El marketing hace maravillas para los emprendedores rurales
Con el apoyo del FIDA, los agricultores del Norte de África y Oriente Medio comercializan eficazmente y obtienen el reconocimiento que merecen.
Las laderas de las montañas de la provincia de Yunnan están repletas de huertos que suministran mangos dulces a los consumidores de toda China. Pero llevar la fruta a los mercados de los valles no es tarea fácil.
La mayoría de los vehículos agrícolas no pueden atravesar el terreno, por lo que los agricultores tienen que cargar las pesadas cestas por las empinadas cuestas o contratar a caros jornaleros. A menudo, cuando llegan al mercado, los mangos ya han perdido su frescura, lo que reduce aún más los beneficios.
En el condado de Huaping, un sistema de monorraíl recién instalado está acortando las distancias y, de paso, transformando las comunidades.
Debido al duro trabajo y al tiempo que requiere la obtención de siquiera pequeños beneficios, no es de extrañar que mucha gente joven de las zonas rurales de Huaping se va a las ciudades en busca de trabajo.
Xie Fanghua fue uno de ellos. Aprovechó la oportunidad de ir a Kunming, la capital provincial, para recibir formación profesional y encontrar un trabajo bien remunerado.
Pero en una visita a casa de sus padres, observó las dificultades que tenían los agricultores para llevar su fruta al mercado, y vio la oportunidad de volver a sus raíces. Xie dejó su trabajo en la ciudad y fundó la Empresa de Desarrollo Tecnológico Agrícola de Lijiang Fangyuan para encontrar soluciones a los problemas de su comunidad.
Al principio presentó un sistema de transporte por cable, pero Xie fue perfeccionando sus ideas hasta dar con la solución perfecta para el difícil terreno de Huaping: un sistema de monorraíl. Su empresa tendió unas vías diseñadas a medida que partían de los puntos donde se clasificaban y empaquetaban los mangos cosechados y llegaban hasta los puntos de descarga desde donde se podían transportar.
En la actualidad, un pequeño tren recorre las vías de forma semiautomática, repleto de fruta que transporta de forma segura y eficaz por la ladera de la montaña.
Al ver el cambio positivo que había causado el monorraíl en su propia comunidad, Xie se decidió a poner su tecnología al alcance de otros agricultores que la necesitaran. Con un préstamo de 1,15 millones de yuanes (158 000 dólares de los Estados Unidos) obtenido a través del Proyecto de Demostración de Actividades de Revitalización Rural en Yunnan, financiado por el FIDA, que igualaba la inversión de su propia empresa, Xie montó unas instalaciones de 350 m² en 2023 para ampliar la producción.
La demanda fue inmediata. Al cabo de un año, se habían tendido más de 20 000 metros de vías que utilizaban 100 agricultores. Las subvenciones concedidas por el Proyecto de Demostración permitieron a los agricultores adquirir el sistema a una tercera parte del precio de mercado, mientras que los agricultores registrados con rentas bajas llegaron a pagar incluso menos.
Aunque los huertos más grandes o aislados pueden instalar sus propios sistemas, los agricultores con huertos adyacentes suelen compartir un tren para reducir los costos. Pagan una pequeña cuota de servicio para cubrir los gastos de adquisición, funcionamiento, mantenimiento y combustible.
Los monorraíles también han creado puestos de trabajo, y a su alrededor han surgido servicios de apoyo como el desbroce profesional. Lo mejor de todo es que, a medida que los agricultores aumentan sus ingresos, la agricultura se está convirtiendo por fin en una opción atractiva para la juventud de Huaping.
“En Yunnan, no hay terreno que no podamos salvar en lo que respecta al transporte”, dice Xie, que ahora tiene 36 años. “Nuestro objetivo es dar servicio a más localidades frutícolas e impulsar el desarrollo de la industria agrícola”.