En pocas palabras, el FIDA se centra en invertir en la población rural, para lo cual se encarga de financiar programas, evaluar los resultados obtenidos, fomentar las innovaciones y trabajar con las propias comunidades rurales.
Descubra cuáles son nuestras principales áreas de trabajo, que van desde el fomento de la resiliencia hasta el empoderamiento de la población rural y la protección del medio ambiente.
Seis medidas impulsadas por el FIDA para ayudar a prevenir la próxima pandemia
Tiempo estimado de lectura: 7 minutos
Por Anne Mottet, Abdoulaye Gonde, Charles Odhong'
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La enfermedad por coronavirus (COVID-19) puso de manifiesto las consecuencias que pueden tener las pandemias en todas las facetas de nuestras vidas, desde la salud hasta la economía. Desde entonces ha aumentado la inversión destinada a prevenir futuras pandemias, pero aún se puede hacer más.
El enfoque de “Una sola salud” es esencial para mejorar estas iniciativas, ya que en él se reconoce que la salud humana está estrechamente vinculada a la salud animal y ecosistémica. Dichos vínculos se estrechan a medida que aumenta la población mundial y se agravan las crisis del clima.
El cambio climático, por ejemplo, está aumentando el número de garrapatas y mosquitos en las zonas donde pueden encontrarse estos vectores de enfermedades, aunque solo es uno más de los procesos ambientales a gran escala que están teniendo repercusiones significativas tanto en la salud humana como en la animal.
Entretanto, a medida que los sistemas alimentarios evolucionan para seguir el ritmo de una demanda que va en aumento, los ecosistemas pueden sufrir una degradación involuntaria y el riesgo de enfermedades infecciosas puede aumentar. Por ejemplo, la expansión de los arrozales de regadío en los países de ingreso mediano bajo crea nuevos hábitats para los mosquitos portadores de la malaria. Del mismo modo, el aumento de la producción ganadera mejora la nutrición pero incrementa el riesgo de que los animales contagien infecciones a los seres humanos, como sucede con la tuberculosis transmitida por el ganado.
Dadas las complejas conexiones existentes entre la salud de los animales, los seres humanos y el planeta, es necesario estudiar cómo podemos prepararnos para la siguiente pandemia. A continuación se exponen seis formas en que las inversiones realizadas el FIDA contribuyen a esa preparación.
1. Reducir los riesgos para la salud animal
Desde 2010, el FIDA ha invertido USD 6 400 millones en más de 100 proyectos relacionados con la ganadería. El objetivo de muchos de ellos es mantener sanos a los animales, por ejemplo, mediante el suministro de vacunas y la prestación de servicios veterinarios. Al hacerlo, también se protege la salud de las personas que trabajan con ellos.
Por ejemplo, en Kirguistán, los veterinarios se desplazan en motocicleta para tratar a los animales en lugares rurales remotos y, al mismo tiempo, las becas permiten contar con más veterinarios y otros trabajadores de la salud animal.
2. Reforzar los sistemas de prevención y respuesta a las enfermedades
La vigilancia y el diagnóstico rigurosos pueden ayudar a detectar las enfermedades en una fase temprana, antes de que puedan extenderse entre los rebaños. De manera paralela, los planes para imprevistos permiten responder con rapidez en caso de que surja una enfermedad.
Estos sistemas de prevención y respuesta cobran especial importancia ante las enfermedades transfronterizas de los animales, como la peste de los pequeños rumiantes, así como ante las enfermedades que pueden transmitirse a los seres humanos. Sin embargo, requieren inversiones en laboratorios y equipos y en fomento de la capacidad.
3. Prevenir la resistencia a los antimicrobianos y los antiparasitarios
La salud animal y la humana se ven afectadas a medida que las bacterias y los parásitos adquieren resistencia a los fármacos. Por ejemplo, el uso indebido de acaricidas en el ganado puede dotar de resistencia a las garrapatas y provocar más infecciones, como la fiebre de la costa oriental africana en los animales y la enfermedad de Lyme en los seres humanos.
Para evitarlo, hay que informar a los ganaderos sobre el uso adecuado de los antimicrobianos y los insecticidas. También es necesario implantar sistemas de vigilancia y fomentar la coordinación entre los agricultores y las autoridades de salud pública.
En la República Unida de Tanzanía, en el marco del Proyecto de Transformación Climáticamente Inteligente del Sector Lácteo, se impartirá formación y se equipará a más de 200 trabajadores de la salud animal para reforzar el seguimiento y la prevención de la resistencia microbiana y parasitaria.
4. Proteger los ecosistemas para prevenir pandemias
A medida que se destruyen los hábitats de vectores de enfermedades como los murciélagos y los roedores, estos se ven obligados a vivir más cerca de los hogares rurales. Por ello, la conservación de la biodiversidad limita la exposición de las personas a las enfermedades. De los 200 proyectos sobre gestión de los recursos naturales financiados por el FIDA desde 2010, 40 incluían actividades ganaderas.
Por ejemplo, en el Brasil, el Proyecto Amazónico de Gestión Sostenible presta apoyo a la población rural en la adopción de prácticas de gestión forestal sostenible. Ello no solo se traduce en una mayor productividad, sino que también protege la biodiversidad y los servicios ecosistémicos esenciales.
Por su parte, en Lesotho, más de 8 000 miembros de grupos comunitarios recibieron formación en gestión de los recursos naturales, gestión del riesgo climático y diseño de planes de gestión ambiental, gracias al Proyecto de Fomento de la Lana y el Mohair.
5. Afrontar los factores sociales que ocasionan los riesgos de pandemia y encarar las respuestas
Las enfermedades transmitidas por los alimentos provocan más de 400 000 muertes al año, y un tercio de ellas se deben a los alimentos de origen animal. Muchos proyectos del FIDA incluyen formación en materia de nutrición e inocuidad de los alimentos mediante medidas como la mejora del almacenamiento y la preparación de los alimentos, con el fin de evitar la contaminación.
Gracias a los depósitos de enfriamiento instalados en 89 aldeas de Türkiye, los pequeños ganaderos disponen por fin de una forma fiable para mantener la leche refrigerada. Ahora la leche no pasteurizada se analiza y almacena adecuadamente antes de su venta, con lo que se protege su sabor e inocuidad y, a su vez, los ganaderos reciben una mayor retribución debido a la calidad del producto.
Es fundamental tener presente que los animales, las personas y todos los organismos vivos comparten un hogar común y que su salud está estrechamente relacionada. Invertir en el enfoque de “Una sola salud” es la mejor manera de protegerlos a todos y prevenir así futuras pandemias.
Dicho enfoque requiere medidas sistémicas y coordinadas, en lugar de la canalización de fondos hacia esferas específicas de riesgo de pandemia y hacia las respuestas. Los Gobiernos, las organizaciones no gubernamentales (ONG), las organizaciones de financiación para el desarrollo y el sector privado deben contribuir para que este enfoque holístico resulte eficaz.
Como depositario de financiación, el FIDA apoya esa inversión coordinada con medidas como la acreditación ante el Fondo contra Pandemias. Esta medida colectiva recibe aún más apoyo a través de actos conjuntos como el taller inicial sobre ecosistemas, finanzas y salud celebrado en Kenia este mismo año, al que asistieron 40 expertos de los ámbitos científico, financiero y gubernamental y de las ONG y las comunidades rurales.
Todos vivimos en el mismo planeta y tenemos en común la salud. Para prevenir la próxima pandemia, es hora de que actuemos en consecuencia.