En pocas palabras, el FIDA se centra en invertir en la población rural, para lo cual se encarga de financiar programas, evaluar los resultados obtenidos, fomentar las innovaciones y trabajar con las propias comunidades rurales.
Descubra cuáles son nuestras principales áreas de trabajo, que van desde el fomento de la resiliencia hasta el empoderamiento de la población rural y la protección del medio ambiente.
Conozca a los jóvenes que hacen más inteligente el riego en Asia
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Desde que se descubrió la agricultura hace miles de años, los métodos de siembra, crecimiento, cosecha y reposo han permanecido invariables, pero el mundo cambia a un ritmo que los agricultores no siempre pueden seguir.
Por suerte, los jóvenes de las zonas rurales están adaptando la agricultura a la era digital. Como nativos digitales, saben que la tecnología puede contribuir a afrontar los problemas agrícolas, ―tanto los nuevos como los ya existentes―, y también saben cómo utilizarla.
Veamos los casos de tres jóvenes asiáticos que han dado con la solución a sus problemas: han encontrado la manera de regar los cultivos ahorrando tiempo y agua y garantizando que cada planta reciba exactamente lo que necesita.
Emprender con éxito nuevos negocios en Camboya
Sokkim Neak se crio observando a su familia dedicada a la labor cotidiana de regar a mano durante largas horas los campos de cultivo. Por eso, mientras estudiaba en la universidad, fundó CAM-Science, una empresa tecnológica emergente cuya finalidad es mejorar los métodos de cultivo.
Junto con su equipo, Sokkim diseñó un sistema digital que permite a los agricultores controlar el riego desde sus teléfonos móviles, así como medir un conjunto de indicadores de gran utilidad, como la humedad del suelo y la temperatura del aire. Durante la fase de desarrollo del sistema, se reunió con agricultores en sus comunidades para comprender mejor los problemas a los que se enfrentaban.
En vista del potencial de CAM-Science, el FIDA le proporcionó financiación, asesoramiento y apoyo jurídico a través del vivero de empresas creado en el marco del Proyecto de Creación de Activos Sostenibles para los Mercados, los Negocios y el Comercio Agrícolas, lo que le permitió establecer vínculos con el ecosistema de empresas emergentes de Camboya y con los pequeños agricultores que podrían beneficiarse de las nuevas tecnologías que ofrece CAM-Science.
Hoy Sokkim tiene 21 años y dirige con éxito su propia empresa. A medida que CAM-Science prospera, también lo hacen los agricultores que utilizan el sistema de riego inteligente que ofrece la empresa. Gracias al uso de esta tecnología, el tiempo que dedican al riego se ha reducido a la mitad.
“Los agricultores con los que hemos trabajado están encantados. Obtienen un mayor rendimiento de sus cosechas y consumen menos agua”, afirma Sokkim. “Es una inversión muy rentable para ellos”.
Aun así, la joven empresaria no se duerme en los laureles. Con la ayuda de sus colegas está explorando el uso de nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial y los sistemas de análisis de datos, que podrían ayudar a mejorar el sistema.
Volver a casa en China para poner a prueba soluciones innovadoras
Cuando Yang Fei regresó a la explotación agrícola de su familia tras haber pasado años como emigrante trabajando en el sur de China, se dio cuenta enseguida del potencial de las deliciosas frutas que producía (fresas, cerezas y peras), pero también advirtió los grandes retos que se planteaban. El sistema tradicional de riego manual usado en la explotación agrícola no era eficaz e impedía expandir el negocio.
Colmado de entusiasmo y de ideas para abordar esos retos, Fei se puso manos a la obra. Gracias al Proyecto de Apoyo a la Reducción de la Pobreza mediante el Fomento de Agronegocios en el Sur de Shaanxi, estudió métodos de agricultura digital y empezó a aplicarlos en su explotación.
“Al principio compré un par de bombas pequeñas y unos reguladores para poner a prueba el sistema a pequeña escala, y comprobé que funcionaba”, explica. “Luego colocamos varios postes eléctricos y montamos una red en todo el huerto”.
En la actualidad, Fei gestiona de forma eficiente una explotación de 20 hectáreas desde su teléfono móvil. Con solo deslizar un dedo, es capaz de dosificar la cantidad de agua y fertilizante que necesita cada planta.
El éxito de su explotación agrícola también ha tenido otros efectos: al aumentar la producción se han creado nuevos puestos de trabajo para procesar, transportar y comercializar la fruta.
La agricultura vuelve a estar de moda en Indonesia
En Indonesia, la agricultura suele considerarse una actividad anticuada. Tan solo una quinta parte de los agricultores tiene menos de 40 años, y la gente joven opta cada vez más por trabajos que considera más fáciles y modernos.
Aun así, el Programa de Servicios de Apoyo al Empleo y la Iniciativa Empresarial de los Jóvenes, respaldado por el FIDA, está consiguiendo que la gente joven vuelva a interesarse por la agricultura. La juventud de las zonas rurales de Indonesia recibe capacitación sobre sistemas de riego inteligentes y ayuda a transformar las explotaciones agrícolas del país.
“Las innovaciones tecnológicas modernas se han desarrollado tan rápido que solo los agricultores miléniales son capaces de utilizar este tipo de agricultura inteligente”, afirma Dedi Nursyamsi, responsable del Organismo de Servicios de Extensión y Desarrollo de Recursos Humanos Agrícolas, que colabora con el Gobierno de Indonesia.
En la actualidad, como ya hemos visto con Sokkim y Fei, los jóvenes de las zonas rurales pueden regar sus árboles frutales y sus hortalizas con facilidad y precisión. Están demostrando a otros jóvenes indonesios que en la agricultura se puede emplear tecnología tan avanzada como la de cualquier otro empleo que se lleve a cabo en la ciudad y que puede dar auténtica satisfacción laboral.
Innovadores, emprendedores, agentes del cambio: los jóvenes rurales están llevando la revolución digital a casa. Al hacerlo, están abriendo el camino hacia una transformación rural sostenible que beneficie a todo el mundo.