¿Cómo contribuye el FIDA a los medios de vida rurales del Chad?
El FIDA, en el marco de su Iniciativa para Hacer Frente a la Crisis, invirtió en infraestructura de almacenamiento y producción a pequeña escala por conducto de nuestro Proyecto de Fortalecimiento de la Productividad y Resiliencia de las Explotaciones Agropastorales Familiares (RePER), actualmente en ejecución. Las actividades de la Iniciativa para Hacer Frente a la Crisis han permitido a los pequeños agricultores producir más alimentos y transformarlos para añadirles valor, construir infraestructura para gestionar los recursos hídricos y restaurar tierras degradadas con el fin de protegerlas del cambio climático y asegurar el acceso a semillas de calidad y a tecnologías sostenibles.
Gracias a la Iniciativa, ahora más de 7 300 hogares gestionan 4 700 hectáreas de tierra de forma sostenible, sirviéndose de diques para canalizar el agua, arando con estiércol para recuperar la fertilidad del suelo y plantando cultivos diversificados en huertas.
En mi última visita al Chad, conocí a grupos de mujeres que están invirtiendo en horticultura: bombas de agua que funcionan con energía solar para regar, reducir las labores tediosas y aumentar la productividad. El FIDA también les enseñó a transformar y conservar productos agropecuarios como la carne y las hortalizas para que en las localidades cercanas pudieran seguir consumiéndose productos de calidad.
La producción de okra seca se cuadruplicó, la capacidad de procesamiento de carne se duplicó y también mejoró la calidad del producto final. La reducción de las pérdidas tras la cosecha ha permitido a las mujeres encontrar nuevos compradores y proporcionar alimentos nutritivos a sus familias durante la estación seca.
La mejora del almacenamiento de los alimentos también aumenta la seguridad alimentaria y la resiliencia de la población. Los grupos de mujeres han establecido bancos de cereales para almacenar grano en condiciones de inocuidad y, durante el período de escasez del año pasado, las familias que participaron en el proyecto tuvieron alimentos suficientes para su propio consumo y para venta.
Todas estas actividades están teniendo repercusiones reales en la vida de la gente. El caso de Maimouna, madre soltera de 41 años con siete hijos, es un ejemplo. Al aprender a nutrir y enriquecer el suelo, pudo aumentar su cosecha de trigo, mijo y maíz. Los ingresos que ahora obtiene se han duplicado o triplicado en comparación con años anteriores, y gana lo suficiente para atender las necesidades de su familia e incluso ahorra.