La brecha digital frena a las mujeres del medio rural: medidas a nuestro alcance para cambiar la situación

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La brecha digital frena a las mujeres del medio rural: medidas a nuestro alcance para cambiar la situación

Tiempo estimado de lectura: 4 minutos
© FIDA/ Fahad Abdullah Kaizer

A pesar de que hay una serie de conceptos avanzados, como inteligencia artificial o el metaverso, que predominan en las conversaciones sobre la tecnología digital, la triste realidad es que las mujeres rurales pobres de los países de ingreso bajo y mediano están quedando rezagadas se están quedando atrás.

En comparación con los hombres, hay un 7 % menos de probabilidades de que las mujeres posean teléfonos móviles, y un 16 % menos de que utilicen teléfonos inteligentes. En los países en desarrollo, los hombres tienen el doble de probabilidades que las mujeres de usar internet.

Esta situación implica que muchas mujeres quedan excluidas de los servicios digitales, como emitir o recibir pagos por telefonía móvil, tramitar pedidos en línea, el aprendizaje virtual o simplemente perseguir sus intereses en línea.

En Kenya, un joven agricultor toma una foto de la cosecha de maíz verde de Shadrack Muli. © IFAD/Isaiah Muthui

¿Cuáles son las causas de esta brecha?

Hay numerosas razones que explican la brecha digital. Las mujeres son menos propensas a comprar dispositivos digitales, puesto que ganan menos dinero que los hombres. Las limitadas oportunidades educativas de las mujeres hacen que tengan más probabilidades de ser analfabetas, lo que dificulta el uso de la tecnología. En algunas partes del mundo, la tecnología se percibe como un ámbito más apropiado para los hombres, sean adultos o jóvenes, mientras que en las leyes cibernéticas con frecuencia no se recogen los riesgos específicos que enfrentan las mujeres, como el acoso.

¿Qué tienen en común los agricultores con la tecnología?

Las tecnologías digitales están revolucionando la forma en que los productores en pequeña escala llevan a cabo su trabajo. Ahora tienen a su alcance recomendaciones sobre cómo incrementar su producción. Asimismo, reciben alertas sobre el tiempo y los peligros meteorológicos, como las crecidas repentinas, lo que les ayuda a aumentar su resiliencia frente al cambio climático. Al conectarse a la red, los productores llegan a clientes con los que de otro modo nunca habrían podido ponerse en contacto.

A través de la tecnología financiera, los agricultores de las zonas más remotas pueden acceder a servicios bancarios, pólizas de seguros y financiación. Esto los ayuda a proteger y ampliar sus negocios, así como a emitir y recibir pagos. Las herramientas como las tecnologías de cadenas de bloques implican que los clientes pueden hacer un seguimiento de productos concretos desde la granja hasta el carrito de la compra.

Seis medidas que se pueden adoptar para reducir la brecha digital

  1. Tener en cuenta los diferentes métodos de producción de hombres y mujeres, así como el tipo de tecnologías digitales que podrían utilizar, a la hora de diseñar proyectos de desarrollo rural que incluyan un componente digital. 
  2. Evaluar si la información que se brinda satisface las necesidades específicas de las mujeres.
  3. Utilizar distintos recursos para llegar al mayor abanico de mujeres posible, en lugar de emplear una única tecnología digital. 
  4. Involucrar directamente a las agricultoras e invertir en su labor.
  5. Promover la infraestructura, las políticas y los programas y proyectos adecuados para dar respuesta a la pobreza entre las mujeres y las limitaciones de género que afectan al uso de las tecnologías digitales.
  6. Alfabetizar a las mujeres y formarlas en competencias digitales y lingüísticas.
Juana Morales Rodríguez recibe formación sobre el uso de la tableta. © FIDA/Santiago Billy/Factstory

Desde Jordania hasta el Pakistán y Guatemala: ¡el empoderamiento digital de las mujeres funciona!

En Guatemala, Juana Morales Rodrígez solía gastar la mitad de sus ingresos en viajes de autobús para desplazarse a la ciudad. Ese era su día a día hasta que, a través del Mecanismo de Estímulo para la Población Rural Pobre, respaldado por el FIDA, recibió una tableta para acceder a la banca digital. Desde entonces, ha podido ahorrar en desplazamientos y ampliar el negocio de confección que ha montado en su casa.

En las zonas rurales de Jordania, un sistema de billetera electrónica puesto en marcha por el proyecto REGEP enviaba los pagos de las donaciones directamente a los agricultores. Tres de cada cinco de las personas que se beneficiaron de este sistema fueron mujeres. Una de ellas es Safa'a Abu Rabeea, quien elabora y vende confituras y mermeladas de fruta, y utiliza la billetera electrónica para recibir pagos de los clientes, incluso cuando no llevan dinero en efectivo.

En el Pakistán, las mujeres suelen encargarse de cuidar el ganado. Sin embargo, como la mayoría de los trabajadores de extensión son hombres, para las mujeres resulta más difícil acceder a ese valioso asesoramiento agrícola. Los servicios de extensión digitales prestados a través de un proyecto financiado por el FIDA facilitaron información a más de 104 000 mujeres a través de la mensajería instantánea.

El negocio de Sarah se benefició del uso de herramientas digitales. @ FIDA/Upile Muhariwa

Sarah Kachedwa, una agricultora de Malawi, experimentó un incremento en su producción agrícola poco después de comenzar a utilizar las herramientas digitales financiadas por el FIDA y acceder a las plataformas de las redes sociales. En Internet encontró información inmediata sobre los cultivos, incluida la forma de evitar las enfermedades y el lugar donde encontrar los mejores mercados.

En definitiva, las mujeres del medio rural deberían tener acceso a las herramientas y los conocimientos que necesitan para prosperar. Hoy en día, las tecnologías digitales y los conocimientos sobre cómo emplearlas resultan indispensables, tanto para las mujeres como para los hombres de las zonas rurales.