Cabo Verde es pequeño tamaño, pero grandes en ambiciones

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Cabo Verde es pequeño tamaño, pero grandes en ambiciones

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©FIDA/POSER/Sergio Da Luz

Jo Puri y el Ministro de Agricultura y Medio Ambiente de Cabo Verde, Gilberto Silva, charlan con un grupo de personas del medio rural que se han beneficiado de un sistema de bombeo de agua solar en Boca Coruja (Cabo Verde). © FIDA/Programa de Promoción de Oportunidades Socioeconómicas en las

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I kicked off my mission to Africa’s western-most island, Cabo Verde, with two goals in mind: discuss the future of the archipelago with the country’s leadership and hear from the rural people IFAD supports about how we can improve their lives.

In particular, I was eager to speak with participants from the Rural Socio-economic Opportunities Programme (POSER). Implemented in 2013, the programme has yielded impressive results, including financing more than 400 microprojects and benefiting about 12,000 producers, almost half of whom are women.

Cuando inicié la misión en la isla más occidental de África, Cabo Verde, tenía dos objetivos en mente: analizar el futuro del archipiélago con las autoridades del país y recabar las sugerencias de los habitantes de las zonas rurales a los que el FIDA presta apoyo sobre cómo mejorar sus vidas.

En concreto, estaba ansiosa por hablar con los participantes del  Programa de Promoción de Oportunidades Socioeconómicas en las Zonas Rurales. Este programa, que se puso en marcha en 2013, ha obtenido resultados impresionantes, como financiar más de 400 microproyectos y beneficiar a unos 12 000 productores, de los cuales casi la mitad son mujeres.

Pese a los buenos resultados, el programa ha afrontado varios desafíos. En Cabo Verde, el agua ha sido siempre el eslabón más débil, por lo que en 2017 el programa dejó de centrarse en la financiación y pasó a prestar más atención a la construcción de una infraestructura hídrica fiable y a la creación de empleo.

País vulnerable, gobierno estable

A pesar de su nombre, este archipiélago, compuesto por diez islas, es árido y propenso a la sequía. De hecho, tan solo el 10 % de la superficie de Cabo Verde son tierras cultivables. Habida cuenta de cómo repercuten las actuales condiciones de sequía y escasez de agua en la agricultura, el pastoreo y la silvicultura, resulta increíble pensar que se pueda llegar a cultivar algo.

Sin embargo, Cabo Verde también tiene mucho a su favor; entre otras cosas, un gobierno estable, unas elevadas tasas de alfabetización, el empeño de desarrollar la tecnología y crear sistemas de datos y los planes gubernamentales para invertir en los ecosistemas marinos y la economía azul.

Marina Nathalia Delgado, productora de banana y yuca, participa en el Programa de Promoción de Oportunidades Socioeconómicas en las Zonas Rurales en San Antão (Cabo Verde). © FIDA/Programa de Promoción de Oportunidades Socioeconómicas en las zonas rurales. ©FIDA/POSER/Sergio Da Luz

 

Junto con el Ministro de Agricultura y Medio Ambiente, Gilberto Silva, y la Directora del FIDA en el País, Haoua Sienta, conocimos a personas de todo el país, desde las altas laderas de San Antão hasta las playas de arena de Porto Novo.

Nos contaron que los pozos y los sistemas de bombeo de agua solar habían mejorado su acceso al agua.  De esa forma, podían cultivar diferentes tipos de alimentos —como bananas, patatas y yuca— y mejorar su nutrición, al tiempo que había aumentado el número de campañas agrícolas.

En palabras de Marina Nathalia Delgado, productora de banana y yuca: “Gracias a la infraestructura que se instaló mediante el proyecto, no solo he dejado de tener problemas para acceder al agua, sino que mi producción ha aumentado y ahora tengo suficientes alimentos para dar de comer a mi familia”.

Las mujeres de Cabo Verde lo tienen claro. “A todas las mujeres que tienen la fuerza y el valor necesarios para trabajar en la agricultura siempre les digo lo mismo: es un trabajo como cualquier otro, y las mujeres somos perfectamente capaces de hacerlo”, fue el mensaje de Janícia Monteiro da Luz, quien participa en el proyecto del FIDA.

Janícia Monteiro da Luz, participante en el proyecto del FIDA. © Oteldino Carvalho

 

El papel de las autoridades

También tuve el privilegio de reunirme con el Primer Ministro, Ulisses Correia e Silva, y el Vice Primer Ministro de Finanzas, Promoción Empresarial y Economía Digital, Garcia Correia, y les aseguré que el FIDA estaba dispuesto a respaldar iniciativas como los fondos para el clima a favor del turismo y la energía sostenibles.

Para 2030, el Gobierno tiene el objetivo de reducir la tasa de pobreza del 28 % al 20 %, y también tiene previsto seguir aumentando la participación del sector privado en los planes de desarrollo sostenible de Cabo Verde. Asimismo, ha dado prioridad a la obtención de datos de gran calidad y al aumento de la inclusión social, para lo que seleccionará distintos emplazamientos en los que ampliar de escala las mejores prácticas constatadas en los proyectos que financia el FIDA.

No es un secreto que los pequeños Estados insulares en desarrollo, como Cabo Verde, sean especialmente vulnerables a las perturbaciones climáticas y deban adaptarse rápido. Estos países necesitan más inversiones para mejorar su acceso a los mercados, aumentar su productividad y reducir su endeudamiento. Aun así, también llevan aparejadas varias ventajas comparativas, como la estabilidad de sus gobiernos, la determinación por combatir la desigualdad y la valentía que caracteriza a los habitantes de las islas pequeñas.