Comunicados de prensa | 4 diciembre 2024

El dinero enviado a casa por los familiares ha demostrado ser vital para que las familias en el África Subsahariana puedan resistir el impacto del cambio climático

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Alberto Trillo Barca

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Riad (Arabia Saudita) / Roma (Italia), 4 de diciembre de 2024. Mientras los expertos en clima se reúnen en Riad (Arabia Saudita) para la última cumbre mundial sobre el clima de 2024, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) de las Naciones Unidas ha presentado hoy dos nuevos informes que arrojan luz sobre el papel transformador de las remesas, el dinero que envían a casa los trabajadores migrantes.

“No se trata solo de enviar dinero a casa”, afirmó Pedro de Vasconcelos, Director del Fondo de Financiación para Remesas del FIDA, en la presentación de los informes elaborados por el FIDA en colaboración con la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CLD). “Las familias migrantes utilizan las remesas para mejorar la seguridad alimentaria, diversificar los ingresos y adoptar prácticas agrícolas sostenibles, como los cultivos resistentes a la sequía y la agrosilvicultura”.

En los dos informes, “Migrant Remittances and Diaspora Finance for Climate Resilience” y “Remittances for Climate Change Adaptation in Mali”, se muestra que las remesas representan un flujo financiero vital que permite a las comunidades rurales hacer frente a perturbaciones como sequías, olas de calor e inundaciones. Las remesas también brindan a las familias de agricultores pobres la seguridad financiera necesaria para adoptar estrategias a más largo plazo, como la fertilización natural del suelo, el control de plagas y la inversión en técnicas agrícolas climáticamente inteligentes. En el estudio del FIDA se demostró que los hogares que recibían remesas invertían más en actividades y productos resilientes al clima que las familias que no las recibían.

Sin embargo, según los informes, la adaptación al cambio climático requiere recursos adicionales y un apoyo más amplio. El FIDA se hace eco del llamamiento formulado en la COP28 de Dubái para atender las necesidades de adaptación al cambio climático de las naciones africanas, estimadas en 400 000 millones de dólares anuales de aquí a 2030, e insta a los líderes a realizar un esfuerzo concertado para seguir evaluando el impacto de las inversiones de la diáspora en la resiliencia climática.

“La recopilación de datos y las evaluaciones del impacto son esenciales para ampliar la escala de los enfoques que han dado buenos resultados y, al mismo tiempo, garantizar que las remesas y las inversiones de la diáspora contribuyan plenamente a colmar el déficit de financiación de la adaptación en África Subsahariana. Con soluciones innovadoras y esfuerzos coordinados, tanto las remesas como las inversiones de la diáspora pueden desempeñar un papel fundamental para salvaguardar el futuro de millones de personas en toda la región. Ofrecen un enorme potencial para impulsar los esfuerzos de adaptación en las comunidades vulnerables de África Subsahariana”, añadió Vasconcelos.

Estudio de caso de Malí

Los países de África Subsahariana se han visto gravemente afectados por los efectos del cambio climático, que han destruido sus medios de vida y han dado lugar a grandes flujos de migración. El estudio de caso recoge los resultados de una encuesta realizada a 400 hogares de las regiones de Kayes y Sikasso, donde predomina la agricultura de subsistencia. “En este contexto, las remesas son un salvavidas para los hogares que hacen frente a las perturbaciones climáticas. Al mismo tiempo, a medida que los migrantes que viven en el extranjero intentan hacer la vida más llevadera en sus países de origen enviando dinero para mantener a sus familias, llega un importante flujo de capital a regiones especialmente vulnerables al cambio climático”, señaló Vasconcelos.

El potencial de las remesas

Según datos del Banco Mundial, en 2023 la diáspora africana envió 90 000 millones de dólares en remesas, cifra que iguala la de la asistencia oficial para el desarrollo y duplica la de la inversión extranjera directa. Los informes del FIDA nos ayudan a comprender mejor el potencial de las remesas para apoyar la adaptación y la resiliencia al cambio climático. En ellos se presentan ejemplos de regiones en África y América Latina, como Burkina Faso, México y el Senegal, que demuestran cómo las remesas impulsan las economías locales, promueven la agricultura sostenible y contribuyen a una mejor gestión de los recursos naturales. Sin embargo, el posible impacto de las remesas se ve obstaculizado por la falta de acceso a información sobre inversiones “verdes” y productos financieros adaptados a la diáspora.

El FIDA promueve iniciativas estratégicas orientadas a resolver estos problemas, como herramientas financieras para aumentar las inversiones de la diáspora y mejorar el acceso a la información sobre oportunidades climáticamente inteligentes, con el fin de maximizar los beneficios locales de las remesas para las comunidades vulnerables y ampliar la escala de su contribución a la adaptación al cambio climático.

En Malí, con la cofinanciación de la Unión Europea, el FIDA pone en contacto a trabajadores migrantes en Europa con inversores profesionales mediante un programa de apoyo a pequeñas y medianas empresas (pymes) agrícolas. Gracias a este apoyo, estas pymes desarrollan sus negocios y aumentan su impacto en las cadenas de valor agroalimentarias con inversiones de capital procedentes de la diáspora maliense en Europa.

“Significa mucho para nosotros, nos demuestra que los malienses en el extranjero quieren ayudar a su país, son patriotas, no nos han olvidado. Pueden estar seguros de que utilizaremos sus fondos como ellos quieran y donde se necesiten”, dice Oumarou Amadou Sankaré, representante de SOPROTRILAD, una empresa maliense con 400 empleados que produce, elabora y comercializa arroz, y apoya a más de 3 000 pequeños productores en asociación con más de 160 cooperativas agrícolas. Ciwara Capital, un fondo de capital de riesgo de propiedad exclusiva de la diáspora maliense, ha invertido en SOPOTRILAD.

Nota para los redactores:

Según el Banco Mundial, Mali recibió 1 150 millones de dólares en remesas en 2023, lo que representa el 5 % del producto interno bruto del país. Se calcula que el 18,3 % de los hogares rurales en Mali reciben fondos de familiares que trabajan en el extranjero, sobre la base de datos del Instituto Nacional de Estadística de este país en 2022.

Contacto para los medios de comunicación: Alberto Trillo Barca | [email protected] | (+39) 366 576 3706

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Comunicado de prensa n.º: IFAD/100/2024

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