Si la población mundial asciende a 8 200 millones de personas y producimos un volumen de alimentos suficiente para alimentar a 10 000 millones, ¿por qué un tercio de los habitantes del planeta no puede permitirse tener una alimentación saludable?
La respuesta está clara: los sistemas alimentarios mundiales no funcionan. Lo que producimos, los métodos que empleamos para ello y nuestros patrones de consumo no están resultando eficientes, ni para los 148 millones menores de 5 años que sufren retraso en el crecimiento debido a la desnutrición crónica ni tampoco para los 390 millones de personas de entre 5 y 19 años con sobrepeso u obesidad. Más de la mitad de la población mundial no ingiere suficientes micronutrientes para llevar una vida sana
¿Qué se puede hacer al respecto? Veamos qué soluciones existen.
¿Por qué invertir en la alimentación a escala mundial?
La respuesta puede parecer obvia, ya que el derecho a la alimentación es un derecho humano universal. Es un compromiso que todos debemos asumir para asegurarnos de que todas las personas del planeta tengan suficientes alimentos nutritivos, no solo para sobrevivir, sino para prosperar.
La mejora de la nutrición también redunda en la salud, el desempeño en el ámbito académico y los ingresos de las personas y las comunidades. Cada dólar invertido en nutrición genera unos beneficios de 23 dólares de los Estados Unidos, que no solo se obtienen aumentando la producción de alimentos, sino que también es necesario que los productos alimenticios sean variados, nutritivos y de calidad.
Esto supone aplicar en el presente métodos de producción de alimentos que no dañen el planeta en el futuro. Implica replantearse nuestros sistemas alimentarios para respetar y conservar los recursos hídricos y el suelo, que son el sustento de los alimentos nutritivos. También conlleva establecer cadenas alimentarias sostenibles, productivas y equitativas, en las que los productores reciban una remuneración justa y el transporte de los alimentos, desde las explotaciones agropecuarias hasta los consumidores, se realice en condiciones de seguridad.
¿Cómo podemos alimentar a la población mundial en el presente y de cara al futuro?
La solución debe buscarse en el ámbito local. La mejor manera de lograr que todas las personas gocen de seguridad nutricional es invertir en el sector agropecuario a pequeña escala y en los sistemas alimentarios locales de los países de ingreso bajo y mediano. De ahí que la nutrición ocupe un lugar central en las inversiones del FIDA en el medio rural y que se tenga en cuenta en el 60 % de nuestros proyectos para 2025-2027.
A continuación señalamos cinco inversiones que, a raíz de nuestro trabajo con la población rural de países de ingreso bajo y mediano, consideramos cruciales para fomentar una nutrición sostenible.