Voces del mundo rural | 31 octubre 2024

En imágenes: Un día en Túnez rural

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Los medios de vida rurales suelen asociarse a la agricultura. No obstante, las comunidades rurales no solo se dedican a la agricultura: en cada localidad y aldea, la gente participa en una gran variedad de profesiones y se dedica a los medios de vida que conforman la rutina diaria. 

En la zona central de Túnez, el Proyecto de Inserción Económica, Social y Solidaria (IESS-Kairuán) y el Proyecto de Promoción de las Cadenas de Valor para el Desarrollo Territorial de Siliana (PROFITS), respaldados por el FIDA, prestan apoyo a un amplio abanico de negocios rurales. Conozcamos a algunas de las personas que mantienen a sus comunidades en activo desde el amanecer hasta el anochecer. 

Las 5 de la madrugada: En el zoco con Khmaies

© IFAD/Chedly Ben Ibrahim

El día comienza temprano para Khmaies. Se levanta mucho antes de que amanezca y carga su toktok (carreta motorizada) para ir al zoco, donde vende tentempiés y bebidas recién preparados en el puesto que tiene, y también huevos batidos que prepara su mujer, Feiza.  

Antes de que el Proyecto de Inserción Económica, Social y Solidaria le proporcionase el toktok, Khmaies tenía que alquilar un coche privado para ir al zoco todos los días. Los viajes eran caros y mermaban los escasos beneficios que obtenía. En un momento dado, incluso tuvo que pedir dinero prestado y vender algo de equipo para salir adelante. Ahora que ir y volver del zoco es fácil, le resulta más sencillo mantener a sus dos hijos adolescentes. 

“Ser propietario de un medio de transporte te da una sensación de independencia y libertad”, dice Khmaies. 

Las 8 de la mañana: En la escuela con Amani

© IFAD/Chedly Ben Ibrahim

Todas las mañanas, Amani recibe a un animado grupo de niños de cuatro años en la escuela infantil donde trabaja. Durante las tres horas siguientes, enseña a sus alumnos lectura y escritura religión y habilidades motrices, y organiza juegos bajo su supervisión. 

La escuela infantil abrió sus puertas hace menos de un año gracias al apoyo del Proyecto de Inserción Económica, Social y Solidaria. Su apertura ha supuesto todo un cambio: los niños de la zona por fin tienen un lugar seguro donde aprender y jugar, mientras que sus padres, sobre todo las madres, disponen de más tiempo para centrarse en el trabajo. 

“La actividad de las mujeres tunecinas de las zonas rurales ha aumentado mucho, por eso es importante que puedan dejarnos a sus hijos”, declara Amina. 

Las 3 de la tarde: En la explotación pecuaria con Fatma

© IFAD/Chedly Ben Ibrahim

Fatma pasa el día en los campos cercanos a su casa, cuidando de su rebaño de ovejas. Tras recibir su primera oveja hace unos años en el marco del Proyecto de Promoción de las Cadenas de Valor para el Desarrollo Territorial de Siliana, hoy las cría y vende durante todo el año y se queda con algunas para alimentar a su familia. 

Tiempo atrás su marido Mounir, que tiene una discapacidad física, experimentó dificultades para mantener a la familia con las prestaciones públicas que recibía. Con los ingresos que Fatma obtiene vendiendo ovejas, la pareja puede sufragar los estudios de sus dos hijas adolescentes. 

“Nunca pensé que un día tendría un rebaño de ovejas, las criaría y las llevaría a que pastaran en libertad”, dice Fatma. 

Las 5 de la tarde: En la peluquería con Dhaker

© IFAD/Chedly Ben Ibrahim

Volviendo a casa del trabajo, la gente que quiere cortarse el pelo pasa por la peluquería de Dhaker. Es un lujo que no solían darse: antes de que Dhaker, de 21 años, abriera su peluquería, la más cercana estaba a más de 25 kilómetros.  

Hasta hace poco, Dhaker no obtenía demasiados ingresos, puesto que trabajaba ocasionalmente en la construcción. El salto a la peluquería fue posible gracias al Proyecto de Inserción Económica, Social y Solidaria, que le brindó la formación y el equipo necesarios para establecer su local comercial en una parcela propiedad de sus padres. Está decidido a seguir ampliando el negocio y hacer que se sientan orgullosos. 

“Desde que establecí mi propio proyecto me siento mejor, más tranquilo y sereno”, dice Dhaker. 

Las 7 de la tarde: De cena con Tahar

© IFAD/Chedly Ben Ibrahim

Por la tarde-noche, Tahar está ocupado sirviendo pizza a los clientes que llegan con hambre a su pizzería. Vivió 30 años en Italia antes de volver a su país para abrir su restaurante y afirma con orgullo que la pizza que elabora es 100 % auténtica. 

¿Cuál es su secreto? La calidad de los ingredientes. Tahar es un cliente fijo de Sala y Danel, dos mujeres de la zona que abrieron una quesería con el apoyo del Proyecto de Promoción de las Cadenas de Valor para el Desarrollo Territorial de Siliana. Dice que la mozzarella que elaboran es tan buena como la que probó en Italia. 

“Examen aprobado”, anuncia Tahar. 

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