Gestión orientada a los resultados
La gestión basada en los resultados aumenta la eficacia del desarrollo rural.
La mayor parte de las personas que viven en las zonas rurales se ganan la vida produciendo alimentos y, sin embargo, también son de las personas que más hambre pasan del mundo. Con una inversión mayor, estas personas pueden cultivar y vender más productos, aumentar sus beneficios y llevar una dieta mejor.
Además, casi la mitad de la población de los países en desarrollo vive en zonas rurales, por lo que invertir en ella es invertir en un futuro mejor para todos.
¿Por qué? Porque así habrá menos períodos de escasez de alimentos y menos conflictos y migraciones, al tiempo que habrá un mayor número de biodiversidad protegida, tierras recuperadas y personas alimentadas.
A fin de lograr esos cambios, el aumento de las inversiones debe destinarse y beneficiar a las personas adecuadas, lo que significa que las personas vulnerables de las zonas rurales han de ser el eje central del desarrollo.
Cuanto más se impliquen en el proceso y más capacidad tengan, no sólo como meras participantes, sino también como responsables de la toma de decisiones, mayor será el impacto. Por eso adoptamos un enfoque ascendente e impulsado por la comunidad para transformar los medios de vida rurales.
A la hora de diseñar los proyectos, lo primero que hacemos es identificar a los grupos específicos a los que irán dirigidas nuestras inversiones. Luego, en estrecha colaboración con las organizaciones locales, determinamos sus necesidades, prioridades y oportunidades económicas, y formulamos intervenciones que les permitan aprovechar dichas oportunidades.
Nuestros proyectos mejoran el acceso de la población de las zonas rurales a insumos esenciales como la tierra, el agua, las carreteras, la electricidad, los mercados, los servicios financieros, los servicios de asesoramiento y la tecnología, para que puedan prosperar. Esto tiene un efecto multiplicador que transforma comunidades enteras desde el punto de vista económico y social.
Para reducir y eliminar las desigualdades sociales y económicas hay que poner especial atención en crear oportunidades dirigidas a las personas más pobres y marginadas, entre ellas las mujeres, las personas jóvenes, los Pueblos Indígenas y las personas con discapacidad.
Nuestros proyectos están dirigidos a esos grupos para que nadie se quede atrás.
El FIDA se centra en la población de las zonas rurales que vive en situación de pobreza, o que corre el riesgo de caer nuevamente en la pobreza, y que podría sacar provecho de la mejora de las oportunidades. Para las personas que no pueden aprovechar estas oportunidades de manera inmediata, el FIDA utiliza un enfoque gradual para facilitar su acceso a los recursos que les permitirán beneficiarse de las intervenciones del Fondo en el futuro.