Campesinos de todo el mundo están protegiendo el frágil equilibrio de la naturaleza, y se están beneficiando de ello

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Campesinos de todo el mundo están protegiendo el frágil equilibrio de la naturaleza, y se están beneficiando de ello

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©FIDA/GMB Akash

La biodiversidad sustenta la vida. Los ecosistemas saludables son diversos y están compuestos de innumerables animales, plantas, hongos y bacterias que colaboran entre sí para mantener un complejo equilibrio.

La salud de un ecosistema comienza desde abajo: desde los gusanos y hongos que hacen fértiles los suelos, hasta los insectos que polinizan las plantas y los árboles. La diversidad genética de las especies vegetales también aumenta la resiliencia de los cultivos frente a amenazas como las nuevas enfermedades o los cambios en los patrones meteorológicos. Además, los ecosistemas saludables protegen los hogares de las personas de las inundaciones, las sequías y otros efectos del cambio climático.

De hecho, la disponibilidad y la calidad de los alimentos a nivel mundial depende de la biodiversidad. En el FIDA, pensamos que los productores en pequeña escala se encuentran entre los principales guardianes y beneficiarios de la biodiversidad.

Para Merling (izquierda), cultivar la combinación adecuada de árboles fue clave para lograr que sus plantas de café crecieran.

En Nicaragua, la unión hace la fuerza

En Nicaragua, el cambio climático amenaza los cultivos de café y cacao, dos productos de los que dependen numerosos productores en pequeña escala. El aumento de la temperatura hace que los granos de café maduren de forma precoz, lo que afecta su calidad. Mientras tanto, las precipitaciones variables aumentan la vulnerabilidad del cacao frente a las plagas.

Sin embargo, a través del proyecto NICADAPTA, respaldado por el FIDA, los campesinos han descubierto que, al intercalar las plantas de café y cacao con una serie de árboles y cultivos determinados, todos ellos prosperan.

El plátano de crecimiento rápido, por ejemplo, no solo sirve para dar sombra a las plantas de café y cacao, sino que también aporta su propia fruta nutritiva y unas hojas perfectas para usar como abono verde. Los árboles de aguacates y cítricos también brindan frutas para el consumo o la venta. Por su parte, los árboles madereros como la caoba dan sombra y mantienen más bajas las temperaturas, además de posibilitar otros ingresos futuros. Las legumbres y las plantas fijadoras de nitrógeno acondicionan el suelo sin necesidad de utilizar fertilizantes.

Gracias a todo esto, los pequeños productores ahora pueden plantar café y cacao en zonas donde antes era imposible.

Para las comunidades indígenas y afrodescendientes de Laguna de las Perlas, el cultivo del café está dando lugar a nuevas vías de prosperidad. Merling Joines, una madre soltera con siete hijos, dice que, gracias al café, ahora por fin puede llegar sin problemas a fin de mes. En sus propias palabras: “A mi edad, es una gran oportunidad ser capaz de aprender cosas nuevas que hacen la vida mejor”.

El Sr. Atoy sostiene una botella con una mezcla de microorganismos eficaces en su floreciente huerta de la aldea Lava-Tai, en la provincia de Salavanh (República Democrática Popular Lao).

La riqueza del suelo arroja beneficios en la República Democrática Popular Lao

En la República Democrática Popular Lao, numerosos habitantes de las zonas rurales cultivan sus propias hortalizas para conseguir una alimentación variada y nutritiva.

Sin embargo, a veces la calidad del suelo de sus huertas es baja, y los productos se ven afectados por enfermedades y plagas, lo que disminuye los rendimientos. A menudo, no les queda más remedio que utilizar fertilizantes y pesticidas químicos. Muchos habitantes del medio rural no pueden permitirse este tipo de gastos, especialmente cuando los precios se disparan a nivel mundial. En consecuencia, año tras año, los suelos se mantienen duros y secos.

En la actualidad, el Programa de Fomento de la Seguridad Alimentaria y Nutricional, respaldado por el FIDA, está ayudando a los productores en pequeña escala de la República Democrática Popular Lao a potenciar la biodiversidad natural del suelo con el uso de microorganismos eficaces.

El Sr. Atoy ha conocido de primera mano los beneficios de utilizar estos microorganismos. En el pasado, la tierra de su huerta era roja y seca. Sin embargo, hoy en día, una impresionante variedad de plantas crecen en un suelo rico, negro y lleno de vida: coles, lechugas, cilantro, puerros, chiles, caupíes, pepinos, limones, albahaca y campanillas, entre otras.

Para transformar el suelo, el Sr. Atoy combina una mezcla inicial de microorganismos eficaces con azúcar, melaza y desechos vegetales. Al cabo de unos días, obtiene una sopa microbiana que puede verter directamente en su huerta.

Inmediatamente, las bacterias, levaduras y hongos se ponen a trabajar: crean humus (una rica materia orgánica que da un color oscuro a los suelos saludables), liberan fitohormonas y permiten que las plantas tengan acceso a los nutrientes. Asimismo, mantienen a raya a los patógenos y parásitos y mejoran el suelo para que sea capaz de retener los nutrientes y el agua. Esto hace que regresen criaturas como las lombrices, que contribuyen a remover la tierra.

Estos microorganismos están permitiendo que el Sr. Atoy mejore la alimentación de su familia, obtenga ingresos adicionales por la venta de sus productos y refuerce el suelo, además de permitirle ahorrar en gastos de fertilizantes.

“Mi huerta está más saludable que nunca, el drenaje del suelo es bueno. Ha cambiado el color de la tierra y ha aumentado su fertilidad”, cuenta.

Semillas de crecimiento en el Chad

Siempre ha sido difícil cultivar suficientes alimentos para prosperar en la región semiárida del Chad; una zona cálida y seca ubicada en los límites del desierto del Sáhara. Hoy en día, el cambio climático no ha hecho sino empeorar la situación. Las precipitaciones son más impredecibles, y las sequías e inundaciones, más frecuentes. Los ingresos y la disponibilidad de alimentos son menos estables.

El Proyecto de Mejora de la Resiliencia de los Sistemas Agrícolas en el Chad (PARSAT, por sus siglas en inglés), respaldado por el FIDA, ayuda a los hogares rurales a adaptarse y prosperar gracias a la agroecología, una forma de agricultura que se rige por principios ecológicos para cultivar de manera sostenible.

La diversidad, uno de los 10 elementos de la agroecología, ha sido crucial para los buenos resultados obtenidos. Al optimizar la diversidad de las especies y los recursos genéticos, los sistemas agroecológicos garantizan que los hogares dispongan de suficientes alimentos y que, al mismo tiempo, se conserven los recursos naturales.

Los campesinos utilizan ahora técnicas como los cultivos intercalados —esto es, el cultivo paralelo de cereales y plantas que enriquecen el suelo— a fin de aumentar la fertilidad de la tierra. Asimismo, administran el ganado y los cultivos como sistemas integrados: utilizan los subproductos de los cultivos como forraje, y el estiércol animal como fertilizante. También usan semillas de calidad que se adaptan bien a las condiciones locales, a las que acceden a través de una red de multiplicadores de semillas creada a través del programa.

La biodiversidad protege los avances en materia de desarrollo

La pérdida de biodiversidad afecta en mayor medida a los productores en pequeña escala de todo el mundo, que son más propensos a sufrir los efectos del cambio climático y la degradación ambiental. Al mismo tiempo, son los menos preparados para hacer algo al respecto.

La conservación y la mejora de la biodiversidad son esenciales para proteger sus medios de vida y reforzar su seguridad alimentaria. En el FIDA, la protección, la utilización sostenible y la promoción de la biodiversidad se integran en todas las operaciones, para lo que se utiliza como guía la nueva Estrategia de Biodiversidad.

 

Obtenga más información sobre las soluciones basadas en la naturaleza empleadas en la República Democrática Popular Lao y Nicaragua.

Lea más sobre la labor del FIDA en el Chad.

Descubra por qué el FIDA piensa que la agrobiodiversidad es el camino a seguir para los productores en pequeña escala.