Una nueva Alianza Global para acabar de una vez por todas con el hambre y la pobreza
Los ODS se están alejando. Pero si trabajamos juntos, no es demasiado tarde para retomar el camino y cumplir la promesa de un futuro mejor.
Como parte esencial del ecosistema de la financiación para el desarrollo, el FIDA establece vínculos entre los pequeños agricultores y la financiación mundial para que puedan alimentar al mundo de forma sostenible y construir al mismo tiempo comunidades rurales prósperas.
¿Pero cómo funciona exactamente este complejo sistema? Respondemos sus preguntas.
La financiación para el desarrollo es la financiación utilizada para lograr resultados sociales, ambientales y económicos que beneficien a las personas y el planeta.
Las formas más comunes de financiación para el desarrollo son las donaciones, que no se deben reembolsar, y los préstamos, que sí. Ambas formas pueden proceder de fuentes públicas, como gobiernos, o privadas, como bancos y empresas.
Cuando varios países se unen para establecer un banco de desarrollo, el resultado se conoce como institución financiera internacional (IFI). Las IFI son el eje del sistema mundial de financiación para el desarrollo, ya que financia una gran variedad de programas acordes con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El FIDA es una IFI, pero también es un organismo especializado de las Naciones Unidas con el mandato fundamental de erradicar la pobreza y el hambre invirtiendo en las personas de las zonas rurales.
Con décadas de experiencia en desarrollo rural, el FIDA está preparado para diseñar y ejecutar los proyectos que financia. Esto significa que proporciona donaciones y préstamos asequibles a largo plazo a los gobiernos y, al mismo tiempo, recurre a sus conocimientos técnicos para encontrar soluciones innovadoras a los desafíos a los que se enfrenta la población rural.
Gracias a su posición única en el sistema de financiación para el desarrollo, el FIDA logra que las personas que normalmente pasarían desapercibidas para los sistemas financieros se beneficien de la financiación pública y privada.
Gran parte de sus fondos provienen de las aportaciones de los Estados Miembros de todos los niveles de ingresos. En el ciclo actual de reposición de fondos, el FIDA ha conseguido promesas de contribución por valor de más de USD 1 400 millones.
En 2020, el FIDA se convirtió en el primer fondo de las Naciones Unidas en recibir una calificación crediticia. Esto significa que puede aprovechar el poder de los mercados financieros mundiales y destinar los fondos tomados en préstamo a la población rural, complementando los recursos disponibles con la asistencia oficial para el desarrollo.
Actualmente, el FIDA tiene la calificación crediticia AA+ de S&P y de Finch, lo que asegura la solvencia del Fondo a los inversores potenciales. Esto, junto con la férrea misión y el impacto demostrado del FIDA, hace que los bonos del Fondo sean particularmente atractivos para los inversores institucionales, como fondos de pensiones y compañías aseguradoras. El FIDA les permite hacer inversiones a largo plazo, seguras y sostenibles que reportan beneficios no solo para ellos mismos, sino para el mundo.
Por último, el FIDA utiliza la financiación existente para movilizar aún más fondos de cofinanciadores, como gobiernos, empresas del sector privado, fondos de donantes internacionales y otras IFI.
Los pequeños agricultores y sus comunidades suelen tener dificultades para acceder a la financiación y con frecuencia pasan desapercibidos para los inversores mundiales. Sin embargo, para crear sistemas alimentarios sostenibles y proteger los recursos naturales, la necesitan urgentemente.
Trabajando con el FIDA, las comunidades rurales y sus miembros más marginados, como las mujeres, los Pueblos Indígenas y las personas con discapacidad, participan en proyectos que les permiten aumentar su producción, conservar el agua, proteger las tierras y la biodiversidad y ganarse la vida de forma digna.
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A pesar de que el sistema de financiación para el desarrollo puede parecer complejo, su objetivo es simple: crear un mundo mejor para todos. Durante decenios, el FIDA ha desempeñado un papel decisivo para lograr este objetivo y seguirá haciéndolo en los próximos años.