Brindemos por los ganaderos lecheros de Asia Meridional

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Brindemos por los ganaderos lecheros de Asia Meridional

Tiempo estimado de lectura: 4 minutos
© Dhiraj Singh/FIDA

La leche es uno de los productos agrícolas más extendidos del planeta. Asimismo, es una fuente esencial de ingresos para al menos 500 millones de personas pobres que dependen de la leche como medio de vida.

El 80 % de la leche que se produce en Asia Meridional procede de pequeñas producciones agrícolas. Por eso el FIDA trabaja en toda la región para ayudar a los pequeños ganaderos lecheros a optimizar la producción.

Sin embargo, existen dificultades considerables. Como las familias agrícolas de la región solo se pueden permitir uno o dos animales lecheros por hogar de media, les queda poca leche para vender una vez descontada la que destinan a cubrir sus propias necesidades. Y, aunque les sobre leche, a menudo no tienen dónde venderla debido al limitado acceso a los mercados. Además, también han de lidiar con el acceso limitado al crédito, la formación y los insumos, como el pienso, y la baja productividad de la mano de obra.

Nada se desperdicia

Tal fue el caso de Tasleem Bano, en Chikas, al norte del Pakistán. Cuando le sobraba leche, tenía que tirarla porque no tenía dónde venderla o almacenarla.

Posteriormente, en 2017, tuvo conocimiento de la Iniciativa de Transformación Económica, un proyecto financiado por el FIDA que garantizaba la recogida de la leche casa por casa dos veces al día, además de aliarse con un asociado del sector privado y establecer centros de recogida en los alrededores, donde los agricultores como Tasleem podían vender el exceso de leche.

“Ahora, en lugar de desperdiciar de la leche sobrante, puedo venderla”, dice Tasleem. “Estos ingresos adicionales me ayudan a pagar varios gastos domésticos. También puedo cubrir los gastos de escolarización de mis hijos”.

Obtener dinero con la leche

Tras obtener un préstamo, Leelabai Munde compró cinco cabras y empezó a vender la leche. © Dhiraj Singh/FIDA

Los ganaderos lecheros que participan en proyectos respaldados por el FIDA también pueden acceder al crédito, que tan necesario es, y ampliar sus actividades.

Leelabai Munde trabajaba como cocinera en una escuela pública de la parte oriental de la India. Luego conoció el Programa Tejaswini de Potenciación de la Mujer Rural, apoyado por el FIDA, gracias al cual obtuvo un préstamo por valor de 10 000 rupias indias (120 dólares de los Estados Unidos), compró cinco cabras y empezó a vender la leche.

Los beneficios fueron mejores de lo que esperaba. Pudo comprar un búfalo, que es más lucrativo, obtener más crédito y abrir su propio establecimiento de venta de leche y dulces. Hoy en día, sus 25 búfalos la han ayudado a costear la construcción de una nueva vivienda.

“Antes solíamos ganar solamente 10 000 rupias (120 dólares) al mes una vez descontados todos los gastos”, afirma. “Ahora ganamos al menos 50 000 rupias (600 dólares) mensuales”.

Recuperarse de las dificultades

El confinamiento decretado a raíz de la pandemia de enfermedad por coronavirus (COVID-19) llevó a Sita Kumari Khamcha y su familia en Levkashi (Nepal) a contraer una deuda asfixiante.

Sita Kumari recibió la formación y los instrumentos necesarios para establecer su propio negocio. © Krishna Lamsal/ASDP

Sin embargo, tras recibir formación en materia de cría de ganado y obtener acceso al crédito a través del Programa de Desarrollo del Sector Agrícola, adquirió dos búfalos y estableció su propio negocio. En tan solo un año aumentó su rebaño a ocho búfalos, tres vacas y un ternero. Todos los días, por la mañana y por la tarde, vende suficiente leche a una cooperativa local como para ganar entre 100 000 y 150 000 rupias nepalesas (entre 756 y 1 000 dólares) al mes.

Gracias a sus ingresos, la familia pudo pagar la deuda y comprar un vehículo, que el marido de Sita utiliza ahora para llevar clientes y conseguir un dinero extra. “Aunque no sepa leer, ahora me gano el respeto de todos como agricultora”, dice Sita. “He aprendido que si podemos hacer una pequeña inversión de la manera correcta, se pueden lograr grandes resultados trabajando”.

La importancia del forraje

Los proyectos financiados por el FIDA ayudan a familias de todo el sur de Asia a acceder a financiación y formación empresarial © FIDA/Ruvin De Silva

Aprender a cultivar bien el forraje es fundamental para mantener la salud de los animales y tener éxito como agricultor.

En Sri Lanka, Samantha Weerasooriya recibió formación sobre forrajes en el marco del Programa de Asociaciones para el Desarrollo de Agronegocios de Pequeños Agricultores, apoyado por el FIDA. Gracias a ello, pasó de tener una vaca en 2017 a las 10 que tiene en la actualidad, y ahora espera abrir un centro de producción de yogur.

De forma parecida, en Bangladesh, gracias al Proyecto de Transformación de las Microempresas Rurales, se está ayudando a los agricultores, como Mirza Ifte Khairul Hossain, a mejorar la calidad y la cantidad de sus piensos, lo que, a su vez, les permite obtener más y mejor leche.

“En tan solo dos años he creado mi propia marca”, dice Mirza. “Produzco 450 litros de leche envasada al día. Mi sueño es poder hacer llegar mi leche envasada a todo el país algún día”.

Para estos agricultores, la leche es el verdadero elixir de la naturaleza. Para ellos, los productos lácteos no son solamente una fuente nutritiva de alimento, sino que puede trazar el camino para que la población rural salga de la pobreza.