Canadá y el FIDA tienen una asociación de larga colaboración a largo plazo para acabar con la pobreza y el hambre. Ambos centran sus esfuerzos en las personas y comunidades vulnerables. Canadá y el FIDA trabajan juntos para construir medios de vida y crear oportunidades para mujeres y hombres en las zonas rurales, donde vive el 80% de las personas más pobres del mundo.

Canadá es miembro fundador del FIDA, uno de los principales donantes del Fondo y participa activamente en la gobernanza del Fondo. Canadá ha brindado un apoyo de carácter catalizador al FIDA para avanzar en los temas prioritarios, ayudando al Fondo a fortalecer su enfoque en las mujeres, mejorar el impacto nutricional de sus inversiones y permitir que las comunidades rurales sean más resistentes a los efectos del cambio climático.

El FIDA trabaja en las regiones más remotas de los países en desarrollo y en situaciones frágiles donde la pobreza y el hambre son más profundos. Los proyectos financiados por el FIDA ayudan a las mujeres y los hombres de las zonas rurales a producir más alimentos, a administrar los recursos naturales de manera sostenible, a iniciar negocios, a conectarse con los mercados, a crear organizaciones sólidas y a ganar voz en las decisiones que afectan sus vidas. El trabajo del FIDA aborda las causas profundas de la pobreza y contribuye directamente a la Agenda 2030 y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El FIDA aprovecha los recursos básicos que recibe. Cada dólar que Canadá invierte en el Fondo entrega una inversión total a favor de los pobres equivalente a USD 4. El Fondo tiene 40 oficinas en los países en desarrollo alrededor del mundo; con sede en Roma (Italia), es el mecanismo central de las Naciones Unidas para el sector de la alimentación y la agricultura.