Áreas de acción
Descubra cuáles son nuestras principales áreas de trabajo, que van desde el fomento de la resiliencia hasta el empoderamiento de la población rural y la protección del medio ambiente.
La región del Cercano Oriente, África del Norte, Europa y Asia Central abarca tres continentes y cuenta con una gran variedad de climas y paisajes, desde los áridos desiertos de África del Norte hasta las cadenas montañosas de Asia Central. Tiene una población joven y dinámica, de culturas y situaciones socioeconómicas muy diversas, con un gran potencial para impulsar el desarrollo sostenible.
Sin embargo, las situaciones de fragilidad y sus efectos multidimensionales suponen un gran obstáculo para la región y se deben principalmente a los conflictos. Los países más afectados son el Yemen, Somalia, Siria, el Sudán y Palestina. Además, existen otros obstáculos como la volatilidad económica, la debilidad de la gobernanza, la desigualdad social y el desempleo juvenil.
Las situaciones de fragilidad suelen aumentar las tasas de desnutrición y pobreza. Se estima que, para 2030, tres de cada cinco personas en situación de pobreza extrema se encontrarán en países con situaciones de fragilidad y conflicto.
Para complicar aún más las cosas, la región es muy vulnerable a los efectos del cambio climático, sobre todo a la escasez de agua. Las sequías y las inundaciones están afectando a la agricultura y a los medios de vida rurales. Además, la desertificación está obligando a las personas a abandonar sus hogares, agravando aún más el problema de las personas desplazadas.
Para impulsar el desarrollo rural sostenible y crear sistemas alimentarios resilientes es fundamental garantizar la seguridad hídrica mediante prácticas agrícolas resilientes al clima. En muchos casos, las soluciones ya nos las dan los pequeños agricultores de la región. Por ejemplo, una de las que ya se utilizan actualmente en Egipto para gestionar los recursos hídricos consiste en el empleo de métodos de riego tradicionales para obtener mejores cosechas.
Para poder hacer frente a los desafíos que se plantean en la región hay que adoptar un enfoque integral. Si se promueve el desarrollo sostenible, se fomenta la resiliencia y se invierte en capital humano, se podrá facilitar el camino hacia un futuro más próspero y equitativo.
A la hora de invertir en las personas pobres de las zonas rurales de la región, el FIDA utiliza un enfoque en el que se tiene en cuenta la urgente necesidad de hacer frente a las distintas perturbaciones y vulnerabilidades ambientales. Nuestros esfuerzos se centran en empoderar a las personas de las zonas rurales, fortalecer su resiliencia económica y promover el desarrollo sostenible.
Nuestra cartera de inversiones, que asciende a un total de USD 1 900 millones de dólares y cuenta con 31 proyectos activos en 2024, impulsa la productividad, fomenta la resiliencia y reduce la pobreza. Para lograrlo fortalecemos las cadenas de valor agrícolas y facilitamos el acceso a la financiación y las tecnologías. Al mejorar el acceso a los mercados y promover prácticas de comercio justo, el FIDA garantiza que las economías rurales estén más integradas y sean más equitativas y resilientes.
Fomentamos el emprendimiento digital parta impulsar el crecimiento económico sostenible mediante la puesta en marcha de iniciativas de comercio electrónico para apoyar a los ganaderos ovinos en Marruecos, la creación de billeteras electrónicas en Egipto y Jordania, y el uso de sistemas de información geográfica para optimizar las inversiones relacionadas con el clima en Kirguistán.
El FIDA hace especial hincapié en la sostenibilidad ambiental y la resiliencia al clima. Invertimos en prácticas agrícolas sostenibles, iniciativas de gestión de los recursos naturales, tecnologías climáticamente inteligentes y medidas de conservación de la biodiversidad. En Türkiye, por ejemplo, el uso de paneles solares para calentar agua y la adopción de prácticas sostenibles de gestión de los recursos naturales ayudaron a reducir en un 25 % el consumo doméstico de agua y aumentaron un 30 % la cubierta vegetal de los pastizales.
Creamos oportunidades para la gente joven de las zonas rurales, lo que ayuda a reducir la emigración a las zonas urbanas y fomenta el bienestar de las comunidades rurales. En Montenegro, por ejemplo, se están llevando a cabo varias medidas integrales para que las personas jóvenes puedan acceder a la financiación, a tecnologías agrícolas modernas y a programas de capacitación específicos.
Los desafíos que afectan a la región no entienden de fronteras, por eso promovemos la cooperación regional como parte fundamental del desarrollo sostenible. Una mayor colaboración entre los países de la región en ámbitos como el comercio, las infraestructuras y la investigación puede ayudar a encontrar soluciones compartidas y aumentar la estabilidad y la prosperidad en toda la región.
Communication Analyst, Near East, North Africa, Europe and Central Asia
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