¿La hierba siempre es más verde donde llueve?

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¿La hierba siempre es más verde donde llueve?

Tiempo estimado de lectura: 4 minutos
©FIDA/Ivor Prickett/Panos

Las sequías intensas y el agotamiento de las aguas subterráneas tienen consecuencias importantes tanto para la agricultura como para la economía de las regiones del Cercano Oriente y África del Norte. Los pequeños agricultores cuyos ingresos y alimentación dependen de la agricultura son los más vulnerables a esos efectos, especialmente en las zonas que necesitan de las aguas subterráneas.

Habida cuenta de que la reducción del producto interno bruto (PIB) regional solo a causa de las sequías se prevé en un 6 % para 2050, los Gobiernos de la región están tratando de limitar la pérdida de cosechas. En Jordania, por ejemplo, el Gobierno está recurriendo a promociones y subvenciones para alentar a los agricultores a usar tecnologías de riego que ayudan a ahorrar agua, como los sistemas de riego por goteo, los sensores de humedad del suelo y sistemas automatizados.

Sin embargo, pese a que los agricultores han venido utilizando estas tecnologías durante más de 20 años, la capa freática sigue decreciendo a un ritmo alarmante de un metro al año.

¿Qué podemos hacer ante el agotamiento de las aguas subterráneas?

La importancia de las estimaciones

Los resultados de un estudio reciente del Instituto Internacional para el Manejo del Agua (IWMI) y la agencia Texas A&M AgriLife sugieren que, más que las tecnologías de riego en sí, las estimaciones sobre la escasez de agua pueden ejercer mayor influencia en el sistema de riego que utilizan los agricultores.

El estudio, que encuestó a unos 400 agricultores comerciales en las tierras altas de Jordania, reveló que aquellos que habían hecho frente al déficit de agua y la pérdida de cultivos en el pasado eran un 4 % más propensos a regar con mayor frecuencia de lo recomendado, y un 19 % más propensos a determinar las necesidades de riego a su juicio, en vez de recurrir a herramientas como los calendarios de cultivos y las sondas de la humedad.

Estimaciones como estas aumentan la probabilidad de tomar decisiones que producen más daños que beneficios. Por ejemplo, una cuarta parte de los agricultores que se enfrentó a la falta de agua en el pasado declaró que regaba los olivos a diario para mitigar el riesgo de perder la cosecha. Paradójicamente, regar los olivos todos los días, en realidad, puede reducir la cantidad y calidad del producto obtenido.

Servicios a los que pueden recurrir los agricultores

No obstante, como demostró el estudio, los agricultores que buscaron asesoramiento profesional sobre riego no aumentaron la frecuencia con que regaban ni basaban sus decisiones únicamente en sus opiniones, aun cuando en el pasado habían padecido la escasez de agua. Esto pone de manifiesto que los servicios de asesoramiento sobre la calidad del riego pueden ayudar a concienciar a los agricultores sobre cómo sus decisiones pueden afectar a varios factores, como el ritmo al que decrece la capa freática, el costo de los sistemas de bombeo e incluso a sus propios ingresos.

Quedan aún numerosas vías que pueden estudiarse para mejorar estos servicios de asesoramiento y sus posibles beneficios. Por ejemplo, adaptar el servicio a las experiencias personales de los agricultores relacionadas con la escasez de agua y la pérdida de cultivos, teniendo en cuenta el tamaño de sus explotaciones y los modelos de cultivo, puede ayudarlos a tomar mejores decisiones de riego y, a su vez, reducir el ritmo al que decrece la capa freática.

Dicho esto, la tecnología no es una fórmula milagrosa para resolver el problema de las aguas subterráneas. También debemos comprender mejor por qué los agricultores optan un sistema de riego u otro, y cómo influye exactamente la experiencia pasada en esas decisiones. Esta comprensión, a su vez, nos ayudará a prestar un mejor asesoramiento. Con todo, habida cuenta de los crecientes efectos del cambio climático en todo el mundo, cada medida que se adopte para conservar los recursos hídricos subterráneos es un paso esencial para ayudar a los pequeños agricultores a adaptarse.

El estudio de Jordania es la publicación más reciente de la serie de investigaciones del FIDA. Lea el estudio completo aquí.

Obtenga más información sobre la labor del FIDA en Jordania.

Kashi Kafle es profesor ayudante invitado del programa de estudios ACES de la Universidad de Texas A&M. Antes había colaborado con el IWMI, el FIDA y el Banco Mundial y tiene años de experiencia en el diseño y la realización de encuestas agropecuarias y a los hogares en países en desarrollo.

Soumya Balasubramanya es Economista Superior de la Práctica Global de Medio Ambiente del Banco Mundial. Antes había trabajado para el IWMI y colabora con universidades y varias organizaciones del sector público y privado para orientar la investigación, el diálogo y la práctica en materia de crecimiento sostenible e inclusivo. Sus investigaciones han sido utilizadas por organismos de ayuda bilaterales y multilaterales para adaptar sobre la marcha inversiones y programas en vías de ejecución y por Gobiernos en el Sur Global para diseñar políticas. Sus trabajos también se han citado en importantes medios de información. Soumya preside el Comité Internacional de Mujeres Economistas Agrícolas de la Asociación Internacional de Economistas Agrícolas y ha contribuido a la preparación del Sexto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).