Los agricultores de albaricoques en el Valle de Hunza buscan la excelencia
Gracias a un nuevo modelo de asociación, los albaricoques se están abriendo camino desde las montañas del Karakórum hasta el resto del mundo.
Existen casi tantos teléfonos inteligentes en el planeta como personas. Desde los sistemas de mensajería hasta los mapas, pasando por los pagos por telefonía móvil, resulta casi inimaginable concebir un mundo sin Internet ni dispositivos.
Sin embargo, para muchas mujeres de los países en desarrollo, esa es su realidad. En esos países, los hombres tienen el doble de probabilidades que las mujeres de usar internet. A fin de empoderar a las mujeres del ámbito rural y ayudarlas a contribuir al crecimiento económico, el acceso a internet y a plataformas digitales resulta fundamental.
El FIDA brinda formación a las mujeres sobre finanzas digitales y comercialización y garantiza su acceso a la tecnología necesaria para conectarse con el resto del mundo. En conjunto, la tecnología, los tomates y los tulipanes están empoderando a las mujeres, al tiempo que benefician a sus comunidades.
Los tomates alcanzan nuevas cotas en el Pakistán
Cuando el marido de Haji Parveen murió en un accidente de montañismo, esta ama de casa de 38 años del norte de Pakistán tuvo que hacerse cargo, ella sola, de mantener su hogar y criar a sus tres hijos.
Determinada a tomar las riendas de su futuro, Haji se apuntó a la Iniciativa de Transformación Económica de Gilgit-Baltistán (ETI-GB), financiada por el FIDA, que le aportó la capacitación, las herramientas y los insumos necesarios para cultivar tomates.
A través de la agricultura vertical y el uso de túneles de plástico, puede producir tomates —y obtener beneficios— durante todo el año, incluso en condiciones meteorológicas adversas y a más de 3 000 metros de altura.
Aunque Haji tenía producto que vender, le faltaban compradores. “Era difícil dar a conocer los tomates porque aquí las viviendas están muy dispersas y el trayecto hasta el mercado más cercano no es fácil”, explica Haji.
Fue entonces cuando su hijo, un joven creador de contenido, aprovechó las redes sociales para promocionar los tomates de Haji. Poco después, ya había compradores interesados que se ponían en contacto con ella.
El hijo de Haji, Ibrar, recurrió a Facebook para promocionar el producto. Foto cedida por Ibrar Karim Shimshal.
“La respuesta de la comunidad fue abrumadora. Todo el mundo quería venir a ver y comprar los tomates, y eso me animó a publicar más información sobre cómo y dónde conseguirlos”, cuenta Haji.
Los ingresos procedentes de la venta de tomates les aportan estabilidad a ella y a sus hijos, y Haji ahora está trabajando para ampliar su presencia en línea y los servicios ofertados añadiendo el envío a domicilio desde la huerta. Por fin, esta joven viuda comienza a ver la luz al final del túnel.
Tulipanes por mensajería en Bangladesh
En la parte más septentrional de Bangladesh, en las laderas del Himalaya, un grupo de mujeres ataviadas con coloridos velos caminan entre hileras de tulipanes de colores igual de llamativos.
Estas mujeres, que cuentan con el respaldo del Proyecto de Transformación de las Microempresas Rurales del FIDA y la cofinanciación de Danida, forman parte de un colectivo de mujeres que recibieron bulbos de tulipán y capacitación sobre cómo cultivar estas flores para posteriormente comercializarlas en línea. Las flores, tras ser clasificadas, cortadas y empaquetadas, se envían a Dhaka para su venta. En menos de un año, estas agricultoras han obtenido casi BDT 1 000 000 (algo más de USD 9 000).
A medida que los tulipanes fueron floreciendo, también lo hizo la economía local. Después de descubrir estos campos de tulipanes a través de las redes sociales, los turistas comenzaron a acudir en masa a este pintoresco lugar, de manera que fueron surgiendo distintos negocios locales de restauración y alojamiento.
En cuestión de meses, el número de turistas aumentó de 50 a 600 al día. Uno de ellos es Awal Hossain, procedente de Rangpur. “Supe de la existencia de estos campos de tulipanes a través de las redes sociales y varias noticias, y he venido a visitarlos con mi familia y amigos. Es impresionante”.
Tanto el precio de la entrada a los campos de tulipanes como los pedidos de flores pueden pagarse a través de transferencias por telefonía móvil o banca móvil, y muchos clientes tramitan sus pedidos por WhatsApp y Messenger.
Mientras su teléfono suena con un nuevo pedido, Shumi Akter, floricultora, nos cuenta que la “comercialización y los sistemas de transferencia de dinero han afianzado nuestra confianza”.
Sin embargo, no fue tan fácil lograr estos buenos resultados; fueron necesarios mucho esfuerzo y determinación. “Muchos de nuestros vecinos nos criticaban por cultivar tulipanes”, recuerda Sajeda Begum, floricultora. El éxito de estas mujeres está cambiando la actitud en torno a las normas de género y está inspirando a más mujeres a invertir en este rentable negocio. “Ahora vienen a pedirnos consejo sobre el cultivo de tulipanes”.