Explicativo | 26 marzo 2025

Las 5 inversiones que contribuirán a alimentar a la población mundial

Tiempo estimado de lectura: 6 minutos
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Si la población mundial asciende a 8 200 millones de personas y producimos un volumen de alimentos suficiente para alimentar a 10 000 millones, ¿por qué un tercio de los habitantes del planeta no puede permitirse tener una alimentación saludable?

La respuesta está clara: los sistemas alimentarios mundiales no funcionan. Lo que producimos, los métodos que empleamos para ello y nuestros patrones de consumo no están resultando eficientes, ni para los 148 millones menores de 5 años que sufren retraso en el crecimiento debido a la desnutrición crónica ni tampoco para los 390 millones de personas de entre 5 y 19 años con sobrepeso u obesidad. Más de la mitad de la población mundial no ingiere suficientes micronutrientes para llevar una vida sana

¿Qué se puede hacer al respecto? Veamos qué soluciones existen.

¿Por qué invertir en la alimentación a escala mundial?

La respuesta puede parecer obvia, ya que el derecho a la alimentación es un derecho humano universal. Es un compromiso que todos debemos asumir para asegurarnos de que todas las personas del planeta tengan suficientes alimentos nutritivos, no solo para sobrevivir, sino para prosperar.

La mejora de la nutrición también redunda en la salud, el desempeño en el ámbito académico y los ingresos de las personas y las comunidades. Cada dólar invertido en nutrición genera unos beneficios de 23 dólares de los Estados Unidos, que no solo se obtienen aumentando la producción de alimentos, sino que también es necesario que los productos alimenticios sean variados, nutritivos y de calidad.

Esto supone aplicar en el presente métodos de producción de alimentos que no dañen el planeta en el futuro. Implica replantearse nuestros sistemas alimentarios para respetar y conservar los recursos hídricos y el suelo, que son el sustento de los alimentos nutritivos. También conlleva establecer cadenas alimentarias sostenibles, productivas y equitativas, en las que los productores reciban una remuneración justa y el transporte de los alimentos, desde las explotaciones agropecuarias hasta los consumidores, se realice en condiciones de seguridad.

¿Cómo podemos alimentar a la población mundial en el presente y de cara al futuro?

La solución debe buscarse en el ámbito local. La mejor manera de lograr que todas las personas gocen de seguridad nutricional es invertir en el sector agropecuario a pequeña escala y en los sistemas alimentarios locales de los países de ingreso bajo y mediano. De ahí que la nutrición ocupe un lugar central en las inversiones del FIDA en el medio rural y que se tenga en cuenta en el 60 % de nuestros proyectos para 2025-2027.

A continuación señalamos cinco inversiones que, a raíz de nuestro trabajo con la población rural de países de ingreso bajo y mediano, consideramos cruciales para fomentar una nutrición sostenible.

1. Diversificar nuestra cesta de la compra

Existen unos 5 000 cultivos alimentarios, pero más de la mitad de las calorías que ingerimos proceden del arroz, el trigo o el maíz. El cultivo de especies marginadas e infrautilizadas como el mijo, la digitaria o el tef permite a los pequeños agricultores ofrecer alimentos nutritivos y variados. A veces se les denomina “alimentos olvidados”, pero nosotros preferimos llamarlos “alimentos del futuro”.

En Malawi, los agricultores cultivan semillas locales de mijo, caupí y sorgo. Estos alimentos básicos nutritivos maduran pronto y permiten sustentarse durante los períodos de escasez.

En Malawi, una mujer cocina albóndigas de khobwe hechas con caupí morado. © IFAD/Kondwani Jere

2. Descubrir las ventajas que ofrece la agroecología

Las pequeñas explotaciones agropecuarias son espacios donde prolifera la biodiversidad. La agroecología permite que las explotaciones de menor tamaño conserven los recursos naturales y, al mismo tiempo, alberguen una biodiversidad más abundante que las que son más extensas, ya que la riqueza de su suelo y sus recursos hídricos favorece la producción de cultivos más nutritivos. Suelen integrar animales, desde cabezas de ganado hasta peces, para no desperdiciar nutrientes.

En el 60 % de los proyectos del FIDA que concluyeron entre 2018 y 2023 se aplicaron prácticas agroecológicas que contribuyeron al fortalecimiento de los sistemas alimentarios y a la adaptación al cambio climático.

3. Invertir en cadenas de valor que tienen en cuenta la nutrición

Al acceder a las cadenas de valor y a los mercados, los productores mejoran los ingresos que obtienen para alimentar a sus familias. Las pequeñas empresas, como eslabones de las cadenas de valor que tienen en cuenta la nutrición, proporcionan insumos y tecnología; mejoran la disponibilidad, asequibilidad, diversidad, inocuidad y aceptación de los productos alimenticios nutritivos, y reducen las pérdidas de alimentos. Cuando las pequeñas y medianas empresas (pymes) rurales prosperan, también lo hacen los productores y consumidores del medio rural.

Más de una cuarta parte de las inversiones del FIDA en proyectos se destina a las cadenas de valor, lo que permite reforzar e integrar la nutrición en cada etapa, desde la producción, la transformación y el envasado hasta el transporte, la comercialización y el consumo. En Nigeria, gracias al apoyo del FIDA, mujeres como Cynthia han podido producir semillas de mandioca enriquecidas con vitamina A y habilitar instalaciones en las que transformar este tubérculo y convertirlo en garri para comercializarlo en el mercado local.

Cynthia, emprendedora que se dedica a las semillas de mandioca, supervisa a las trabajadoras mientras preparan el garri hecho de raíz de mandioca en las instalaciones que ha habilitado recientemente. © IFAD/Andrew Esiebo

4. Alimentar a los niños en la escuela

School meal programmes can be designed to prepare locally grown nutritious food for children. From Tajikistan to Guatemala, IFAD supports schools in sourcing nutritious foods from local farmers and cultivating school gardens, coupled with nutrition education, to give children the best possible start to life.

Los programas de comidas escolares pueden diseñarse para proporcionar alimentos nutritivos de producción local a los niños. Desde Tayikistán hasta Guatemala, el FIDA presta apoyo a las escuelas para que adquieran alimentos nutritivos a los productores locales y cultiven huertos escolares, además de impartir formación sobre nutrición, para que los niños tengan las mejores oportunidades desde las primeras etapas de su vida.

5. Enseñar aspectos de nutrición en el ámbito familiar

La obesidad y el sobrepeso aumentan con mayor rapidez en los países de ingreso bajo y mediano que en los de ingreso alto. Ante la creciente oferta de productos alimenticios económicos pero poco saludables, muy procesados y con alto contenido en grasa, azúcar y sal, la educación nutricional ayuda a la gente a elegir los alimentos adecuados. En la República Democrática Popular Lao, las escuelas de nutrición para agricultores respaldadas por el FIDA enseñan a los padres a preparar comidas más sanas y sabrosas para sus hijos.

¿Qué nos impide alimentar al mundo?

Invertir en la agricultura a pequeña escala en países de ingreso bajo y mediano es invertir en sistemas alimentarios nutritivos y sostenibles para las generaciones venideras. Sin embargo, la nutrición representa menos del 1 % de la asistencia oficial para el desarrollo y la agricultura, entre el 5 % y el 6 %. El déficit de financiación de los sistemas alimentarios asciende a entre 300 000 y 400 000 millones de dólares al año.

Ya es hora de que los países de ingreso bajo y mediano reciban el apoyo que necesitan para impulsar tanto la nutrición como la producción agropecuaria; una de las mejores formas de conseguirlo es combinando la concesión de financiación en condiciones favorables con la prestación de asistencia técnica de manos de instituciones financieras internacionales como el FIDA.

Los instrumentos financieros innovadores pueden ayudar a minimizar los riesgos y, a su vez, permiten reunir fondos públicos, privados y de entidades filantrópicas. En Uganda, los inversores privados del fondo de inversión Yield Uganda Investment Fund, respaldado por el FIDA, han apoyado a pymes como Pristine Foods Ltd., una empresa de África Oriental pionera en la producción de huevo en polvo con alto contenido proteínico, que compra los huevos a pequeños productores avícolas.

Los bonos de inversión en nutrición también pueden canalizar la inversión del sector privado. El FIDA emitió su primer bono de este tipo en 2024, que generó unos beneficios por valor de 50 millones de dólares.


A medida que los efectos de la crisis nutricional mundial se hacen más visibles, los Gobiernos, los agentes privados, las comunidades rurales y los organismos de desarrollo cobran consciencia de que la solución está en nuestras manos. Para alimentar a la población mundial debemos destinar fondos, transmitir conocimientos e impartir capacitación a la población rural y los pequeños productores, que son la clave de los sistemas alimentarios sostenibles del futuro.

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