Voces del mundo rural | 10 julio 2024

Los agricultores en pequeña escala de la Arabia Saudita están protegiendo un tesoro cultural. Veamos cómo lo hacen. 

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Los granos de café de la Arabia Saudita son la piedra angular de la cultura cafetera del país. Apreciados por su ligero tueste y su tonalidad dorada, tradicionalmente se ofrecen a los invitados con cardamomo o jengibre como señal de respeto.

No obstante, en las montañas del sureste de la Arabia Saudita, donde hace siglos que se cultiva café, el cambio climático está pasando factura. Las sequías, que son cada vez más frecuentes, ponen en peligro los medios de vida de las comunidades caficultoras.

A pesar de las condiciones desfavorables, el agricultor en pequeña escala Hassan Ali Yahya Al-Ezzi ha construido una próspera explotación de café con el apoyo adecuado.

Proteger el legado familiar

Para Hassan, la caficultura no es solo un medio de vida: es una preciada tradición que se transmite de generación en generación. Desde una temprana edad, Hassan observaba cómo sus padres y sus abuelos cuidaban sus tierras con diligencia y aprendió de ellos.

Cuando se mudaron y las tierras quedaron abandonadas, Hassan nunca dejó de creer en la explotación familiar y su pasión por la caficultura nunca desapareció. Fue así como tuvo la oportunidad de volver y recuperar las tierras baldías y no lo dudó.

Gracias al proyecto de asistencia técnica reembolsable, una iniciativa conjunta del FIDA y el Ministerio de Medio Ambiente, Agua y Agricultura saudí, Hassan recibió 150 plántulas de café. Recibió además una malla de sombreo y lo que se conoce como sistema de fertirrigación, mediante el cual se proporciona fertilizante disuelto a las plantas a través de un sistema de riego.

Los granos de café saudíes son cultivados por agricultores en pequeña escala en la montañosa provincia del país, Jazan. © Jihad Al-Jazayerli

Aprovechando al máximo cada gota

El Proyecto de asistencia técnica reembolsable presta apoyo a los agricultores de café y mango de la provincia de Jazan, donde la productividad agrícola cada vez está más amenazada. Lo fundamental es que permite optimizar el uso de los escasos recursos hídricos; en el caso de Hassan, por ejemplo, un depósito subterráneo le garantiza el buen funcionamiento de la explotación.

Incluso cuando el año pasado una grave sequía afectó a la fase inicial del cultivo, Hassan pudo mantener la actividad hasta la estación húmeda gracias al depósito. Una vez lleno de agua de lluvia, el depósito le permitió duplicar el número de cafetos y recolectar 300 kilogramos de granos.

Hassan también recibió capacitación en técnicas de recolección y agronomía que le permitirían resolver una amplia variedad de problemas. Actualmente, comparte sus conocimientos con agricultores vecinos y los anima a recuperar sus propias tierras, tal como hizo él.

Un joven agricultor de la provincia de Jazan se inclina sobre su planta de café, cubierta por una malla de sombreo.© Jihad Al-Jazayerli

Honrar la tradición trae prosperidad

El cultivo de café saudí forma parte inextricable del tejido cultural de Jazan y Hassan quiere asegurarse de que siga siendo así. Los hijos de Hassan le ayudan en la explotación cuando no están en la escuela y aprenden de su padre la larga tradición como él había hecho con sus padres.

Hassan espera que la tierra que hereden sea aún más fructífera de lo que es hoy. Con el apoyo del Proyecto de asistencia técnica reembolsable, Hassan aspira a cultivar la tierra restante y transformar toda la explotación en un espacio verde y productivo.

Su historia pone de manifiesto el poder motivador de la tradición para lograr el desarrollo rural sostenible. La importancia cultural del cultivo de café en Jazan va más allá del valor económico: es un tesoro nacional que los agricultores transmiten con orgullo a las generaciones futuras.

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