Explicativo | 19 noviembre 2024

El metano importa. He aquí cómo podemos reducirlo.

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Desde las intensas olas de calor en Filipinas hasta las inundaciones catastróficas en el Sahel, los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes. Esto se debe a la creciente crisis climática, provocada por las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de las actividades humanas.

Aunque las emisiones de dióxido de carbono son el factor impulsor más importante del cambio climático, la atención también se está desplazando hacia el metano. Veamos por qué.

¿Qué es el metano y de dónde procede?

El metano es un gas incoloro y muy inflamable. Es el principal componente del gas natural, que se utiliza ampliamente para cocinar y generar energía.

También es un potente gas de efecto invernadero: es unas 80 veces más potente que el dióxido de carbono para atrapar el calor en la atmósfera durante un período de 20 años.

La mala noticia es que el sector agropecuario es responsable del 40 % de las emisiones de metano, y casi un tercio de ellas proceden de la ganadería. Las emisiones de los rumiantes se deben a su proceso de digestión y a su estiércol, aunque este gas también se libera por la descomposición de la materia vegetal. Por ejemplo, los arrozales inundados son responsables de casi un 10 % de las emisiones totales.

La buena noticia es que sabemos cómo reducir estas emisiones y, aunque se trata de un gas de efecto invernadero muy potente, también tiene una vida corta. El metano permanece en la atmósfera unos 12 años antes de degradarse, mientras que el dióxido de carbono, como el que se emite por la quema de combustibles fósiles, puede perdurar durante siglos.

Por eso, más de 150 países han firmado el Compromiso Mundial sobre el Metano y se han comprometido a reducir las emisiones mundiales de este gas en al menos un 30 % para 2030. Estos países reconocen que reducir las emisiones de metano no es solo una gran victoria, sino una victoria rápida.

El ganado es uno de los principales responsables de las emisiones de metano en todo el mundo. © IFAD/Enoch Kavindele Jr

¿Cómo podemos erradicar el hambre y limitar al mismo tiempo el aumento de la temperatura mundial?

Millones de personas en todo el mundo dependen de actividades agropecuarias que emiten metano para su seguridad alimentaria y su nutrición, por no hablar de sus medios de vida.

La ganadería es un componente esencial del modo de vida tradicional de muchas comunidades rurales. Por ejemplo, para las comunidades de pastores masái o samburu de África Oriental, cuidar de sus rebaños es una parte fundamental de su identidad indígena.

Además, muchos paisajes naturales dependen del ganado. Los animales de pastoreo ayudan a mantener la salud de los ecosistemas de pastizales cuando se gestionan de forma sostenible.

Para que la ganadería alimente a las personas sin dañar el planeta, debe ser más sostenible. Y aunque los pequeños productores no son grandes emisores, pueden adoptar prácticas que reduzcan las emisiones al tiempo que aumentan su producción y sus ingresos.

¿Cómo ayuda el FIDA a los productores a reducir las emisiones de metano?

Tabitha cocina utilizando biogás hecho con estiércol de vaca en Kenya. © IFAD/Translieu/Samuel Nyaberi

¿Cuál es la función de los Gobiernos?

Con el apoyo del FIDA, los Gobiernos están cumpliendo el Compromiso Mundial sobre el Metano. Mediante nuestro emblemático Programa de reducción de las emisiones de metano en el sector agropecuario (RAMP, por sus siglas en inglés) ayudamos a los países en desarrollo a mitigar las emisiones al tiempo que protegen los sistemas alimentarios y los medios de vida rurales.

Mediante el programa RAMP se están llevando a cabo proyectos en 11 países destinados a reducir las emisiones de metano procedentes de la ganadería y el cultivo del arroz. También se facilita el intercambio de conocimientos con múltiples asociados para compartir las mejores prácticas y maximizar su impacto en la reducción del metano del sector agropecuario.

Además, en el marco de este programa, se colabora con 17 países para integrar la reducción del metano en sus contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN), en las que se establecen las medidas que estos deben adoptar en relación con el clima como parte del Compromiso Mundial sobre el Metano. Asimismo, se ha elaborado una guía con una hoja de ruta adaptable para planificar los compromisos sobre el metano, con el fin de ayudar a otros países en esta tarea.

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La mitigación de las emisiones de metano es una parte fundamental de la acción climática y es esencial para mantener el aumento de la temperatura mundial por debajo de 1,5 °C. Con el apoyo adecuado, los pequeños productores pueden ser parte de la solución para reducir las emisiones de metano de nuestros sistemas alimentarios, al tiempo que protegen sus ingresos y formas de vida.

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