Tres formas en que los sistemas alimentarios sostenibles fomentan la biodiversidad
La biodiversidad puede beneficiarse de los sistemas alimentarios sostenibles, y los agricultores tienen el poder de protegerla.
Parecía que la conferencia mundial sobre el clima celebrada el año pasado serviría para impulsar los esfuerzos desplegados a escala mundial encaminados a evitar que la humanidad cayese en la catástrofe, pero aún está por ver el alcance global de las medidas necesarias para limitar los efectos del cambio climático.
En estos momentos, el 27.o período de sesiones de la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 27) supone una oportunidad para actuar con determinación, mitigar las consecuencias del cambio climático y ayudar a la población más pobre de las zonas rurales de todo el mundo a adaptarse a sus inevitables efectos.
En el marco de mi colaboración con líderes mundiales, activistas por el clima y representantes de las comunidades de todo el mundo en la COP 27, a continuación se exponen tres importantes logros para el planeta que espero se materialicen para la COP 28.
Aprender de las poblaciones del medio rural e invertir en ellas
Los productores en pequeña escala alimentan a la población mundial de manera sostenible. Cultivan un tercio de los alimentos que se consumen en todo el mundo y, sin embargo, producen menos gases de efecto invernadero y cultivos más variados que las explotaciones comerciales.
Ante el avance del cambio climático, tenemos mucho que aprender de ellos. Esto podría comportar la adopción de variedades de cultivo resistentes a la sequía, la construcción de infraestructura resiliente al clima o la aplicación de soluciones holísticas basadas en la naturaleza.
Por ejemplo, en Nicaragua, los productores de cacao y café captan unas tres toneladas de CO2 por hectárea al año utilizando métodos propios de la agrosilvicultura, mientras que, en Burkina Faso, la recuperación de técnicas tradicionales de producción de cultivos permite conservar el agua, acondicionar el suelo y quintuplicar los rendimientos.
Sin embargo, el cambio climático también está afectando a la población pobre de las zonas rurales. Para seguir produciendo de manera sostenible, tienen que adaptarse a las nuevas realidades impuestas por el cambio climático,
y, para ello, necesitan financiación. El FIDA está tomando la iniciativa en el ámbito de la financiación para el clima y, solo entre 2019 y 2021, destinó USD 1 200 millones, con la idea de aumentar considerablemente esta inversión en los próximos cinco años, en colaboración con los asociados.
Con este fin, ruego a los líderes que cumplan su objetivo de duplicar la financiación para la adaptación al cambio climático para 2025 y destinen una parte importante de esta a las comunidades pobres del medio rural.
Promover la inversión destinada a la adaptación en el sector privado
Habida cuenta de la envergadura del cambio climático, la financiación pública no basta por sí sola. El sector privado debe formar parte de la solución. No obstante, actualmente no es así. En el último informe de la Iniciativa Política Climática se evidencia que solo una pequeña parte de la financiación para el clima procede del sector privado: menos del 1 %.
Esto no es suficiente para evitar una catástrofe climática. No tiene sentido desde una perspectiva comercial. La adaptación es mucho más que un interés común. Representa una oportunidad comercial sin precedentes y, en gran medida, sin aprovechar, en particular para las empresas alimentarias que pretenden lograr que sus cadenas de valor sean “más verdes” y preparar a sus proveedores para el futuro.
La COP 27 marca el momento en que las instituciones públicas han de aprovechar estas posibilidades. Tenemos que desarrollar modelos de negocio, instrumentos (como la financiación combinada) e incentivos (como las garantías) para orientar la financiación privada al sector agropecuario en pequeña escala. Todos salimos ganando.
Trabajar de consuno para obtener mejores resultados
Lograr un futuro sostenible es un esfuerzo colectivo tanto por parte de los Gobiernos y el sector privado como de los bancos de desarrollo y la propia población pobre de las zonas rurales.
Por ejemplo, las políticas gubernamentales pueden prestar apoyo a los productores en pequeña escala y recompensarlos por los servicios ecosistémicos esenciales que brindan y, a su vez, las empresas pueden adoptar procesos sostenibles y alentar a los consumidores a elegir productos más ecológicos.
Por nuestra parte, en el FIDA colaboramos con diversas partes interesadas para recaudar financiación para el desarrollo en favor de la población más pobre. Nuestros resultados ponen de manifiesto el potencial de las asociaciones eficaces: cada dólar de las contribuciones a los recursos básicos del FIDA arroja hasta USD 8 de inversión a través de la cofinanciación.
La reputación, la confianza y el reconocido liderazgo del FIDA en el sector es una de las razones por las que hace poco el Gobierno de Egipto nos pidió que dirigiéramos el pilar de “alimentación y agricultura” de su ambicioso programa sobre el nexo entre el agua, los alimentos y la energía, cuyo objetivo es movilizar financiación para el clima e inversiones privadas en apoyo de la transición ecológica del país.
El año pasado pudimos constatar en repetidas ocasiones que la población pobre del medio rural se encuentra en primera línea frente al cambio climático.
El FIDA siempre ha situado la resiliencia al cambio climático en el centro de la ecuación. Gracias a iniciativas como la ampliación del Programa de Adaptación para la Agricultura en Pequeña Escala (ASAP+), 10 millones más de personas que viven en el medio rural estarán en mejores condiciones de hacer frente a los efectos del cambio climático.
Con todo, esto es solo una gota de agua en medio del océano. La COP 27 es nuestro momento para comprometernos juntos a alcanzar los importantes logros que pueden sentar las bases de un futuro más justo.
Obtenga información sobre la presencia del FIDA en la COP 27 y manténgase informado acerca de los actos celebrados en el pabellón del Fondo