El FIDA centrará su actividad en México en promover la inclusión económica activa de la población rural más pobre y vulnerable

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El FIDA centrará su actividad en México en promover la inclusión económica activa de la población rural más pobre y vulnerable

Roma, 1 de junio de 2020- El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el organismo especializado de las Naciones Unidas para el desarrollo rural, ha validado su estrategia de actuación hasta 2025 en México. En ella se fija como principal objetivo promover la inclusión económica activa de la población rural para luchar contra la pobreza.

“Compartimos la nueva visión del Gobierno de que luchar contra la pobreza rural de forma sostenible no puede hacerse sólo con subsidios, sino buscando la incorporación activa de la población rural más pobre a la vida económica de sus territorios”, aseguró Francisco Pichón, Director en el País para México del FIDA.

“Para reducir la pobreza en las áreas rurales de México y de toda la región tenemos que crear oportunidades económicas e integrar a los grupos más vulnerables –mujeres, jóvenes, pueblos indígenas, sobre todo– a los mercados, siempre en coordinación con los planes de desarrollo de los gobiernos”, completó Rossana Polastri, Directora del FIDA para América Latina y el Caribe.

En México, este principio se concreta en una estrategia que busca aprovechar las transferencias de los programas de protección social del Gobierno a la población rural pobre y vulnerable para que esta sea capaz, además de atender sus necesidades básicas, de transformarse en agentes económicos activos, de acuerdo con los objetivos del Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 (PND).

Las operaciones apoyadas por el FIDA trabajarán en estrecha relación con los programas Sembrando Vida y Fomento a la Economía Social del Instituto Nacional de Economía Social (INAES); el Programa de Fortalecimiento Productivo de las Comunidades Indígenas y Afro-mexicanas del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI); el Programa de Inclusión Productiva de las Comunidades Rurales de zonas semiáridas, de la la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) y los programas Desarrollo Rural Integral en el Sur-Sureste, Producción para el Bienestar, Desarrollo Rural y Fomento a la Agricultura de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) entre otros.

Para garantizar la transición de las poblaciones rurales más pobres de la subsistencia a la inclusión económica, las operaciones del FIDA complementarán los programas sociales que hacen transferencias de dinero a los grupos más vulnerables con el fomento de actividades productivas. Lo hará mediante el desarrollo de capacidades humanas, organización de los productores, acceso a los activos productivos y asistencia técnica continua para la consolidación de microempresas generadoras de empleo e ingreso en la población objetivo.

El FIDA ampliará también el uso herramientas para la inclusión financiera (mecanismos de garantías de préstamos y de aprovechamiento de las remesas) buscando oportunidades de ccolaboración con el sector privado en este campo.

La inversión prevista por el FIDA en México durante los próximos cinco años asciende a USD 94,5 millones que, sumados a las aportaciones del Gobierno mexicano, los propios beneficiarios y otros donantes internacionales (USD 50 millones) sumarán finalmente USD 214 millones.

En atención a las prioridades del PND, la estrategia se focalizará en los colectivos más desfavorecidos: pueblos indígenas, comunidades afro-mexicanas, mujeres y jóvenes que viven en condiciones de pobreza rural en los estados de sur y sureste de México, así como las regiones semiáridas del centro y norte del país.

Aunque México es la segunda economía en América Latina y el Caribe, el país enfrenta importantes brechas económicas y sociales. En lo que se refiere a las áreas rurales, aunque la agricultura emplea al 14 % de la población activa, representa menos del 4 % del Producto Interior Bruto mexicano.

Más del 75 % de los productores agrarios son agricultores familiares cuyos campos no alcanzan las cinco hectáreas y que practican una agricultura de subsistencia basada en técnicas tradicionales que dependen de la lluvia. Casi ninguno tiene acceso a semillas mejoradas, riego, crédito, seguros, asistencia técnica, o infraestructura de comercialización.

Estos datos se podrían ver agravados por el impacto de la COVID-19. Según un reciente informe del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), el porcentaje de población viviendo en la pobreza pasaría del 48,8 % en 2018 al 56 % en 2020. El porcentaje de población viviendo en la extrema pobreza ascendería del 16,8 % al 25,3 %. En los próximos meses 10 millones de mexicanos podrían convertirse en pobres.

“Si queremos paliar el retroceso de los avances sociales de los últimos años y recuperarnos del impacto de la COVID-19 tenemos que invertir en las áreas rurales por dos poderosas razones: en ellas se concentra la mayoría de la población pobre de la región y los agricultores familiares garantizan la seguridad alimentaria, algo esencial en la lucha contra la exclusión social”, aseguró Rossana Polastri, Directora del FIDA para América Latina y el Caribe.

 

 

Nota para los editores

Actualmente, el FIDA mantiene activos dos programas en México:

  • El Proyecto de Economía Social: Territorio e Inclusión (PROECO) tiene un presupuesto de USD 54,6 millones, de los que el FIDA aporta USD 35,3. Beneficia a 22.540 personas en los estados de Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla y Veracruz. Su objetivo es aumentar la productividad e ingresos de las y los agricultores familiares invirtiendo en proyectos productivos, asistencia técnica y acceso a servicios financieros.
  • El Proyecto de Desarrollo Sustentable para las Comunidades Rurales de Zonas Semiáridas - Regiones Norte y Mixteca (PRODEZSA) tiene un presupuesto de USD 42 millones, de los que 35,37 son aportados por el FIDA. Su objetivo es apoyar la producción agrícola sostenible a través de la rehabilitación y la gestión racional de los recursos naturales. Se prevé que beneficie a un total de 20.000 hogares en 13 estados del país.

 

El FIDA invierte en la población rural y, al empoderar a estas personas, les ayuda a reducir la pobreza, aumentar la seguridad alimentaria, mejorar la nutrición y fortalecer la resiliencia. Desde 1978, hemos destinado 22 400 millones de dólares de los Estados Unidos en donaciones y préstamos a bajo interés a proyectos que han permitido llegar a alrededor de 512 millones de personas. El FIDA es una institución financiera internacional y una organización especializada de las Naciones Unidas con sede en Roma, donde se encuentra el mecanismo central de las Naciones Unidas para el sector de la alimentación y la agricultura.

Comunicado de prensa No.: IFAD/24/2020