Voces del mundo rural | 5 julio 2024

Los productores de cacao hacen de los dulces sueños una realidad

Tiempo estimado de lectura: 5 minutos
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El chocolate es un dulce muy preciado en todo el mundo, pero ¿sabía que casi todo lo producen pequeños agricultores? Estos hombres y mujeres de las zonas rurales de África, Asia y América del Sur hacen posible que podamos comprar nuestra merienda favorita.

Aun así, y a pesar del duro trabajo que realizan, muchos siguen atrapados en la pobreza. En promedio, los productores de cacao solo ganan el 6 % del valor final de una tableta de chocolate.

Contando con el apoyo adecuado, pueden alcanzar tanto la seguridad alimentaria como la seguridad de los ingresos que merecen. Rindamos homenaje a algunos de los pequeños agricultores que nos hacen la vida un poco más dulce, velando al mismo tiempo por la sostenibilidad.

Fortalecer los medios de vida tradicionales

Femi con vainas de cacao cosechadas en su explotación agrícola en Idanre, una localidad que se encuentra en el estado de Ondo, al suroeste de Nigeria. © FIDA/Andrew Esiebo

Femi Olofingbasote, de 32 años, aprendió de su padre a cultivar cacao en su explotación agrícola en el estado de Ondo, al suroeste de Nigeria. Sin embargo, fue su participación como aprendiz en el Proyecto de Empresas Familiares para la Mejora de los Medios de Vida en el Delta del Níger (LIFE-ND), respaldado por el FIDA, lo que le permitió adquirir gran cantidad de nuevos conocimientos.

Gracias a las técnicas modernas de cultivo que utiliza ahora, como la poda eficiente y la sustitución de los cacaoteros más viejos, su producción anual se ha duplicado y supera la tonelada. Por su parte, la fermentación lenta les da a las vainas de cacao un aroma delicioso e intenso que se paga a un precio elevado.

No es de extrañar que los ingresos anuales que obtiene Femi de la producción de cacao se hayan cuadruplicado. Antes le resultaba difícil que sus hijos tuvieran una alimentación básica; ahora sueña con dejarles un negocio próspero.

“De momento alquilo el terreno, pero el propietario ha accedido a vendérmelo”, dice. “La explotación agrícola será mía para siempre. La inversión que estoy haciendo en el presente dará sus frutos en el futuro”.

Para apoyar a su comunidad, Femi transmite lo que ha aprendido a cinco aprendices que él mismo está capacitando. Cuando terminen la formación les regalará cien plántulas de cacao a cada uno, con las que podrán poner en marcha sus propias explotaciones.

Lograr cadenas de valor saludables

Rufiad tests cacao pods for quality and health in Sulawesi, Indonesia. © IFAD/JeftaImages

En las verdes y exuberantes colinas de Sulawesi, la cuarta isla más grande de Indonesia, un grupo de 4 000 expertos en problemas que afectan a los cacaoteros contribuye a enfrentar los fenómenos meteorológicos extremos, las plagas y las enfermedades que inciden en su cultivo para que podamos seguir disfrutando de nuestro dulce favorito.

Una de esos especialistas es Rufiad, una agricultora que completó el programa de expertos en problemas que afectan a los cacaoteros, que se impartió en la Academia del Cacao de Mars, en colaboración con la Iniciativa de Ampliación de Escala del Programa de Potenciación Rural y Desarrollo Agrícola (READSI). En esta academia, aprendió a acondicionar la tierra, ocuparse de los cacaoteros, detectar cualquier problema de producción o calidad y encontrar el remedio adecuado. Ahora aplica los nuevos conocimientos que adquirió en la replantación de la explotación envejecida de su padre con especies de cacao más resilientes.

La primera vez que el FIDA intervino como institución mediadora entre el Gobierno indonesio y Mars Incorporated para establecer una colaboración entre ambos se remonta al año 2012. Gracias a ella, Mars pudo acceder a una fuente fiable de cacao de calidad, mientras que los agricultores aprendieron técnicas sostenibles y por fin su trabajo empezó a estar bien remunerado.

La asociación ha ido creciendo desde entonces, y buen ejemplo de ello es la formación de expertos en problemas que afectan a los cacaoteros. Ahora, agricultoras como Rufiad se están convirtiendo en productores competitivos en las cadenas mundiales de suministro de chocolate, sin dejar de proteger al mismo tiempo su entorno natural.

Dar proyección internacional al cultivo de cacao

Johny posa orgulloso al comienzo de su tour “Cacao de la Sierra” en San Rafael (Colombia). © FIDA/Luis Bernardo Cano

Hace unos años, Johny Serrano, de 22 años, tenía un sueño. Sabía que la explotación de su familia en San Rafael (Colombia) producía un cacao fantástico para el resto del mundo, pero él quería dar a conocer San Rafael al resto del mundo.

Gracias al proyecto PUENTES, Johny ha hecho realidad su sueño.

Hoy se enorgullece de ser el responsable de “Cacao de la Sierra”, una ruta turística que hace un recorrido por la historia y el proceso de elaboración del chocolate en la región.

Es uno de los más de 700 jóvenes colombianos del medio rural que participó en un curso de turismo respaldado por el FIDA para impulsar el turismo sostenible y dar a conocer los alimentos que producen. Los visitantes de la explotación familiar de Johny pueden aprender cómo se producen sus dulces favoritos con métodos sostenibles y comprar chocolate de producción local para llevárselo a casa.

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Ante el aumento del consumo mundial de chocolate, pequeños productores como Johny, Rufiad y Femi trabajan arduamente para producir cacao de forma sostenible. Debemos asegurarnos de que obtienen una rentabilidad decente por producir este delicioso manjar que tanto nos gusta.

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