Razones para invertir en el FIDA: Invertir en la prosperidad rural, en la alimentación y en la resiliencia para reducir la pobreza y el hambre en un contexto de cambio climático.

Hoy en día nos encontramos ante una encrucijada decisiva: los progresos históricos realizados en la reducción del hambre se han estancado y se están revirtiendo los logros alcanzados en los últimos decenios.

Al mismo tiempo, la pobreza sigue obstinadamente arraigada en algunas zonas y la desigualdad va en aumento1. No se puede permitir que esto siga así. Aunque el número de personas que vive en la pobreza extrema pasó de casi 2 000 millones en 1990 a 736 millones en 20152, y el hambre ha ido reduciéndose a lo largo de varios decenios3, las personas más pobres y marginadas siguen quedándose atrás.

Más de 820 millones de personas pasan hambre cada día, y la brecha de riqueza se está ampliando.

Duodécima Reposición: Prosperidad rural. Alimentaciòn. Resiliencia.