¿Por qué los pequeños productores necesitan seguros agropecuarios?
La actividad agrícola y ganadera puede suponer riesgos. Una sequía o una tormenta inoportuna en un determinado momento del año, las plagas de insectos, los cambios en la demanda de los consumidores o incluso los acontecimientos mundiales que afectan al precio de insumos esenciales como el combustible y los fertilizantes pueden ser determinantes para una explotación.
Además, el margen de error de muchos pequeños productores de países de ingreso bajo y mediano es escaso. Una mala cosecha puede suponer un duro revés para sus finanzas, y podrían tardar años en recuperarse. Muchos se ven obligados a liquidar activos esenciales, como tierras o equipamiento agrícola, para enfrentar la situación, lo que dificulta el restablecimiento de sus actividades. Es posible que la única opción que consideren que les queda sea sacar a sus hijos de la escuela, poner otras necesidades por encima de la alimentación de su familia o abandonar el sector agropecuario en busca de trabajo en las ciudades o en otros países.
Suscribir un seguro para productos agrícolas y ganaderos les permite mitigar estos riesgos. En caso de desastre, pueden utilizar la indemnización del seguro para restablecer su actividad sin tener que malvender los activos esenciales.
Un ejemplo de esto son James y Onesta, una pareja de Zambia que con mucho esfuerzo pasaron de tener 2 a tener 15 cabezas de ganado. Cuando la sequía devastó sus cultivos dejaron de poder producir forraje para los animales. Luego, la pandemia de COVID-19 hizo que el precio del pienso estuviera fuera de su alcance.