y 620 son familias de productores independientes. En 1991 se preveía un crecimiento de familias en los asentamientos del IDA, aumentando los potenciales beneficiarios directos a 3 120 familias.

En el área del Proyecto, además, se ubica la Reserva Indígena de los Maleku (cantón de Guatuso), con una extensión original de 2 743 hectáreas y 84 familias con una población de 800 indígenas, distribuidos en tres palenques (casas comunales). De la superficie total de la Reserva los indígenas sólo conservan aproximadamente 400 hectáreas, más 214 adquiridas por el gobierno y puestas a disposición de la Asociación de Desarrollo de la Comunidad Maleku. El resto de la tierra de la Reserva se encuentra en manos de productores independientes, quienes las compraron a los indígenas. Su grado de incorporación al proceso productivo y cultural de la zona es elevado, lo que facilita el trabajo con dicha comunidad. Como su propiedad no está inscrita de forma individual, no han tenido acceso al crédito con anterioridad al PPZN.

El Proyecto en su versión actualizada tiene como meta otorgar crédito a 1 700 productores, incluyendo un mínimo de 400 mujeres (200 cabeza de familia con tierra y 200 asociadas sin tierra, con el propósito de incrementar la producción y productividad de sus actividades). En el diseño original se preveían más de 2 500 beneficiarios del crédito. El crédito debía complementarse con asistencia técnica, capacitación y otros servicios de apoyo a los productores relacionados con la comercialización de sus productos. Los beneficiarios que recibieran asistencia técnica, capacitación y apoyo a las actividades de comercialización pero que no fueran receptores de crédito se considerarían "beneficiarios indirectos". En el Informe Actualizado (IA) la meta es atender a 2 020 beneficiarios indirectos (aunque en el Informe y recomendación del Presidente eran aproximadamente 3 800).

Objetivos y componentes

Los principales objetivos del Proyecto son: (a) mejorar el nivel nutricional y los ingresos de los pequeños productores, aumentando su producción y productividad; (b) mejorar las oportunidades de ingresos y condiciones de trabajo de la mujer, en grupos asociados o trabajando en parcelas familiares; (c) reducir el subempleo agrícola estimulando la utilización racional de la fuerza de trabajo familiar y creando nuevas oportunidades de empleo; y (d) ayudar a mejorar la balanza de pagos del país contribuyendo a la sustitución de importaciones de granos básicos y al aumento de las exportaciones de otros productos agrícolas.

Según el diseño del Proyecto, estos objetivos se conseguirían a través de: (a) Apoyo crediticio y asistencia técnica al productor. (b) Apoyo a las mujeres productoras, mediante el otorgamiento del crédito, asistencia técnica y capacitación. (c) Capacitación de técnicos. (d) Capacitación de productores en las áreas de organización, administración y técnicas productivas. (e) Establecimiento de servicios e infraestructura de comercialización y asesoramiento al pequeño productor para garantizar la comercialización de la producción generada con financiamiento del Proyecto, e incrementar la capacidad de negociación de las organizaciones de los productores. (f) Verificación con la población del cumplimiento de objetivos y metas y medición del avance físico y financiero, resultados e impacto del Proyecto, mediante actividades de seguimiento y evaluación (SyE) de forma coordinada con las instituciones ejecutoras.

Para el cumplimiento de los objetivos los componentes incluidos en el diseño fueron: (a) crédito agrícola supervisado; (b) extensión agrícola; (c) comercialización para granos básicos; (d) capacitación; (e) participación de la mujer; (f) seguimiento y evaluación; y (g) Unidad Ejecutora. Posteriormente se incluyeron actividades de apoyo al desarrollo de agroindustrias y otras pequeñas empresas de comercialización.

El Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica (MIDEPLAN) fue el organismo ejecutor del Proyecto hasta julio de 1994, en que la Unidad Coordinadora del Proyecto (UCP) se trasladó al Ministerio de Desarrollo Rural (MDR). En diciembre de 1995 la UCP pasó al MAG. Al organismo ejecutor le corresponde la coordinación general del Proyecto a través de la UCP. La responsabilidad de la ejecución de cada componente corresponde a las respectivas organizaciones participantes: (a) Banco Nacional de Costa Rica (BNCR) para el crédito supervisado; (b) MAG para la extensión agrícola; (c) Consejo Nacional de la Producción (CNP) para la comercialización; (d) MAG, CNP y MIDEPLAN para la capacitación; (e) IDA para participación de la mujer; y (f) MIDEPLAN para la coordinación, seguimiento y evaluación.

Supuestos y efectos esperados

El diseño del Proyecto suponía que no existirían problemas de comercialización, ya que la demanda local absorbería la producción de granos, y en los casos en que la producción superara el consumo local el CNP utilizaría los canales de exportación. Además, se esperaba que el CNP y el sector privado aumentarían la capacidad de almacenamiento para permitir el manejo de toda la producción incremental generada.

Se esperaba que los ingresos de los 1 700 beneficiarios registraran un aumento considerable. Los niveles previstos del ingreso familiar neto en la etapa de pleno desarrollo del Proyecto fluctuaría de USD 1 900 para las fincas de 4 hectáreas a USD 4 500 para las de 15 hectáreas, lo que sería suficiente para cubrir las necesidades básicas, a diferencia de lo que ocurría sin Proyecto.

Además, el Proyecto tendría un impacto considerable en la utilización del potencial de mano de obra de los grupos familiares de la zona. Se estimaba que en el momento de pleno desarrollo del PPZN el empleo de la mano de obra familiar sería de unos 900 000 días-hombre, en comparación con aproximadamente 380 000 días-hombre sin el Proyecto. Esto representaba un aumento del 136% en las oportunidades de empleo.

Evaluación

Contexto de la implementación y su evolución

A partir de 1980 cambiaron las condiciones que ofrecía el Estado costarricense de crédito fácil y barato para los pequeños productores. El monto del crédito para el sector agropecuario en 1993 fue de un tercio del de 1983. Por otra parte, durante la aplicación del programa de ajuste económico, la redefinición de los sistemas de crédito ha implicado varias consecuencias: eliminación del subsidio al crédito agropecuario, alza en las tasas de interés en los sistemas de crédito para todas las actividades y transformación del modelo de asistencia técnica y transferencia de tecnología por parte del Estado para estimular la participación privada y grupal. Algunas de las consecuencias de esta política crediticia han sido la disminución del crédito otorgado por el sistema bancario nacional a los sectores productivos, especialmente el agrícola, y un crecimiento en el financiamiento a actividades de consumo como son el crédito personal y las tarjetas de crédito.

Relacionado con los cambios anteriores, se realizaron modificaciones de los objetivos de algunas instituciones gubernamentales. Por ejemplo, el CNP, que de acuerdo con el diseño original del Proyecto se encargaría de la compra de los granos producidos por los agricultores del PPZN, a partir de la cosecha 1995/1996 no participó más directamente en la compra del frijol. Debido a que en esa cosecha no se dio un precio fijo, sino que este fue fijado por la oferta y la demanda, ocurrió una significativa contracción de la producción, que ha obligado al Gobierno a estimular la creación de mecanismos alternativos. Por otra parte, cabe destacar el apoyo brindado por RUTA durante la ejecución, particularmente en aspectos relacionados con la administración del proyecto, crédito, seguimiento y evaluación, agroindustrias y capacitación.

Logros obtenidos

A lo largo de la ejecución del Proyecto se han ido incorporando varios cambios importantes, no previstos en el diseño original ni en el IA, que han sido positivos para la consecución de los objetivos del Proyecto. Los más importantes fueron los siguientes:

(a)  Reorientación del crédito. Hasta principios de 1994 se focalizó hacia cultivos de corto plazo dirigidos sobre todo a mejorar la seguridad alimentaria (granos básicos), pero a partir de esa fecha se comenzó a financiar una gama amplia de rubros de inversión (tanto agrícolas como ganaderos), con la intención de capitalizar a los pequeños productores.

(b)  Modificación de la forma de pago de intereses y capital. Se pasó de cobros trimestrales a cobros dependiendo del rubro financiado (post-cosecha para el caso de créditos de operación en agricultura, anual en el caso de inversión en ganadería, y según el ciclo de producción del cultivo en el caso de inversión en agricultura), lo que permitió el acceso al financiamiento a personas ubicadas en el segmento más deprimido de la población rural de la zona (de menores ingresos y de menor extensión de tierra).

(c)  Apertura del crédito a pequeñas empresas rurales.

(d)  Ampliación del componente de comercialización para introducir el apoyo a proyectos agroindustriales.

(e)  Aporte de instituciones nacionales, sobre todo del INA.

Crédito

Hasta el 30 de junio de 1996 el Proyecto ha otorgado 2 180 préstamos a 1 439 prestatarios. Considerando que el diseño del Proyecto preveía atender con crédito a 1 700 productores, los 1 439 prestatarios representan el 84,6%. Al ritmo de crecimiento actual, esta meta se alcanzaría al finalizar el primer trimestre de 1997. De todas formas, como los créditos a personas jurídicas (grupos) se contabilizan -a partir de la instalación del Sistema Computarizado de Administración Bancaria en Crédito (1994)- como unidades, se puede asegurar que el número de prestatarios totales es mayor que el contabilizado. Cabe también destacar que la instalación del software crediticio impulsada por el proyecto (aprovechando una innovación introducida en otros proyectos financiados por el Fondo en algunos países de América Latina) ha permitido reducir notablemente los plazos entre la solicitud y la concesión de los créditos (de aproximadamente tres meses a tres semanas).

Extensión agropecuaria

La asistencia técnica a los productores beneficiados con crédito está a cargo de las agencias de extensión del MAG, una en cada cantón, apoyadas por tres promotorías (Dos Ríos, Aguas Claras y Bijagua) en el cantón de Upala. En la actualidad existen 19 extensionistas que trabajan en el área del PPZN, 13 contratados con fondos del Proyecto y seis de la plantilla ordinaria del MAG. Estos técnicos realizan la colocación y seguimiento de los créditos concedidos en rubros agropecuarios.

La asistencia técnica y la capacitación brindada a beneficiarios indirectos (que no reciben crédito del Proyecto), se ha ofrecido sobre todo a productores financiados por otras fuentes. Algunos de éstos no se consideran grupo objetivo del Proyecto, al tener más de 30 hectáreas. De todas formas, no existe una estimación precisa del número de estos beneficiarios indirectos, debido a que hay productores que asisten a distintas actividades, por lo que cada uno puede ser contabilizado más de una vez. Según datos de los Informes de Avance Físico y Financiero de cada año, se contabilizan 1 536 beneficiarios indirectos hasta diciembre de 1995 -no hay datos para 1996-, lo que representa el 40,4% de los 3 800 previstos.

Comercialización y agroindustrias

Las actividades realizadas por el CNP para el Proyecto son las siguientes: (a) reuniones, cursos y charlas con técnicos y productores, para tratar aspectos de procesamiento y comercialización de los productos y administración de empresas, (b) difusión semanal de precios (en finca, planta, mercado mayorista y minorista) a asociaciones de productores, a través de las agencias del MAG y otras instituciones que tienen relación con el sector agropecuario, (c) análisis de expectativas de exportación (piña, raíces y tubérculos, cardamomo), (d) estudios de factibilidad de proyectos de comercialización y agroindustrias, o revisión de los mismos cuando no son realizados por la institución, (e) trámite de crédito y asesoría técnica a agroindustrias y proyectos de comercialización, y (f) sondeos a empresarios para determinar posibles mercados, sobre todo para las agroindustrias financiadas.

El PPZN ha financiado cinco pequeñas agroindustrias, para cuyo diseño y ejecución se contó con asesoramiento del CNP: (a) una planta secadora de cardamomo, (b) una planta procesadora de plátano tostado, (c) dos plantas procesadoras de productos lácteos, y (d) un trapiche ecológico para producción de panela de dulce. Todas tienen o han tenido problemas de comercialización y organizativos, en parte, debido a que en los estudios de factibilidad se ha tendido a sobreestimar la capacidad de producir y de comercializar los productos.

Por otro lado, existen cuatro proyectos de crianza y comercialización de mariposas en cautiverio financiados a grupos de mujeres. Estos mariposarios fueron impulsados por técnicos del MAG, quienes son los que realizan el asesoramiento y seguimiento. En la actualidad los ingresos son escasos y existen problemas en la consolidación de los grupos.

Capacitación

Los cursos -tanto a productores como a funcionarios y técnicos- han sido impartidos -entre otras instituciones- por el INA, la Universidad de Costa Rica (UCR) -a través de FUNDEVI y FIAA-, la Escuela Centroamericana de Ganadería, el CENAP, el CECADE, el CENPRO, la Asociación Ecologista Costarricence (AECO) y RUTA, y por los técnicos de las instituciones coejecutoras, dependiendo de la temática. Los extensionistas son los que se encargan de la coordinación local de los cursos, apoyando a los instructores.

Los cursos dirigidos a funcionarios y técnicos del Proyecto se centraron en: comercialización, tratamiento post-cosecha, agroindustria, computación, contabilidad, administración de empresas agropecuarias y análisis del crédito, raíces y tubérculos, granos básicos, cítricos, inseminación artificial, análisis de suelos, administración de proyectos de desarrollo agrícola y rural, formulación de proyectos, seguimiento y evaluación y mujer y desarrollo rural.

La capacitación a productores y organizaciones abarcan -sobre todo- los siguientes temas: proceso de elaboración de plátano tostado, proceso de producción de lácteos y derivados, comercio internacional (a los miembros de las agroindustrias), selección y reproducción de bovinos, producción higiénica de leche, sanidad animal, inseminación artificial, producción y uso de forrajes, administración de empresas, comercialización, cultivo de frijol, arroz, maíz, plátano, tomate, chile, hortalizas, piña, raíces y tubérculos, cardamomo y cítricos, manejo de agroquímicos, establecimiento y manejo de plantas medicinales y conservación de suelos.

En el diseño del Proyecto se preveían 48 cursos o charlas a agricultores. Hasta mayo de 1996 se impartieron 95, por lo que esta meta se ha superado con creces. Las actividades de capacitación a través de la radio, tal como se incluía en el diseño del Proyecto, no se han llevado a cabo. En 1996 se capacitaron en radiodifusión 12 productores y tres técnicos, para realizar un programa semanal en la radio, pero todavía no comenzó. Tampoco se han desarrollado actividades de capacitación en el área de organización campesina, aunque se ha detectado debilidad organizativa y falta de liderazgos participativos.

Los cursos considerados de más utilidad por los productores, en orden de importancia, son: conservación de suelos, administración de empresas agropecuarias, manejo y cuidado del ganado, utilización de agroquímicos, producción de raíces y tubérculos y producción de frijoles. Por su parte, los técnicos encontraron más útiles los cursos de temas pecuarios, inseminación artificial y análisis de suelos. Sobre todo los cursos con actividades prácticas. Cabe destacar que a pesar de que han recibido cursos sobre ganadería, consideran que les hacen falta más capacitaciones pecuarias, ya que muchos créditos se han otorgado a rubros relacionados con ese tipo de actividades (casi el 50% hasta junio de 1996), y que la mayoría de los técnicos del MAG no son especialistas en zootecnia o veterinaria (solamente seis de 19).

Participación de la mujer

El componente de participación de la mujer también participa en los créditos otorgados a agroindustrias y empresas de comercialización a grupos de mujeres (una planta procesadora de plátano tostado y cuatro empresas de crianza y comercialización de mariposas en cautiverio). Debe especificarse que el enfoque dado a nivel de diseño fue hacia la atención a necesidades de las mujeres y a fomentar proyectos exclusivos con mujeres. Es decir, no se sigue un enfoque de género, que se basa en un trato equitativo pero no separado de los sexos.

Otras actividades realizadas por este componente son las siguientes: (a) participación de los técnicos y gestores del PPZN en seminarios sobre mujer y desarrollo rural, (b) eventos de capacitación a mujeres sobre: autoestima, género, socialización, relaciones humanas y poder. De todas formas, las actividades de capacitación en relación a género se han llevado de forma conjunta con las actividades de capacitación en general. De hecho, es la misma persona la que se encarga de la coordinación de estos dos componentes.

Según datos de la UCP el PPZN atendió hasta junio de 1996 directamente a cerca de 200 mujeres que participan en grupos organizados y a 197 mujeres a través de servicios de crédito y asistencia técnica.

Efectos, impactos y sostenibilidad

Los puntos fuertes del Proyecto, según la percepción de los beneficiarios -en orden de importancia- son los siguientes: (a) Posibilidad de acceso al crédito a pequeños productores sin garantías reales. (b) Concesión de créditos oportunos en tiempo y plazos de pago. (c) Aumento de la producción debido a que el crédito posibilita la compra de insumos. (d) Mejora de la dieta del productor y su familia de los clientes con crédito para ganado de doble propósito. Y (e) disminución del trabajo a jornal y aumento del auto-empleo en la propia finca.

Por otro lado, según los técnicos del PPZN y de las instituciones coejecutoras, las fortalezas del Proyecto son las siguientes: (a) Posibilidad de acceso al crédito a pequeños productores con bajos recursos que no son atendidos por los bancos. (b) Tasas de interés bajas y más estables que en los bancos. (c) Rapidez en el otorgamiento de créditos y plazos de pago adecuados al pequeño productor. (d) Capitalización de los productores. (e) Organización y capacitación para las agroindustrias. (f) Capacitación y asistencia técnica en rubros no tradicionales en la zona (cultivos, agroindustrias y mariposarios). (g) Mejoramiento de la alimentación de las familias de los prestatarios con bovinos de doble propósito. (h) Disminución del trabajo a jornal y aumento del auto-empleo en la propia finca.

El grupo objetivo

Productores que nunca antes habían tenido acceso al crédito (por tener bajos ingresos, por carecer de bienes inscritos o tierra propia) han sido financiados por el PPZN. Además, se estudian caso por caso las causas de morosidad para hacer renegociaciones de los pagos si las razones del fracaso de la producción financiada fueron ajenas al productor, lo que es muy valorado por los productores, aunque no todos los técnicos realizan esta tarea de forma tan minuciosa. Además, los productores reconocen que el crédito otorgado es oportuno, en tiempo y plazos.

Producción y rendimiento

En general, el crédito y las actividades de asistencia técnica han ayudado al aumento de la producción y del rendimiento, aunque la opinión sobre la necesidad de asistencia técnica varía según las características de los productores, ya que unos manifiestan necesitarla o apreciarla más que otros. Los productores que consideran que necesitan asistencia técnica, son sobre todo las mujeres jefas de familia y los parceleros de asentamientos más nuevos (de cinco años o menos). Por el contrario, los productores que indican que casi no necesitan asistencia técnica, son los parceleros de asentamientos más consolidados.

Algunos técnicos del MAG han realizado esfuerzos para conseguir un mayor rendimiento del ganado a través de la introducción de inseminación artificial y pastos mejorados. Las dos actividades han sido aceptadas por algunos pequeños productores a pesar de las primeras reticencias. Estas actividades para el mejoramiento del hato ganadero y aumento en la producción lechera son muy importantes, considerando que a junio de 1996 casi el 50% del crédito se concentra en rubros relacionados con la ganadería bovina (compra de ganado, cercas, corrales, establos, pastos mejorados, etc.) y por ser el sistema de producción ganadera uno de los principales problemas de la zona detectados en el diseño del Proyecto ("sistema de explotación extensiva, pastos naturales pobres y un descuido generalizado de las prácticas sanitarias").

Ingresos, calidad de vida y aspectos nutricionales

La zona donde se ubica el Proyecto es agrícola y ganadera (sobre todo bovinos). Sin embargo, algunos asentamientos son sobre todo ganaderos. Esta actividad es menos riesgosa (no está tan influida por los problemas climáticos ni por las plagas o enfermedades) y su comercialización es más segura (aunque los precios fluctúen, no hay saturación de los mercados). Además, permite a la familia del productor mejorar su dieta diaria al disponer de leche y sus derivados para el consumo o incluso el aumento de ingresos cuando estos productos se comercializan (leche y quesos). La actividad ganadera es especialmente recomendable para las mujeres jefas de familia, porque requiere menos dedicación y porque estas familias son más vulnerables en las actividades agrícolas (necesitan mayor apoyo extra-familiar y la frecuencia de venta de productos a intermediarios que nunca les pagan parece ser mayor). Además, los terneros que nacen de las vacas compradas con el crédito, se utilizan para pagar los intereses y son una forma de ahorro. Sin embargo, hay productores con crédito para ganado que consideran que el producto de los animales comprados no es suficiente para pagar la deuda adquirida.

Empleo

Muchos de los parceleros de los asentamientos del IDA en la zona del Proyecto tienen su tierra pero no capacidad de explotarla, por lo que sus ingresos los obtienen trabajando como jornaleros. El crédito y la asistencia técnica del Proyecto les ha permitido dedicarse a sus parcelas, creando autoempleo a numerosos parceleros, aunque eventualmente sigan haciendo trabajos a jornal fuera de sus fincas. Se ha conseguido no sólo aumentar el auto-empleo, sino también el empleo familiar, fomentando la unidad familiar.

Situación de la mujer

Las mujeres de la zona del Proyecto han recibido tanto capacitación como asistencia técnica y crédito, aunque sólo el 14% de los "clientes" del Proyecto son mujeres, y no el 23,5% (400 de 1 700), tal como se previó en el Informe Actualizado del Diseño del Proyecto (IA). Además, se ha intentado realizar actividades productivas para grupos de mujeres. Hasta la fecha, han recibido crédito cinco grupos formados exclusivamente por mujeres: una planta secadora y comercializadora de plátano y cuatro mariposarios. Ninguno de estos proyectos es muy rentable hasta la actualidad.

Las mujeres que se han beneficiado más del crédito obtenido a través del Proyecto son las jefas de familia que tienen créditos para compra de ganado de doble propósito. Todas ellas manifiestan haber mejorado la situación alimentaria de su familia, y algunas también su situación económica (por la venta de leche y quesos).

Situación ambiental

En el área del Proyecto se encuentran zonas protegidas como el Parque Nacional Rincón de la Vieja y la Reserva Forestal de la Cordillera volcánica de Guanacaste. Fuera de estas áreas, la situación de los recursos naturales de la zona presenta un serio deterioro producto de un desarrollo inadecuado, en el cual -en muchos casos- se destruye la montaña para introducir cultivos o pastos que, además de ocasionar la destrucción del bosque, no protegen la cobertura del suelo, provocando una fuerte erosión, lo que repercute directamente en la productividad del suelo. El PPZN ha abordado esta cuestión a través de: (a) cursos del INA a productores y técnicos sobre conservación de suelos, y (b) entrega de alimentos del PMA a cambio de actividades de conservación de suelos. Los productores que han realizado este tipo de actividades en su finca manifiestan haber notado diferencias en la productividad.

Organización campesina

Las organizaciones existentes en la zona: (a) son sobre todo Asociaciones de Desarrollo Integral, Comités de Salud y Patronatos Escolares (donde se da el servicio de comedor escolar); (b) no tienen una alta participación de los afiliados en la elaboración y ejecución de los planes y proyectos; (c) sus puestos de dirección casi siempre son ocupados por los mismos directivos; y (d) presentan una escasa participación de la mujer dentro de los cuadros directivos. Es decir, existe una escasa experiencia organizativa y poco liderazgo participativo, situación más acusada en las asociaciones con objetivos de producción y comercialización. Esta escasa experiencia organizativa en la zona de actuación del Proyecto ha dificultado el trabajo con grupos ya establecidos, y explica -por otro lado- la alta morosidad del crédito otorgado a través de organizaciones en los años 1992 y 1993. Los campesinos de comunidades que recibieron crédito a través de Asociaciones de Desarrollo destacan que esa fue una experiencia muy negativa, ya que debido a la mora que aún conservan (aunque sea de un solo productor) se les retiró la cédula fiscal a la Asociación, por lo que ya no pueden realizar actividades de interés general (relacionadas con escuelas, acueductos, salones comunales, etc.), lo que repercute negativamente en el bienestar de toda la comunidad.

Sostenibilidad

Los técnicos del MAG (13 contratados con fondos del PPZN y seis de la plantilla ordinaria) y un funcionario del BNCR son los encargados del seguimiento crediticio y de asegurar las recuperaciones. El funcionario del BNCR también tiene a su cargo el seguimiento de la cartera ordinaria del Banco. Al finalizar el Proyecto terminarán los contratos de los 13 técnicos contratados con el presupuesto del PPZN. Por ello, si no se articulan mecanismos que aseguren la recuperación de los créditos otorgados, es previsible que tras la finalización del Proyecto el fideicomiso se vaya descapitalizando por dificultades en las recuperaciones.

El PPZN ha realizado un esfuerzo para conseguir la coordinación entre las instituciones coejecutoras (MIDEPLAN, MAG, CNP y BNCR). De hecho, debido a la forma en que el Proyecto fue diseñado, sin esa coordinación la mayoría de sus actividades no hubieran podido llevarse a cabo. Además, se ha logrado la cooperación de otras instituciones que no habían sido previstas en el diseño (por ejemplo el INA). Pero la coordinación debe ser mejorada, sobre todo entre el MAG y el CNP. Esta coordinación entre las instituciones es imprescindible para asegurar la sostenibilidad de las acciones del Proyecto después de su finalización. Debe aprovecharse la actual voluntad política de coordinar las actividades de todas las instituciones que tengan relación con el sector agropecuario a nivel nacional. La coordinación puede mejorarse de la siguiente forma: (a) Realización de PAOs conjuntos; (b) reuniones de intercambio de experiencias positivas y negativas; (c) difusión de información sobre precios y expectativas de comercialización fuera y dentro del país; y (d) adecuación de la asistencia técnica, la capacitación de productores y el crédito con las necesidades de provisión de insumos para las agroindustrias.

El PPZN se ha relacionado poco con otras organizaciones del entorno (ONGs y organizaciones campesinas), lo que dificulta su sostenibilidad. Los productores vinculados al PPZN no están organizados, por lo que no podrían influir en decisiones del Gobierno sobre el futuro de los servicios del Proyecto. Sólo si se asocian con otras organizaciones locales sería viable su participación significativa en decisiones futuras.

Cuestiones principales y recomendaciones

Los principales problemas del Proyecto según la percepción de los beneficiarios son los siguientes: (a) dificultades para la comercialización de productos financiados (raíces y tubérculos, piña, plátano y cardamomo); (b) escasa asistencia técnica en cuestiones ganaderas; (c) falta de información-capacitación que ayude al productor a una buena compra de bovinos; (d) escasa asistencia técnica en comunidades con caminos de entrada difícil para vehículos en días de lluvia; y (e) dificultades para encontrar a los técnicos los días de oficina establecidos.

Los principales problemas del Proyecto según la percepción de los técnicos son los siguientes: (a) falta de fondos para validación e investigación; (b) no adecuación de las condiciones del crédito a los productores más pequeños y más recientes; (c) falta de incorporación al Proyecto de actividades de agua potable, salud y caminos (o coordinación con instituciones para brindar apoyos en esas cuestiones); (d) falta de motivación y reconocimiento económico a los técnicos, que pueden marcharse a otro trabajo mejor remunerado; (e) dificultad y lentitud para compra de equipo y pago de viáticos a los técnicos.

Crédito

Existe una total dependencia de los productores con crédito de los extensionistas, que son los que deben aprobar el crédito antes de pasar por el Comité de Crédito, y quienes les recuerdan las fechas de pago y negocian la reprogramación de los pagos en caso de vencimiento, además de la supervisión del rubro financiado. El problema surge porque las oficinas del MAG tienen los lunes como "día de oficina" establecido, pero no todos los lunes están los técnicos allí, debido a otras actividades y compromisos no postergables (cursos, reuniones, etc.). El extensionista es, por ello, un agente de crédito sin horario de oficina fijo, lo que dificulta la atención a los clientes.

Extensión agropecuaria

No se preveían actividades de investigación-adaptación, aunque se contaba con los servicios generales del MAG para ello. En la actualidad este tipo de actividades las realiza el PRIAG, que finaliza en octubre de este año. Por ello, los técnicos del MAG (sobre todo en Guatuso y Los Chiles, donde no actúa el PRIAG) no han podido hacer investigación para validar las tecnologías ni para resolver problemas de plagas y enfermedades (graves en algunos casos, como en el tiquisque) que se han presentado.

Las actividades de extensión se realizan sobre todo de forma individual (con visitas a fincas), tal como estaba diseñado en el IA. Actualmente, la política del MAG (debido, entre otras cosas, a la reducción del gasto público) es realizar extensión de forma grupal, por lo que ha establecido los Centros Agrícolas Básicos (CAB) para ahorrar recursos y tiempo, pudiendo atender a más productores. En la zona del Proyecto solamente en los lugares en que también existen actividades del PRIAG (cantón de Upala) y en algunas comunidades que tienen CABs (en la zona del Proyecto existen 39 comunidades con CAB, pero pocos son realmente operativos), la extensión se realiza de forma grupal, en parcelas demostrativas. Además, la extensión individual sólo cubre los rubros financiados con crédito y no llega a productores no financiados. Se recomienda una metodología mixta, que combine la transferencia individual con la grupal. De todas formas, habrá que estimar también los costos del cambio (sobre todo capacitación y sistema de control).

En la zona del Proyecto existen numerosas organizaciones campesinas, sobre todo Asociaciones de Desarrollo Comunal y grupos de mujeres. Sin embargo, la mayoría no cuentan con suficiente capacidad de convocatoria. Esta es una de las causas de que la metodología de extensión grupal no consiga una asistencia numerosa.

La asistencia técnica diseñada para el Proyecto pretendía no solo promover el uso de tecnologías apropiadas para las necesidades de los pequeños productores, sino también la realización de un proceso de capacitación y consolidación de las organizaciones de productores y del proceso de comercialización de sus productos. Sin embargo, no se realizan actividades de fortalecimiento y consolidación de las organizaciones, sobre todo por falta de formación específica en la materia de los técnicos de las diversas instituciones participantes en el Proyecto.

Comercialización y agroindustrias

Aunque éste fue considerado en el informe de Diseño como "uno de los componentes más importantes del Proyecto sobre todo si se tiene en cuenta que el presente Proyecto promoverá el desarrollo de actividades relativamente nuevas para la mayoría de los productores como son piña, cítricos y la producción a escala comercial de plátano y raíces y tubérculos", el presupuesto que se le asignó fue de USD 552 600 (5,3% del costo total del Proyecto).

Uno de los supuestos del diseño del Proyecto era que no existirían problemas de comercialización de granos básicos ni de leche, que serían los principales rubros financiados. Sin embargo, debido a los cambios institucionales y de política general durante la ejecución del PPZN, los rubros financiados se diversificaron, y algunos de ellos presentan dificultades en la comercialización, sobre todo raíces y tubérculos y los productos de las agroindustrias. De hecho, a pesar de que el Proyecto ha aumentado la producción, la situación alimentaria y el empleo de numerosos productores con crédito, las dificultades de comercialización de algunos de los productos financiados han impedido que el impacto positivo sea mayor.

Los nuevos objetivos del CNP (asesorar a los agricultores y a sus organizaciones sobre manejo post-cosecha, comercialización y agroindustrias y realizar formulaciones, análisis y evaluaciones de proyectos agroindustriales) se adaptan a las necesidades del PPZN. Sin embargo, el CNP todavía no ha cumplido con eficacia sus nuevas funciones dentro del Proyecto por diversas razones: (a) el cambio de objetivos de la institución es asimilado lentamente por su personal, y (b) el personal carece de experiencia para asumir sus nuevas funciones. Por ello, los estudios de factibilidad de proyectos de comercialización y agroindustrias, efectuados por el CNP como paso previo a la concesión de crédito, tardan en realizarse entre cuatro meses y año y medio. Estos retrasos han sido problemáticos: (a) por la creación de expectativas a grupos cuyas propuestas después han sido rechazadas, y (b) porque el proyecto en estudio dejaba de ser competitivo al establecerse otro proyecto igual por productores o comerciantes no financiados por el PPZN.

Las agroindustrias establecidas con apoyo del Proyecto se han enfrentado con diversos problemas debidos -sobre todo- a las siguientes cuestiones: (a) falta de capacidad gerencial, (b) sobreestimación de los volúmenes de producción de insumos para las agroindustrias (cardamomo y leche), (c) errores en la predicción de volúmenes y precios de comercialización, (d) errores en los estudios sobre la competencia, y (e) falta de estrategia comercial (etiquetado, canales de comercialización). Los técnicos del CNP han detectado estas carencias, por lo que han propuesto contratar personal para que apoye y enseñe a las Juntas Directivas por un período de un año.

Los técnicos del CNP reciben información del Departamento de Inteligencia de Mercados sobre precios nacionales e internacionales y sobre legislación o acuerdos internacionales que pueden influir en la producción agropecuaria. Esta información les llegaba hasta abril de este año con uno o dos meses de retraso, lo que no era muy operativo. A partir de esa fecha esa información les llega cada 15 días.

La relación entre los técnicos del MAG y del CNP es escasa, por lo que los extensionistas agropecuarios carecen de información para asesorar al productor en relación a fluctuación de precios, previsiones de comercialización, etc.

Los problemas de comercialización debidos al mal manejo post-cosecha de los productos -ya detectados en el diseño del Proyecto- siguen existiendo.

Los productores creen que el PPZN debe encargarse de la comercialización de los productos financiados. Dada la actual función del CNP esto no puede ser así. Además, si el Proyecto actuara como intermediario, no se aseguraría la sostenibilidad de estas actividades una vez finalizado el período de ejecución del Proyecto. De todas formas, hay que tener presente que uno de los objetivos del Proyecto es "establecer servicios e infraestructura de comercialización y asesorar al pequeño productor para garantizar la comercialización de la producción generada con financiamiento del Proyecto, e incrementar la capacidad de negociación de las organizaciones de los productores".

Capacitación

Los cursos impartidos a productores (sobre todo por medio del INA) han sido muy numerosos. Estos se han definido entre extensionistas y la UCP, que solicitan al INA su ejecución dentro de un programa anual acordado de cursos. Pero se ha comprobado que mientras en algunas comunidades se han dado cinco cursos o más desde el inicio de la ejecución del Proyecto, en otras comunidades no se ha impartido ninguno. Además, la materia de los cursos no necesariamente tiene relación con los rubros de producción de los asistentes. Debe tenerse presente que estos cursos han sido realizado casi exclusivamente con recursos del INA, que no forman parte de los recursos en efectivo de contraparte del Gobierno de Costa Rica (aunque se contabilizan como contraparte en especie).

Participación de la mujer

Se han financiado actividades productivas y de comercialización a grupos de mujeres (planta tostadora de plátano y cuatro mariposarios) porque son proyectos productivos desarrollados en actividades no tradicionales que no perpetúan el rol tradicional de la mujer rural. Pero cabe destacar que el PPZN ha financiado estos proyectos sin un estudio adecuado sobre su rentabilidad y capacidad organizativa, y -en algunos casos- sin que existiera identificación del grupo con la actividad a emprender. La necesidad de cumplir con el objetivo de financiar actividades productivas a grupos de mujeres fue el factor decisivo en la toma de desiciones.

Seguimiento y evaluación

Según el diseño del Proyecto, en los primeros seis meses de la ejecución debía llevarse a cabo un Estudio de Base, en el que se incluirían los niveles de desarrollo, las condiciones socioeconómicas de los pequeños productores y la capacidad operacional de las instituciones de apoyo. Aunque se comenzó a trabajar en dicho Estudio, nunca se llevó a cabo. La inexistencia de datos de comparación, dificultan en la actualidad la determinación de los efectos y los impactos del PPZN sobre la población objetivo.

Tanto la Propuesta de Seguimiento y Evaluación para el PPZN elaborada en 1992, como su revisión de 1995 contienen elementos valiosos. Pero como presentan demasiados indicadores sin una priorización y -en algunos casos- confunden objetivos con indicadores, no han sido de demasiada utilidad para el SyE del PPZN. Por otro lado, pocos de los indicadores propuestos se refieren a las variaciones en las condiciones de empleo, nutrición y calidad de vida, por lo que no permiten la evaluación del impacto del Proyecto sobre la población objetivo.

En los diversos Informes de Avance Físico y Financiero las referencias al cumplimiento o no de las actividades previstas se refieren a las previsiones anuales realizadas por el PPZN, y no a las previsiones de los documentos del diseño del Proyecto, por lo que existen pocas comparaciones entre los objetivos generales y las actividades realizadas.

66. El responsable del SyE se ha dedicado también a otras actividades importantes (pero que han reducido considerablemente su tiempo disponible para SyE): apoyo a la dirección y coordinación del Proyecto, organización y coordinación del proceso de planificación anual del PPZN, atención de misiones, realización de la solicitud de ampliación temporal y de área, etc.

Recomendaciones

Sobre la organización del proyecto. Hasta el momento, ha habido poca participación de los productores en el proceso de planificación, gestión y seguimiento y evaluación del Proyecto. De hecho, sólo participan a través de un representante en cada uno de los Comité de Crédito (sin voto hasta 1993 y con un voto entre cinco a partir de esa fecha). El momento actual, en que se discute una posible ampliación temporal y/o geográfica y un posible cambio en la forma de actuación del Proyecto, es una gran oportunidad para ampliar la participación de los productores en la toma de decisiones, con el establecimiento de mecanismos de coordinación y discusión de propuestas.

Aunque cada institución coejecutora tiene sus tiempos y sus rutinas, debe hacerse un esfuerzo para realizar verdaderos Planes Anuales Operativos (PAOs) conjuntos, y no un agregado de PAOs individuales. Esto permitirá la consecución de los objetivos del PPZN y la coordinación institucional.

Sobre el sistema computarizado de administración bancaria en crédito. Con base en la información recogida de los usuarios del 'software' de crédito (personal del BNCR y técnicos del MAG) las propuestas de mejora que se sugieren son las siguientes:

(1) Modificar el informe de salida para que presente (además de la información actual) un resumen con indicadores clave, que sinteticen la situación de la cartera, y que permita apoyar al seguimiento y a la evaluación.

(2) Establecer un nuevo indicador que recupere la información relacionando el monto de lo que se recuperó en un período dado frente a lo que había que recuperar en ese mismo período. Este indicador podría desglosarse: (a) por rubro; y (b) por extensionista.

(3) Introducir una reforma en el "software" para que el usuario tenga la posibilidad de realizar de forma sencilla salidas de información según sus necesidades. Esto no significa que el usuario tenga posibilidad de modificar el programa base.

(4) Desarrollar las capacidades locales para que se puedan realizar reformas del programa más en profundidad en un plazo corto si así se considerara necesario.

(5) Analizar los ajustes requeridos por los usuarios y realizar a la brevedad las adaptaciones necesarias para satisfacer sus necesidades. En particular,

(a)  que en la hoja resumen por extensionista haya información que relacione el cobro de un período con el plan de cobro de ese mismo período (en %);

(b)  que en pantalla (sin necesidad de imprimir) se puedan ver las fechas de los siguientes pagos;

(c)  que el sistema incluya datos del fiador;

(d)  que incluya el número de beneficiarios en cada crédito grupal.

Sobre extensión agropecuaria. Para disminuir los riesgos debidos a enfermedades, plagas y/o problemas de comercialización debe fomentarse la diversificación productiva, no el monocultivo. Agricultores que tuvieron problemas de comercialización de productos que habían sembrado en grandes cantidades tras conseguir una financiación (tanto de operación como de inversión: yuca, cardamomo y piña), han vuelto a la diversificación.

La asistencia técnica hasta el momento se ha hecho de forma individual (tal como se indica en el IA), salvo en los casos en que el área del Proyecto coincide con las actividades del PRIAG y en algunas comunidades con CABs, donde se han realizado actividades grupales. Esta asistencia técnica individual ha llegado exclusivamente a los productores con crédito y se ha centrado en los rubros financiados. El PRIAG acaba sus actividades en octubre de este año. Por lo tanto, aprovechando que los técnicos que han realizado las actividades del PRIAG son los mismos que los del Proyecto (en Upala) podría comenzarse una transferencia de tecnología que combinara la transferencia individual con una metodología de grupo, formando a los técnicos que no han estado previamente trabajando de esta forma. Esto permitiría (a) cumplir con el objetivo del Proyecto de ofrecer asistencia técnica también a productores sin crédito (los beneficiarios indirectos hasta diciembre de 1995 eran el 76% de los 2 020 previstos, pero algunos se han contabilizado más de una vez y otros no pertenecen al grupo objetivo del PPZN), (b) que los productores con crédito no sólo reciban información sobre rubros financiados, sino también sobre otros, lo que disminuiría los riesgos de morosidad, y (c) adecuar la forma de actuación del MAG dentro de la zona del Proyecto a la forma de actuación recomendada por el Ministerio, que es como el MAG tendrá que trabajar cuando finalice el PPZN.

Para conseguir mejorar los resultados obtenidos a través de la extensión con técnicas grupales, es necesario capacitar a los productores en temas organizativos y a los técnicos en metodología participativa.

Debe continuarse con el esfuerzo de regular la compra de bovinos financiados, orientándola hacia fincas de conocida buena calidad en la zona, para garantizar el éxito de la actividad de los pequeños productores con crédito para ganado, ya que se han detectado problemas de morosidad debido a que al comprar ganado de mala calidad no se consiguen los ingresos esperados.

La ganadería y los elementos relacionados (cercas, corrales, establos y pastos) son los principales rubros financiado por el PPZN (casi el 50% hasta junio de 1996). Por ello, deben reforzarse las recomendaciones y charlas sobre manejo higiénico del ordeño, ya que en los análisis realizados en las plantas procesadoras de leche se han detectado altos porcentajes de contaminación. Este problema no sólo repercute en dificultades para la comercialización, sino también en la salud familiar y en el aumento de infecciones del ganado (mastitis). Se recomienda enfatizar al productor que el tiempo y esfuerzo que dedique a la higiene del ordeño repercutirá tanto en sus ingresos (menor gastos de medicamentos en animales infectados) como en la salud de su familia.

Continuar y aumentar las actividades de inseminación artificial y adopción de pastos y forrajes, para conseguir la mejora del hato ganadero y el aumento en el rendimiento lechero. Esto requiere involucrar a nuevos veterinarios y zootecnistas que apoyen a los cinco actualmente trabajando para el PPZN.

La programación de las actividades de extensión con metodología grupal deben ser realizadas de forma participativa con las comunidades. Los productores, al sentirse partícipes de las decisiones del Proyecto, tendrán una mayor identificación con el mismo y un mayor compromiso para asistir de forma regular a las actividades programadas.

El diseño del Proyecto no asignaba presupuestos a las actividades de investigación-adaptación agropecuaria. En la actualidad esas actividades se realizan a través del PRIAG, solo presente en el cantón de Upala, que finaliza en octubre de este año. Se recomienda que esas actividades sean contratadas por el PPZN, utilizando la experiencia ya existente y empleando presupuestos de los fondos no asignados. Otra alternativa complementaria es establecer convenios con universidades que permitan realizar tesis de grado o de post-grado en la zona del Proyecto, siempre y cuando el tema de las mismas sea consensuado entre el estudiante y la dirección del Proyecto.

Dada la dificultad de aumentar el número de extensionistas debido a las políticas de restricción del gasto público, y la necesidad de ampliar la asistencia técnica a productores financiados y no financiados por el Proyecto, es importante explorar la posibilidad de encarar la extensión contando con "expertos locales" ya existentes en la zona y preparando a otros brindándoles el apoyo necesario (capacitación, material, etc). De hecho, el uso de campesinos locales como colaboradores en la extensión ha demostrado ser exitoso en otros proyectos co-financiados por el FIDA. Estas experiencias han permitido reducir sustancialmente los costos de transferencia de tecnología, mejorar la comunicación con los productores y su aceptación de las nuevas tecnologías, crear una fuente de empleo local alternativa y asegurar la continuidad de las actividades de extensión después de la finalización del Proyecto.

Sobre comercialización y agroindustrias. Los técnicos del MAG y del CNP (que son los encargados de la colocación de créditos) deben recibir información periódica y actualizada sobre precios y situación del mercado nacional e internacional y sobre políticas nacionales o acuerdos internacionales que puedan afectar a los precios de los productos agropecuarios. Esto les permitirá tener elementos a la hora de asesorar al pequeño productor.

En el área del Proyecto no existe tradición de almacenamiento de la producción, por lo que los productores venden inmediatamente después de la cosecha (aunque los precios estén bajos), porque la espera repercute en la calidad de los productos, y pierden la cosecha en la tierra en caso de que no encuentren comprador. Se debe capacitar a los productores sobre tratamiento post-cosecha y almacenamiento de granos básicos y raíces y tubérculos (esta es un área en la cual es posible que la FAO pueda apoyar).

El objetivo del PPZN para las agroindustrias y actividades de comercialización financiadas debe ser consolidar las organizaciones como empresas, fortaleciendo su capacidad administrativa y financiera, para asegurar su sostenibilidad tras el cierre del Proyecto. Esto puede requerir un replanteamiento de algunos proyectos agroindustriales ya existentes, el apoyo por etapas a nuevos proyectos y un mayor apoyo con asistencia técnica específica durante la ejecución.

Es necesario incrementar el número de productores que entregan leche a las procesadoras y su constancia en la entrega, aumentar el precio que se les paga por litro y mejorar la calidad del producto entregado. Los tres elementos están interrelacionados. Para aumentar el número de productores que entregan leche se debe, por un lado, considerar el problema del transporte (algunos productores tienen que recorrer distancias largas hasta el punto de entrega por caminos en mal estado, con riesgo de pérdida del producto); y, por otro, asegurar un mercado suficiente y constante, y disminuir los costos de administración para aumentar el precio que se paga por la leche. Si el precio al productor es mayor, previsiblemente aumentará el número de productores que entregan, así como su constancia, a la vez que se lo forzaría a mejorar la calidad de la leche entregada. Todo lo anterior aumentaría no solo los ingresos de los ganaderos, sino también la calidad del producto consumido por él (o ella) y su familia.

Es necesario reforzar la capacitación a los productores de cardamomo y a los técnicos que los supervisan, ya que hay diferencias entre la forma actual de cosecha y manejo post-cosecha y la recomendada por los expertos. De todas formas, se requiere un análisis previo que confirme que el costo extra en la cosecha y post-cosecha será compensado al productor con un aumento en los precios que se le pagan.

El problema de los intermediarios que recogen los productos en la finca y que no pagan al productor es un hecho bastante extendido. Es necesario solucionar este problema. Las organizaciones de productores, apoyadas por el CNP, podrían realizar un censo de intermediarios, que permitiera identificar a los incumplidores y difundir esta información (por ejemplo a través de la radio).

Sobre capacitación. Los cursos impartidos a productores deben adecuarse a sus horarios de trabajo para facilitar una mayor asistencia.

A través del PPZN diversos grupos de productores han recibido capacitación sobre conservación de suelos, a la vez que se entregan alimentos del PMA a cambio de trabajos de conservación. Pero considerando la fragilidad de algunas zonas del Proyecto, ya que hay comunidades que se encuentran en zonas denominadas "de amortiguamiento" (tierras colindantes con áreas protegidas), que Costa Rica es uno de los países con mayores áreas protegidas pero con una de las tasas de desforestación más altas del mundo y que una de las características de la zona es que las malezas, las enfermedades y las plagas se propagan por la humedad del medio y por un empleo inapropiado de los productos agroquímicos, es necesario intensificar y profundizar la capacitación y sensibilización tanto de técnicos como de productores sobre protección ambiental (conservación de suelos con curvas de nivel o terrazas, mantenimiento de acueductos, reducción del uso de agroquímicos, uso de herramientas agrícolas apropiadas, diversificación y rotación de cultivos, manejo de las microcuencas para un mejor aprovechamiento del agua), y aumentar el seguimiento y control de las actividades de esta índole que realizan los productores.

Deben intensificarse las actividades y cursos relativos al fortalecimiento organizativo, tanto dirigidos a técnicos como a productores. La sostenibilidad de las acciones del Proyecto dependerá -en gran medida- de la fortaleza de las organizaciones de productores.

Debe iniciarse a la brevedad el programa radial de capacitación al productor, para lo que han sido capacitados 12 productores y tres técnicos. La radio es un medio que permite el contacto "de productor a productor" de zonas alejadas y el intercambio de experiencias.

Sobre participación de la mujer. Antes de financiar actividades productivas a grupos de mujeres se deben realizar estudios de factibilidad económica y sostenibilidad organizativa como los llevados a cabo para otras actividades productivas. Lo importante no es sólo financiar a grupos de mujeres para que desarrollen proyectos productivos en actividades no tradicionales y que no perpetúen el rol tradicional de la mujer rural, sino también que esos proyectos sean rentables y permitan recuperar la inversión realizada. Se debe estudiar, además, la disponibilidad de tiempo de las mujeres (considerando otras actividades realizadas, distancia y condiciones del camino desde su casa a la planta, etc.).

Sobre seguimiento y evaluación. El Proyecto se encuentra en su etapa final y no se han realizado estudios de efectos. Por otro lado, las actividades de seguimiento se realizan a través de visitas a beneficiarios para conocer su opinión sobre la marcha del Proyecto. Por lo anterior, se recomienda que la USE realice estudios de caso sistemáticos. Estos estudios de caso deben centrarse en "productores tipo" (hombres y mujeres) y en las actividades de transformación primaria y comercialización que se están impulsando (agroindustrias, mariposarios, etc.) y en las que se incorporen en el futuro.

El seguimiento y la evaluación del Proyecto no debe centrarse solamente en actividades realizadas (número de créditos colocados, porcentaje de crédito desembolsado, cursos de formación impartidos, etc.), sino también en los efectos e impactos que esas actividades tienen sobre la población objetivo.

Sobre fortalecimiento organizativo e institucional. Dado que se está intentando aumentar el número de créditos a través del establecimiento de intermediarios financieros y que los problemas de comercialización muestran la importancia de dar asistencia técnica no sólo sobre rubros financiados (sino también sobre otros rubros existentes en la finca del productor), es imprescindible realizar actividades de fortalecimiento de las organizaciones campesinas para aumentar la transferencia de tecnología de forma grupal. Para ello podría contratarse una consultoría que comenzara las acciones y que capacitara a los técnicos. Si se aprueba la reforma del Addendum 2 del fideicomiso (que permitiría contratar directamente personal), una posibilidad alternativa es incorporar a la UCP un profesional (por ejemplo, sociólogo rural), en vez de contratar una consultoría. El fortalecimiento de las organizaciones de productores también se considera importante para la comercialización de los productos primarios o agroindustriales.

Sobre el Organismo Ejecutor. En Costa Rica existe bastante complejidad burocrática para autorizar desembolsos públicos para la contratación de personal, bienes y servicios. Esta situación en la actualidad se ve agravada por la política de recorte del gasto público. Para proyectos futuros sería recomendable estudiar la posibilidad de que el Organismo Ejecutor sea una institución autónoma (por ejemplo el INA), las cuales no tienen que refrendar los contratos con la Contraloría, ya que son aprobados por la Junta Directiva. Puede ser necesario optar entre mayor control financiero o mayor agilidad en la ejecución. Otra solución alternativa podría ser realizar un acuerdo general con alguna institución (por ejemplo el IICA), a través de la cual se realizarían las contrataciones de algunos bienes y servicios de una forma más ágil, como sucede en otros países de América Latina.

Lecciones aprendidas

Sobre la adecuación del crédito al grupo objetivo

Los proyectos de desarrollo rural con componente de crédito deben adaptar la forma de pago a las posibilidades de los pequeños productores. La amortización de intereses trimestral no se adecua al flujo de ingresos de estos clientes, que disponen de efectivo principalmente en la época de venta de la cosecha. Si se quiere que el crédito llegue al pequeño productor, los cobros deben adecuarse al rubro financiado (post-cosecha para el caso de créditos de operación en agricultura, anual en el caso de inversión en ganadería, y dependiendo del ciclo de producción del cultivo en el caso de inversión en agricultura). De hecho, aunque los productores con crédito desearían que las tasas de interés fueran más bajas, esta cuestión se queda en un segundo plano, ya que lo importante para ellos es la posibilidad de acceso al crédito y la adecuación de los pagos a sus posibilidades. El PPZN cambió la forma de cobros desde principios de 1994, después de las recomendaciones de una consultoría FIDA-RUTA.

Sobre extensión agropecuaria

Los proyectos de crédito agropecuario que pretendan introducir cultivos no tradicionales en la zona (sobre todo cultivos de exportación) deben tener un apoyo importante en extensión y en comercialización, para asegurar que se están promoviendo cultivos que serán comercializados a precios razonables.

Las tecnologías promovidas por los proyectos casi siempre necesitan adaptación, sobre todo si se presentan enfermedades y plagas imprevistas. Por ello, los proyectos de desarrollo rural con actividades de asistencia técnica deben incluir en su presupuesto fondos para actividades de adaptación tecnológica.

Sobre comercialización

Para mejorar los ingresos por la venta de productos agropecuarios deben fortalecerse las organizaciones de productores. Estas permiten un mayor acceso al uso de insumos, a la asistencia técnica y al crédito. Además, se pueden aprovechar las economías de escala para la producción. Por ello, las actividades de fortalecimiento organizativo y de formación de los extensionistas en técnicas de transferencia grupal deben tener prioridad.

Es necesario dar mayor peso relativo a las actividades de comercialización del que se les otorga en los proyectos, porque los aumentos en la productividad no siempre se acompañan de crecimiento de los ingresos netos si los productos no se comercializan debidamente. Además, si un productor no puede comercializar productos financiados por el Proyecto, adquiere una visión negativa del Proyecto en su conjunto, aunque la oportunidad del crédito y la asistencia técnica productiva sean percibidas como adecuadas.

Sobre capacitación

En los proyectos de desarrollo rural con crédito para inversión en agricultura de exportación o para agroindustrias se deben seleccionar extensionistas con conocimientos sobre política agrícola nacional, acuerdos internacionales de comercio y situación de los mercados (o capacitar a los ya contratados) para que cuenten con elementos adecuados a la hora de recomendar y financiar rubros de producción para su venta en mercados internos y externos.

Sobre participación de la mujer

Las actividades económicas con participación de la mujer deben incluir análisis de factibilidad económica y sostenibilidad organizativa, para evitar la formación de falsas expectativas y la desarticulación de los grupos de mujeres.

Sobre seguimiento y evaluación

Las propuestas de SyE para los proyectos deben contener más elementos prácticos que teóricos. Los indicadores que se establezcan no deben ser muy numerosos, y deben referirse tanto al contexto del Proyecto como a las actividades, a los productos, a los efectos y a los impactos del mismo. Además, se deben incluir parámetros que orienten a la USE sobre qué porcentaje de cumplimiento se considerará aceptable y a qué nivel se debe 'encender la luz de alarma'.

Sobre organización campesina

La experiencia de este Proyecto y de otros en Costa Rica (como el Proyecto de Desarrollo Agrícola de la Zona Atlántica) muestra la importancia del fortalecimiento de grupos organizados (asociaciones, cooperativas, etc.) que establezcan un vínculo entre el gobierno y los productores, con el fin de convertirse en agentes de cambio y de desarrollo de sus regiones una vez finalizado el período de ejecución de los proyectos financiados con capital internacional.

 

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