Con una dotación de 300 millones de dólares de los Estados Unidos, ha ayudado a 8 millones de pequeños agricultores vulnerables en 43 países a hacer frente a los efectos del cambio climático y a crear medios de vida más resilientes, y ha permitido que 1 millón de hectáreas de tierra se gestionen a través de prácticas resilientes al clima y se mitiguen 60 millones de toneladas de dióxido de carbono, lo que equivale aproximadamente a las emisiones anuales de unas 2 100 aerolíneas comerciales.  Estos hitos se lograron gracias a la siguiente labor: 

• Colaboración en el ámbito de las políticas: ayuda a las instituciones agropecuarias a cumplir con los compromisos asumidos en la lucha contra el cambio climático y las prioridades de adaptación a este. 

• Evaluación del riesgo climático: facilitación del uso de la información sobre el riesgo climático cuando se planifican inversiones para fomentar la resiliencia. 

• Empoderamiento de las mujeres: aumento de su participación en las actividades de adaptación al clima. 

• Colaboración con el sector privado: fortalecimiento de la participación del sector privado y las organizaciones de agricultores en las actividades de mitigación del cambio climático y adaptación a sus efectos. 

• Gestión de los recursos naturales: refuerzo de la participación de los productores en pequeña escala en los procesos de adopción de decisiones y mejora de las tecnologías de gestión de estos recursos. 

• Gestión de los conocimientos: al difundir conocimientos sobre agricultura resiliente al clima.