El riego climáticamente inteligente rinde frutos a las mujeres rurales
De Laos a Moldavia, conozca a tres mujeres que utilizan la irrigación climáticamente inteligente para adaptarse a su nueva normalidad.
Presentamos un fragmento de la entrevista mantenida con Sabrina Elba, la Embajadora de Buena Voluntad del FIDA, que se publicará como parte de la serie Goodwill Ambassador, patrocinada conjuntamente por Talking Foreign Affairs con el Sr. Adil Calder y la Asociación de las Naciones Unidas de la Red de Jóvenes Profesionales de Australia (UNAA YPN). La serie tiene la finalidad de concienciar acerca de los desafíos mundiales que los Embajadores de Buena Voluntad enfrentan para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) e inspirar a los jóvenes para que se involucren en causas internacionales.
Yo formo parte de la primera generación de somalíes en el Canadá y mi madre se sentía orgullosa de sus orígenes y se esforzaba mucho por que no creyéramos en falsos discursos sobre las personas del medio rural, en particular las africanas. En la televisión se solía mostrar una imagen poco favorecedora de las personas del medio rural y se sugería que esperaban ayudas en lugar de mostrar lo trabajadoras que son en realidad.
Cuando descubrí la labor del FIDA y cómo ayudaba a que estas personas pudieran ser escuchadas y tuvieran la posibilidad de alcanzar la independencia económica, pensé: “esto es perfecto”. Lo que deberíamos estudiar son las inversiones.
Las personas quieren trabajar y cuidar de sí mismos. Ya lo dice el viejo proverbio: “No les des pescado, enséñales a pescar”. Me encanta ver la agricultura como un medio para lograr la independencia y la libertad, lo cual tiene mucho sentido. También se abordan muchos temas que me apasionan, como el género o el clima.
Sin lugar a duda, en mi opinión, actualmente el mayor desafío es el clima. Definitivamente el clima. Estuve en Zambia a principios de año y pasé por unas tierras de cultivo que estaban totalmente quemadas. Le pregunté al conductor si había habido un incendio en ese lugar, a lo que me respondió que no, que simplemente no habían tenido temporada de lluvias ese año.
En la actualidad, el cambio climático está afectando a las zonas rurales del Sur Global y las organizaciones como el FIDA están ayudando a los agricultores a adaptarse a esos cambios con cosas como las semillas resilientes al clima. La adaptación debería ser igual de importante que la mitigación, pero creo que a menudo se olvida y es, sin ninguna duda, uno de los mayores obstáculos y desafíos para las personas del medio rural.
Las visitas que he podido hacer sobre el terreno no solo han influido en mi vida, sino que la han cambiado. En primer lugar, he aprendido mucho, pero conocer a las personas cara a cara también te influye de otra forma.
Fue para mí un gran honor poder conocer a personas como Dionisia, una mujer increíble que trabaja como meteoróloga. Con su maletín y su aparato de medición, podía enviar información meteorológica a las personas apropiadas todos los días. Se tomaba su trabajo muy en serio porque comprendía a cuántas personas afectaba.
Visité lugares como la aldea Njukiri y vi un bosque de árboles jóvenes cuidado por los agricultores locales, lo que crea una relación de beneficio mutuo en la que los árboles proporcionan cobertura a los cultivos. También tuve el privilegio de ver una valla para fauna silvestre y conocer mejor la relación entre la población rural y la fauna silvestre en esa zona.
En esos viajes, te das cuenta de que las cuestiones son mucho más complejas de lo que creemos. Están mucho más interconectadas y creo que poder escuchar a las personas del medio rural de primera mano, dónde creen que están sus límites y cuáles creen que son sus obstáculos, no solo me aporta información, sino que mantiene al FIDA informado constantemente.
Los agricultores son los verdaderos guardianes de nuestro planeta. Son quienes entienden no solo cosas como la biodiversidad de una región determinada, sino lo que realmente se necesita para tener éxito en dicha zona, desde la perspectiva de las personas y del planeta.
Se trata de dar a las voces de aquellos a quienes representamos más visibilidad: darles el acceso que merecen, de que entren a los espacios con nosotros, de que se sienten a una mesa junto a nosotros, a una mesa en la que potencialmente no habrían tenido la oportunidad de estar. Eso es lo más importante.
Es una plataforma, es fomentar la concienciación y, sobre todo, entender estas cuestiones de las que siempre hablamos. Para mí, si puedo mantener una conversación todos los días con alguien que tal vez no comprenda la cuestión o hacer que pueda verla con una nueva perspectiva, esa es probablemente una de las cosas más importantes que puedo hacer.
Espero que desde que ejerzo como Embajadora de Buena Voluntad, un par más de personas conozcan el FIDA y lo que hace. Creo que es uno de los secretos mejor guardados del mundo.
Este fragmento de la entrevista ha sido editado en favor de la brevedad y la claridad.