Martha y su marido cultivan berenjenas, bananas, tomates y otros productos en la provincia de Holguín. Al igual que otros pequeños agricultores, han tenido que hacer frente a los efectos del cambio climático. Aunque en esta parte de Cuba las estaciones secas son largas de forma habitual, el clima se ha vuelto más extremo y se producen sequías cada vez con más frecuencia.
La variabilidad de las condiciones hace que para Martha sea especialmente importante disponer de una fuente fiable de electricidad, algo que no ha resultado fácil en los últimos tiempos.
Sin embargo, Martha ha podido proteger sus cultivos gracias a unos nuevos paneles solares que convierten la luz solar en electricidad limpia y fiable. Con el apoyo del Mecanismo de cooperación SurSur y triangular entre China y el FIDA y la implementación del Programa Mundial de Alimentos, el proyecto Gibara Verde X Ciento proporcionó los paneles a Martha y a otros agricultores como ella.
Cuando escasean las lluvias, Martha puede confiar en sus paneles solares para obtener la energía que necesita para bombear agua y regar su campo. A pesar de los continuos problemas con la red eléctrica nacional, Martha mantiene su producción.
“Tenemos un déficit de electricidad”, dice Martha. “Pero este sistema moderno nos ayuda a garantizar el riego, y el riego es clave para garantizar la producción”.