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Explicativo | 29 agosto 2024

Ocho maneras de aumentar de forma sostenible la producción de alimentos en África 

Tiempo estimado de lectura: 6 minutos
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La agricultura intensiva no tiene muy buena reputación y es fácil entender por qué. La producción del mayor volumen de alimentos posible por unidad de superficie suele suponer riesgos para la biodiversidad, degradar los suelos y desgastar en exceso los recursos.

Sin embargo, en algunas zonas de África donde la subalimentación y el hambre están muy extendidas, es fundamental producir un mayor volumen de alimentos. En África se producen, en promedio, la mitad de los cereales que India y una quinta parte de los que se producen en los Estados Unidos de América.

Afortunadamente se puede aumentar la producción sin causar más daños a la naturaleza. Gracias a su años de experiencia en la región de África Oriental y Meridional, el FIDA sabe que la clave está en los pequeños agricultores.

1. Protección del suelo

Gracias a la agricultura de conservación, los agricultores pueden nutrir el suelo y ahorrar agua. Este tipo de agricultura implica prácticas como mantener intacta la estructura del suelo en lugar de labrarlo, protegiendo así su capacidad para absorber agua.

Por ejemplo, en Malawi los pequeños agricultores cavan hoyos de tamaño reducido que rellenan con materia orgánica en lugar de labrar la tierra. Estos hoyos retienen la escasa agua de lluvia y atraen insectos beneficiosos, lo que mejora la estructura del suelo y lo acondiciona para el cultivo.

2. Soluciones naturales

Los insumos orgánicos pueden ser tan eficaces como los productos químicos nocivos. Por ejemplo, la ingente cantidad de nutrientes esenciales que aporta el compost permite a los agricultores reducir el uso de fertilizantes inorgánicos a microdosis que no dañen el suelo.

Del mismo modo, las tecnologías de “atracción-repulsión” pueden ayudar a controlar las plagas de forma natural. En Kenya, el FIDA prestó apoyo a los pequeños agricultores para que plantaran junto a sus cultivos de maíz los frijoles dólicos, que repelen las plagas, y la hierba brachiaria, que atrae y atrapa las plagas, lo que redujo en un 40 % la presencia del gusano cogollero del maíz, protegiendo así los cultivos.

3. Uso de semillas adecuadas

Hay variedades de cultivos adaptadas a las condiciones locales que pueden ser más productivas, nutritivas y resilientes al cambio climático. Una vez seleccionadas estas variedades con la participación de las comunidades rurales, el FIDA colabora con los proveedores para que puedan adquirirse en el entorno local a un precio justo.

En Eswatini, el FIDA ayudó a los agricultores a introducir el cultivo de boniato de masa anaranjada, que no solo se puede cultivar en suelos con escasos nutrientes, sino que además es más rico en vitamina A que las variedades de masa blanca.

4. Aprovechar cada gota de agua

Más del 95 % de las tierras de cultivo del África subsahariana dependen totalmente de precipitaciones cada vez más escasas. Se podría aprovechar el enorme potencial para aumentar la producción mediante la introducción de estrategias de riego sostenibles, como la captación de agua, el riego por goteo y el uso de sensores digitales de humedad.

Un claro ejemplo lo encontramos en Etiopía, donde el rendimiento de los sistemas de riego en pequeña escala instalados por los agricultores con la ayuda del FIDA duplicó el de los agricultores que no los utilizaron.

5. Gestión de los recursos naturales

Las explotaciones agrícolas también tienen repercusiones ambientales fuera de sus instalaciones. Cuando los agricultores tienen una perspectiva más amplia del entorno en el que trabajan, los recursos naturales compartidos pueden gestionarse de forma productiva y equitativa.

El río Tana es el más largo de Kenya y de él procede el 95 % del agua que se usa en Nairobi, pero también es un importante recurso para las comunidades rurales que viven río arriba. El FIDA ayudó a estas comunidades a reducir el uso de fertilizantes nocivos que contaminan el río, lo que contribuyó a garantizar que los millones de personas que viven río abajo reciban un agua de calidad.

6. Sacar más provecho del ganado

Las razas de ganado adaptadas a las condiciones locales pueden ayudar a conservar la tierra en lugar de degradarla. Las mismas comunidades que redujeron el uso de fertilizantes en el río Tana en Kenya lograron multiplicar por ocho la producción de leche de cabra con el uso de mejores razas y piensos.

Del mismo modo, los ganaderos pueden recurrir a la ganadería integrada para reducir los costos y la repercusión ambiental. Por ejemplo, pueden alimentar a los animales con los residuos de las cosechas y obtener estiércol para utilizarlo como abono.

Salome sustainably rears goats in the Upper Tana region of Kenya. © IFAD/Translieu/Samuel Nyaberi

7. Buenas prácticas en la acuicultura

La acuicultura ofrece grandes posibilidades como fuente de ingresos y nutrientes en muchas partes de África. Utilizando una combinación adecuada de especies y alimentándolas correctamente, los pequeños piscicultores pueden ampliar sus piscifactorías de forma sostenible y alimentar a comunidades enteras.

En Angola, con el apoyo del FIDA, los hogares rurales obtienen unos 900 kilos de pescado al año de sus estanques piscícolas sostenibles. Esta cifra duplica la media mundial que procede de otros sistemas de acuicultura similares.

La familia de Luiza es una de las casi 50 familias de la provincia angoleña de Malanje que se han beneficiado de los estanques piscícolas creados en el marco de un proyecto apoyado por el FIDA. © IFAD/António Penelas

8. Evitar las pérdidas de alimentos poscosecha

Después de la cosecha, el almacenamiento y la elaboración son esenciales para llevar los alimentos desde la explotación agrícola a la mesa. Refrigerar las verduras y los productos lácteos, secar el pescado y la carne y almacenar los cereales en depósitos a prueba de plagas ayuda a que nada se desperdicie.

En Rwanda, donde antes era muy difícil encontrar leche en los mercados debido a las largas distancias, ahora la leche llega fresca y lista para la venta gracias a un proyecto apoyado por el FIDA. La leche que producen los pequeños ganaderos es recogida por unos intermediarios llamados abacunda, que la llevan a los centros de almacenamiento frigorífico.

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Los pequeños agricultores son fundamentales para aumentar la producción agrícola de forma sostenible. Con los conocimientos, herramientas e insumos adecuados pueden alimentar a la humanidad y, al mismo tiempo, proteger todo el planeta, no solo la región de África Oriental y Meridional.

Obtenga más información sobre las prácticas de intensificación agrícola sostenible que se usan en la región de África Oriental y Meridional.

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