Cultivos
Los agricultores en pequeña escala cultivan un tercio de los alimentos del mundo. En un mundo en rápida evolución, necesitan apoyo para poder cultivar de manera sostenible.
En 2022, una de cada tres personas adultas de las zonas rurales padecía inseguridad alimentaria. Los pequeños productores y sus comunidades, a pesar de que producen un tercio de los alimentos que se consumen en el mundo, padecen hambre e inseguridad alimentaria debido a las deficiencias de los sistemas alimentarios. Las prácticas agrícolas insostenibles y el cambio climático están agravando esta situación.
Para el FIDA, la agroecología es un elemento importante de la solución y consiste en usar un enfoque integrado y global para transformar los sistemas alimentarios. Permite producir suficientes alimentos diversos y asequibles, al tiempo que se conserva y protege la biodiversidad y los recursos naturales.
La agroecología mejora las capacidades de los pequeños productores, en especial de las mujeres y la gente joven, para promover sistemas alimentarios sostenibles. Las técnicas agroecológicas, que combinan la ciencia moderna y los conocimientos tradicionales con el uso de principios ecológicos, son sostenibles desde el punto de vista ambiental, socialmente justas social y económicamente viables.
En aproximadamente el 60 % de los proyectos del FIDA finalizados entre 2018 y 2023 se aplicaron prácticas agroecológicas, muchas de las cuales estaban relacionadas con iniciativas de adaptación al cambio climático y mitigación de sus efectos.
El Programa Mundial del FIDA a favor de los Pequeños Productores Agroecológicos y la Transformación Sostenible de los Sistemas Alimentarios facilita biosinsumos a los pequeños productores de África, América Latina y el Caribe, como semillas mejoradas y tecnologías innovadoras. Además, amplía los mercados y refuerza los servicios de asesoramiento rural, lo que propicia el uso de principios agroecológicos que aumentan la producción al tiempo que conservan los recursos naturales. En el marco del programa también se están diseñando instrumentos para evaluar los beneficios económicos, ambientales y sociales de las inversiones en agroecología.