Voces del mundo rural | 2 mayo 2025

Dar un nuevo impulso a la agricultura

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La migración de la población rural a las zonas urbanas en búsqueda de oportunidades económicas hace que nuestros sistemas alimentarios pendan de un hilo. El porcentaje de la población que trabaja en la agricultura en todo el mundo cayó del 43 % en 1991 al 26 % en 2023. 

La tendencia mundial al aumento de las explotaciones industriales con menos trabajadores conlleva una serie de riesgos. Las explotaciones de mayor tamaño tienen menos biodiversidad y un rendimiento menor que las explotaciones más pequeñas, mientras que la disminución del número de agricultores significa que cada vez hay menos personas que transmiten conocimientos agrícolas centenarios, en especial en las comunidades indígenas. 

Sin embargo, esta pauta no lo explica todo. Desde los olivares de Túnez hasta las ajetreadas calles de la capital del Camerún, algunas personas rompen esta tendencia y dejan de trabajar en varios sectores para dedicarse a nutrir las tierras de cultivo del mundo y producir los alimentos de los que todos dependemos. 

Recuperar los árboles en Túnez

Fateh ha vuelto a dedicarse a la agricultura en su ciudad natal tras haberse jubilado como empleado en una fábrica. © IFAD/Chris McMorrow

Cuando Fateh se jubiló como empleado en una fábrica de Túnez, la capital tunecina, volvió a su ciudad natal, Sidi Hmada. Sin embargo, no era cómo la recordaba. 

“Dejé mi ciudad en una mala situación, pero cuando volví, encontré árboles productivos”, dice. “Es un lugar en el que puedes disfrutar de la naturaleza y los árboles y respirar el aire limpio de las montañas”. 

Sidi Hmada es una de las varias comunidades rurales de la gobernación de Siliana, en Túnez, que recibió apoyo del Proyecto de Promoción de las Cadenas de Valor para el Desarrollo Territorial de Siliana, un proyecto de USD 34,29 millones financiado por el FIDA, el gobierno nacional y otros asociados, cuya finalidad es capacitar a los pequeños agricultores y mejorar sus oportunidades. 

Fateh ha encontrado un nuevo sentido en la agricultura. Plantó 100 olivos en una explotación de una hectárea en la que también cultiva olivas, pimientos, tomates, calabazas, pepinos y sandías. 

“Cuidar de ellos me hace feliz”, dice Fateh. 

Encontrar la agricultura en Fiji

Hasta hace poco, Niko era funcionario de aduanas en Fiji y se dedicaba a tiempo parcial a la agricultura sin obtener grandes resultados. No obstante, cuando a él y a otros trabajadores de aduanas se les dio la oportunidad de renunciar voluntariamente, Niko eligió aprovecharla y apostar por la agricultura. 

La transición no siempre ha sido fácil, pero dice que el Mecanismo de Estímulo Agrícola y Rural para las Islas del Pacífico (PIRAS), una colaboración entre el FIDA y el Gobierno de Australia por valor de USD 8,1 millones, ha mitigado las dificultades de la agricultura. 

Niko dejó su trabajo como funcionario de aduanas para dedicarse a tiempo completo a la agricultura. © IFAD/Rob Rickman

Otra agricultora que se ha beneficiado del PIRAS es Apisaki, que antiguamente trabajaba en un hotel. La agricultura era solo un pasatiempo para ella hasta que decidió arrendar una parcela de tierra que se había dedicado al cultivo de caña de azúcar. 

Junto con su marido, Apisaki decidió recuperar la tierra, pero en lugar de volver a cultivar caña de azúcar, empezó a producir cultivos locales infrautilizados como pawpaw y duruka. La capacitación impartida en el marco del PIRAS les permitió experimentar y aplicar nuevos conocimientos a su explotación. 

Tras jubilarse como trabajadora en el sector hotelero, Apisaki está produciendo cultivos locales en su explotación. © IFAD/Laisiasa Dave/Pacific Farmer Organizations

Alimentar pollos en Nigeria

John trabajaba como camarero en Lagos, la mayor ciudad de Nigeria, mientras albergaba la esperanza de vivir de la agricultura. Sin embargo, no lo consideraba una opción válida hasta que descubrió el Proyecto de Empresas Familiares para la Mejora de los Medios de Vida en el Delta del Níger (LIFE-ND), un proyecto de USD 130,01 millones financiado por el FIDA y asociados gubernamentales como la Comisión de Desarrollo del Delta del Níger. 

En la actualidad, John ha recuperado las tradiciones agrícolas de su familia y ha iniciado su propia actividad agrícola en la comunidad Ugbineh del sur de Nigeria. En el marco del programa de mentorías del LIFE-ND, John y otros participantes aprendieron a criar pollos y a venderlos para crear su propio negocio avícola. 

John afirma que poner en marcha su negocio y ver crecer a sus pollos le ha ayudado a superar la depresión y encontrar la paz. 

“Antes del programa, mi vida carecía de sentido y sentía el lastre de las experiencias del pasado”, afirma. “No obstante, LIFE-ND surgió como un faro que dio a mi vida un nuevo propósito”. 

John dejó su trabajo como camarero y puso en marcha su propio negocio de cría de pollos. © IFAD/Andrew Esiebo

Del escenario a las especias en el Camerún

Para algunos empresarios, la agricultura no es la única forma de recuperar las tradiciones rurales. 

En el Camerún, Nina Dorine era una talentosa actriz de películas y trabajaba para el Ministerio de Artes y Cultura de su país. Le encantaba actuar, pero sentía que su carrera profesional debía dar un giro. Asimismo, observaba que muchas mujeres de su entorno, ocupadas con su vida profesional, cada vez podían dedicar menos tiempo a la tradición de elaborar especias caseras. 

 

Nina Dorine cambió su carrera como actriz por un negocio de especias caseras. © IFAD/Waguia Motchadje Sam Franklin

Entonces Nina Dorine decidió llenar este vacío. Con el apoyo del Programa de Promoción de la Iniciativa Empresarial de los Jóvenes en el Sector Agropastoral, de USD 73,12 millones y financiado por el FIDA, el gobierno nacional y otros asociados, puso en marcha un negocio de elaboración de especias en Yaoundé, la capital del Camerún. La iniciativa le permitió recibir capacitación en materia de comercialización y gestión, además de adquirir la maquinaria necesaria para elaborar las especias en casa. 

“Me siento útil desde que inicié el negocio de las especias”, dice Dorine. “Siento que estoy haciendo algo necesario y que estoy aportando valor añadido a las personas con las que trabajo con los productos que elaboro”. 


Romper las tendencias mundiales y volver a las zonas rurales puede parecer un paso desafiante para muchos. No obstante, estos pequeños agricultores y empresarios están demostrando que con el apoyo adecuado, crear un futuro en la agricultura no solo es posible, sino que es una excelente oportunidad tanto para las personas como para el planeta. 

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