Actividades especializadas
Nos especializamos en las actividades necesarias para la transformación de sistemas rurales y alimentarios inclusivos, productivos, resilientes y sostenibles.
Invierte en los millones de personas del medio rural que corren mayor riesgo de quedarse atrás: los pobres, los pequeños productores de alimentos, las mujeres, los jóvenes, los pueblos indígenas y otros grupos vulnerables que viven en las zonas rurales. Dirige su apoyo a países de ingreso bajo y países de ingreso mediano bajo, especialmente en el África Subsahariana, pero también presta apoyo para hacer frente a las bolsas de pobreza persistentes que existen en los países de ingreso mediano alto. El FIDA trabaja en zonas remotas y en contextos difíciles de inseguridad alimentaria, tensiones ambientales y fragilidad.
Desde 1977, el FIDA ha sido pionero en proyectos de desarrollo rural y agrícola centrados en las personas.
Nos especializamos en las actividades necesarias para la transformación de sistemas rurales y alimentarios inclusivos, productivos, resilientes y sostenibles.
El FIDA se asocia con gobiernos, otras instituciones financieras, el sector privado, organizaciones no gubernamentales (ONG) y las personas del medio rural y sus organizaciones en los casi 100 países en los que actualmente tenemos inversiones.
Los proyectos apoyados por el FIDA se enmarcan en un enfoque estratégico que es coherente con las estrategias de desarrollo de los gobiernos.
de 201 millones de pequeños productores
de 111 millones de participantes en los proyectos
de 264 millones de mujeres y hombres de las zonas rurales en al menos un 20 %.
"Para fomentar un crecimiento inclusivo que llegue a los más necesitados, las grandes inversiones como las infraestructuras se han complementado con esfuerzos para estimular el “crecimiento desde abajo”, es decir, inversiones a nivel comunitario en pequeñas y medianas empresas, en pequeños productores y en la economía rural no agrícola.
Es necesario adoptar medidas específicas adicionales en los países en los que la pobreza rural y la inseguridad alimentaria siguen siendo importantes."
Estas acciones deben llevarse a cabo a nivel de base, si se quiere que tengan la posibilidad de llegar a las personas más pobres y marginadas con los recursos y habilidades que necesitan.
se han beneficiado del programa
se han gestionado con técnicas agrícolas resilientes al clima
han mejorado su acceso al agua para la producción y la elaboración
reciben apoyo en materia de gestión de los riesgos climáticos
en infraestructura resiliente al clima
se basará en estos éxitos, centrándose en los países de ingreso bajo, en particular los que se encuentran con problemas de sobreendeudamiento y en entornos frágiles.
Las asociaciones entre el sector público, el sector privado y los productores pueden llevar a la ampliación y mejora de los servicios y el acceso a los mercados para los pequeños productores pobres.
El FIDA está desarrollando una nueva estructura financiera para aumentar drásticamente su impacto y su capacidad para ayudar a los países más necesitados. Esto incluye inversiones específicas basadas en donaciones, mejores estrategias de gestión del riesgo, un mayor aprovechamiento de los recursos, así como nuevos instrumentos financieros como el nuevo Programa de Participación del Sector Privado en la Financiación (PSFP).
La población rural, es decir, los pequeños productores rurales, las mujeres del medio rural, los jóvenes y los pueblos indígenas, necesitan actualmente apoyo e inversiones para mejorar sus vidas y crear condiciones de prosperidad, seguridad alimentaria y resiliencia para sí mismos y sus comunidades. Desempeña un papel fundamental en la producción sostenible de alimentos para el planeta, al tiempo que gestiona las fuentes de biodiversidad más ricas del mundo y se adapta a los efectos del cambio climático y los mitiga.