Community gardens in the Gambia: one solution, many benefits

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Huertos comunitarios en Gambia: una solución, muchos beneficios

Tiempo estimado de lectura: 4 minutos

©IFAD/Barbara Gravelli

Quienes visitan Berefet, una pequeña localidad en la zona oeste de Gambia, se dan cuenta del gran aprecio que sienten los residentes locales por el huerto comunitario. Este huerto de cinco hectáreas se ha transformado en una tierra de oportunidades para 250 mujeres que cultivan hortalizas. La comunidad, otrora dependiente de la producción limitada e irregular de arroz y de un puñado de otros cultivos, ahora produce una nutritiva variedad de alimentos: tomates, cebollas, pimientos, coles y boniatos.

Esta transformación ha sido posible gracias a una serie de recientes inversiones en Berefet. Inaugurado en 2012, el huerto comunitario comenzó a crecer definitivamente en 2016, cuando el FIDA proporcionó fondos para estructuras y equipos, como un pozo entubado, un red de distribución por tubería y un sistema de energía solar, y en iniciativas para fomentar la capacidad de los productores locales.

El de Berefet es uno de los nueve huertos comunitarios en funcionamiento que el FIDA ha respaldado en Gambia. Además, hay otros 24 huertos cuya construcción está a punto de terminar y que comenzarán a funcionar en los próximos meses, y está previsto construir otros 17.

Community gardens in the Gambia©IFAD/Barbara Gravelli

Los huertos comunitarios, que se han transformado en un modelo de agricultura sostenible en pequeña escala en el país, han redundado en numerosos beneficios:

Creación de puestos de trabajo: Además de movilizar a las comunidades locales, las inversiones realizadas en los huertos comunitarios de hortalizas han creado puestos de trabajo. Los pobladores de las aldeas (en especial las mujeres) han descubierto las ventajas de producir sus propios cultivos en espacios delimitados.

Educación para los productores: Los huertos son espacios que propician las relaciones comunitarias y el intercambio de conocimientos. Varios de ellos también ofrecen capacitación oficial a través de las escuelas de campo para agricultores, que imparten cursos sobre producción de cultivos, lucha contra las plagas, dirección de empresas y emprendimientos rurales.

Educación infantil: Ahora las familias pueden costear la educación escolar de sus hijos. Algunos huertos respaldados por el FIDA proveen cultivos a las escuelas locales, lo que fomenta la asistencia de los alumnos y mejora la nutrición.

Community gardens in the Gambia©IFAD/Barbara Gravelli

Empoderamiento de la mujer: La mayoría de los productores en estos huertos son mujeres, que tradicionalmente se han encargado de la producción de los cultivos de subsistencia en varios contextos rurales. Ahora esas mujeres pueden aumentar su contribución al presupuesto del hogar y, con ello, participar en mayor medida en las decisiones familiares.

Las agricultoras están contribuyendo al presupuesto de sus hogares y reinvirtiendo en el huerto. “Antes de la intervención del FIDA, ninguna mujer en el pueblo tenía una cuenta bancaria. Ahora, gracias a los mayores ingresos que genera el huerto, todos tienen una”, señala Fabakary Jatta, que imparte cursos de capacitación agrícola a los productores locales.

Empoderamiento de los jóvenes: Los huertos comunitarios de hortalizas tienen un enorme impacto en el plano comunitario, en particular en las pequeñas aldeas. Llegan a transformarse en un centro de actividad comercial que concita la atención de los residentes locales y que anima a los jóvenes a interesarse por la agricultura. Al atraer a trabajadores jóvenes, estos huertos contribuyen a evitar el éxodo rural y la migración y ofrecen oportunidades de vida a las nuevas generaciones.

Seguridad alimentaria, nutrición y salud: Estos huertos permiten que las comunidades locales accedan a una diversidad de alimentos a precios asequibles. Casi todos los alimentos son orgánicos, al igual que el compost y los pesticidas. La nutrición general de los niños y los adultos ha mejorado.

“Nuestros ingresos son mucho más altos gracias a este huerto”, dice Karafanding Badjie, presidente de la asociación de huertos de Berefet. “Ahora tenemos dietas más saludables y equilibradas. Las hortalizas han mejorado nuestra nutrición y ahora tenemos varias opciones alimentarias todos los días”.

Community gardens in the Gambia©IFAD/Barbara Gravelli

Resiliencia al cambio climático: Para los habitantes de las zonas rurales de Gambia, las sequías, las precipitaciones irregulares y las limitaciones en el acceso al agua representan problemas graves. Los huertos de hortalizas respaldados por el FIDA brindan sistemas de gestión del agua que se adaptan a los efectos cada vez más inciertos del cambio climático. A menudo los sistemas de riego se alimentan con tecnologías de energía renovable, como los paneles solares.

Desarrollo comunitario: La producción compartida de cultivos ha contribuido enormemente al desarrollo de las comunidades locales. El aumento de los ingresos redunda en beneficios transformadores para toda la comunidad.

Sostenibilidad: Tras las inversiones iniciales, los huertos comunitarios tienden a aumentar su escala por sí mismos en contextos como las zonas rurales de Gambia. Con o sin apoyo externo, los productores establecen asociaciones formales o informales para enfrentarse a las dificultades a medida que surgen. Las ganancias se reinvierten para mantener y desarrollar los huertos.