Achieving gender equality is a precondition for the eradication of poverty

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La igualdad de género es un requisito fundamental para la erradicación de la pobreza

Tiempo estimado de lectura: 6 minutos

 

¿De qué manera contribuyen las mujeres a las economías rurales?

Ya sean remuneradas o no, las mujeres realizan una gran variedad de tareas en las zonas rurales y esta contribución a las economías rurales a menudo se subestiman. Gestionan los recursos naturales, adoptan enfoques agrícolas resilientes al cambio climático, preservan la biodiversidad y hacen todo ello al tiempo que se esfuerzan por garantizar la seguridad alimentaria y la productividad agrícola. Sin embargo, no hay igualdad de género. A pesar de que habitualmente se las excluya de las decisiones que afectan su vida cotidiana y se les ponga trabas con la asignación desigual de los recursos, las mujeres del medio rural son fundamentales dentro y fuera de sus hogares. Ellas son empresarias y dirigentes de la comunidad, innovadoras e impulsoras del cambio; en definitiva, son agentes del cambio para sí mismas, sus familias y sus comunidades. Todas las mañanas se levantan y luchan contra la adversidad, trabajando y cultivando alimentos en algunas de las condiciones más duras y difíciles del mundo: un clima cambiante, la inseguridad hídrica y alimentaria, el aislamiento de las carreteras y los mercados, conflictos, etc.   

Aparte de la percepción de estas contribuciones, ¿diría que los puestos que ocupan las mujeres en el ámbito del empleo rural están mejorando a nivel mundial?

Si bien las mujeres del medio rural trabajan como agricultoras, asalariadas y empresarias, y constituyen una proporción importante de la mano de obra agrícola, por desgracia, su trabajo sigue, en gran medida, sin recibir el reconocimiento o el valor que se merece, y esta situación no muestra mejoras notables. Ellas se concentran en la economía informal, en explotaciones familiares o en puestos de trabajo de baja productividad que requieren escasa calificación y muchas horas de trabajo a cambio considerable carga que suponen el trabajo doméstico y de cuidados no remunerados. Al sumar las horas de trabajo remunerado y no remunerado, las mujeres trabajan muchas más horas que los hombres.

¿De qué manera es la igualdad de género un factor clave para reducir la pobreza rural y mejorar la seguridad alimentaria?

Incrementar la igualdad de género constituye una condición indispensable para erradicar la pobreza rural; es de vital importancia para superar el desafío de mejorar la seguridad alimentaria y nutricional. En las economías en las que hay una mayor igualdad de género, tanto en lo que respecta a las oportunidades como a los beneficios, también son mayores el crecimiento económico y la calidad de vida. La igualdad contribuye a reducir el hambre crónica, conduce a una paz más duradera, beneficia a familias enteras y empodera a quienes se enfrentan a la discriminación. Al abordar la desigualdad de género y eliminar las barreras subyacentes a las que se enfrentan mujeres y niñas, desatamos el potencial para que se valore a todas las personas —hombres, mujeres, niños y niñas— por igual. “Lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y las niñas” (ODS 5) es esencial para alcanzar todas las metas y objetivos establecidos en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.  

En su opinión, ¿cuáles son los principales obstáculos al empoderamiento de la mujer en las economías rurales?

Los desafíos que supone acceder a activos, insumos y servicios, así como a mercados rentables, incrementan la diferencia de productividad entre hombres y mujeres. La desigualdad en la distribución de la carga de trabajo cotidiana y en la participación en la toma de decisiones a todos los niveles también afecta al empoderamiento de la mujer. Otros obstáculos son los problemas tanto de salud como nutricionales y la vulnerabilidad al cambio climático y a las perturbaciones externas, así como la violencia y la discriminación cotidianas por razones de género. Sin embargo, sobre la base de estas desigualdades yacen normas sociales discriminatorias, que se reflejan en actitudes, comportamientos, políticas y leyes que impiden el avance de las mujeres y las niñas. Tenemos que abordar las causas profundas de las desigualdades de género aplicando un enfoque de carácter transformador en materia de género que vaya más allá del simple hecho de hacer hincapié en el empoderamiento económico de la mujer.

En su opinión, ¿cuáles son las herramientas que deberían utilizar las organizaciones internacionales para ayudar a empoderar a las mujeres en los países en los que no se les conceden los mismos derechos que a los hombres?

Lograr el empoderamiento de la mujer en tales contextos exige la aplicación de enfoques integrados y multisectoriales. La defensa de los intereses, el diálogo sobre políticas, la creación de capacidad en las instituciones gubernamentales y los programas para promover el liderazgo de la mujer son fundamentales para facilitar el empoderamiento de la mujer a nivel mundial y gubernamental, así como a nivel local (en el seno de la comunidad y en las organizaciones de base). Las metodologías basadas en los hogares favorecen cambios a nivel de los hogares. Por lo tanto, contribuyen a eliminar las causas profundas de esas desigualdades y producir cambios a medio y largo plazo en las normas sociales y los comportamientos que impiden la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer.

Sobre el terreno, esto se traduce en un enfoque holístico basado en la formación y la creación de capacidad (para incrementar los conocimientos, las competencias y la confianza en sí mismas); tecnologías que permiten ahorrar mano de obra (para reducir la carga de trabajo de la mujer); alfabetización financiera y grupos de autoayuda (para garantizar un mejor acceso a la financiación); apoyo a la función de liderazgo de la mujer (para incrementar su participación activa en organizaciones rurales). Para promover una transformación profunda, con el compromiso con los hombres y las nuevas metodologías, se ayuda a fortalecer el bienestar general del hogar y de todos sus miembros. Al fomentar las cadenas de valor que tienen en cuenta las cuestiones de género, se contribuye a aumentar el acceso a los mercados y las actividades generadoras de ingresos.  

¿La lucha contra las desigualdades de género desde la raíz supone trabajar a nivel de los hogares?

Sí, y valiéndose de enfoques participativos, como las metodologías basadas en los hogares, para observar atentamente las relaciones de poder en el seno de los hogares y hacer frente a las desigualdades desde la raíz. Estas metodologías permiten hacer frente a las desigualdades de poder, al empoderar a los miembros de los hogares. Los facilitadores capacitados los ayudan a que hagan realidad su potencial de desarrollo mientras que elaboran y aplican una visión común. El objetivo final es lograr una mayor resiliencia de los hogares del medio rural y los sistemas de medios de vida rurales.

¿De qué modo la cuestión relativa a la igualdad de género es pertinente para la conservación del medio ambiente?

Debido a todas las discriminaciones que he mencionado, las mujeres se enfrentan a limitaciones adicionales en lo que respecta a su capacidad de adaptarse a los efectos negativos del cambio climático y la degradación del medio ambiente, como la contaminación. Con esto quiero decir que carecen de acceso a agua potable, suelos sanos, semillas, recursos financieros, información y opciones alternativas de medios de vida. Las mujeres representan asimismo alrededor del 43 % de la mano de obra agrícola en los países en desarrollo. Dada la función que revisten como gestoras y usuarias de los recursos naturales y el papel que desempeñan en la producción agrícola, la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer son decisivos para la conservación de la biodiversidad y la sostenibilidad del medio ambiente, así como para la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos. Las mujeres suelen actuar como guardianas de la diversidad de los cultivos, ya que protegen a los sistemas alimentarios y las prácticas de cultivo que son sostenibles. De aprovecharse la función de la mujer como agente del cambio, básicamente se puede fortalecer, como consecuencia, la resiliencia de los hogares, las comunidades y los ecosistemas.

 

Este blog fue publicado originalmente en el sitio web de la iniciativa Identificación para el Desarrollo (ID4D).