En respuesta a la pandemia de COVID-19, el FIDA puso en marcha el Fondo de Estímulo para la Población Rural Pobre (RPSF) con el fin de mejorar la seguridad alimentaria y el bienestar de la población rural vulnerable.
De un total de 64 proyectos del RPSF, se eligió una muestra de 13 proyectos para someterlos a una evaluación rápida. Los resultados indican que el RPSFayudó a hasta 2,9 millones de hogares a mantener o aumentar muchos indicadores de desarrollo y bienestar, como la producción, los ingresos y la seguridad alimentaria.
Las conclusiones sugieren que las futuras respuestas de emergencia deberían hacer hincapié en las inversiones en vínculos efectivos con el mercado y la producción. Los proyectos digitales pueden llegar a más hogares, pero es más probable que tengan un impacto menor. Las intervenciones deberían aumentar la capacidad de los hogares para adoptar el asesoramiento y tener en cuenta los obstáculos a los que se enfrentan.
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