Conocer la situación en su conjunto: 6 formas en las que el FIDA usa los sistemas de información geográfica para optimizar las inversiones relacionadas con el clima

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Conocer la situación en su conjunto: 6 formas en las que el FIDA usa los sistemas de información geográfica para optimizar las inversiones relacionadas con el clima

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El cambio climático se ha convertido en el pan de cada día y las personas pobres de las zonas rurales se están llevando la peor parte. Sin embargo, todavía estamos a tiempo de mitigar sus efectos. Las inversiones relacionadas con el clima que se hagan hoy en día pueden cosechar beneficios en el futuro, y ayudar así a las comunidades a adaptarse y prosperar en un mundo más incierto que nunca.

El FIDA cuenta con una larga trayectoria invirtiendo en las personas que se enfrentan en primera línea al cambio climático. La ampliación del Programa de Adaptación para la Agricultura en Pequeña Escala (ASAP+), puesta en marcha recientemente, tiene por objeto movilizar USD 500 millones en financiación para el clima a fin de ayudar a 10 millones de pequeños productores a aumentar su resiliencia al cambio climático.

Aprovechando los conocimientos locales y las herramientas disponibles, el FIDA determina las esferas en que las inversiones resultarán más fructíferas. Una de esas herramientas son los sistemas de información geográfica (SIG), que permiten cartografiar los emplazamientos de los proyectos a través de imágenes por satélite, datos climáticos e información geoespacial de otro tipo, como las tendencias en materia de deforestación, con miras a comprender mejor dónde y cómo está afectando el cambio climático a la agricultura en pequeña escala, y qué se precisa para mitigar sus efectos.

A continuación se explican seis formas en las que el FIDA usa los SIG en aras de una mayor eficacia en la financiación para el clima:

1. Selección de las zonas más necesitadas

El impacto de las inversiones relacionadas con el clima es mayor cuando benefician a los más necesitados. El FIDA utiliza métodos geoespaciales para seleccionar las zonas y comunidades más vulnerables al cambio climático y, para ello, analiza:

La vulnerabilidad climática de Sudán del Sur se calcula combinando su exposición,
sensibilidad y capacidad de adaptación. Consulte el tablón de resultados.

el grado de sensibilidad de una comunidad frente al cambio climático (por ejemplo, si está ubicada en una zona propensa a las inundaciones),

el grado de exposición a los efectos del cambio climático (por ejemplo, si está previsto que la zona en concreto sufra inundaciones con mayor frecuencia a raíz del cambio climático) y

la capacidad de adaptación (por ejemplo, las comunidades aisladas tienen más problemas para encontrar otras fuentes de ingresos, por lo que su capacidad de adaptación es menor).

2. Adopción de un enfoque correcto

Los SIG ayudan a seleccionar la intervención adecuada para cada contexto. Por ejemplo, en el marco del Proyecto de Adaptación Orientada a los Pequeños Agricultores en las Zonas Montañosas (ASHA), ejecutado en Nepal, se combinaron los conocimientos locales con los datos extraídos de SIG para diseñar intervenciones de adaptación específicas para cada zona, como infraestructuras comunitarias e iniciativas de forestación con el objetivo de evitar los corrimientos de tierras. A finales de 2021, más de 21 000 hectáreas de tierras se gestionaban empleando prácticas resilientes al cambio climático, y la producción agrícola aumentó en un 30 %.

3. Cartografía de las inversiones relacionadas con el clima

Muchos proyectos del FIDA utilizan el geoetiquetado, que asigna marcadores geográficos concretos para indicar dónde se ejecutan las distintas actividades. Estas etiquetas se utilizan para crear mapas y conocer dónde se llevan a cabo las operaciones y los resultados obtenidos.

Gracias a los abrevaderos, como el de la foto, los pastores no tienen que caminar distancias tan largas para acceder al agua. © FIDA/Oliver Mundy

En Kirguistán, los proyectos financiados por el FIDA geoetiquetaron más de 2 000 emplazamientos donde se había invertido en el sector ganadero. Un ganado más saludable puede lidiar mejor con los efectos del cambio climático, como el estrés térmico, mientras que las mejoras en la infraestructura ayudan a las comunidades a trasladar al ganado y, por lo tanto, a gestionar los paisajes de manera más eficaz.

4. Fortalecimiento de los derechos sobre la tierra de las personas vulnerables

Muchos productores en pequeña escala no son los propietarios de sus tierras, por lo que son mucho menos propensos a invertir en ellas o a adaptar sus prácticas agrícolas con miras a ser más sostenibles.

En Bolivia, en el marco del Programa de Inclusión Económica para Familias y Comunidades Rurales en el Territorio del Estado Plurinacional de Bolivia (ACCESOS), se delimitaron y crearon títulos de propiedad para más de 1,3 millones de hectáreas de tierras, lo que benefició a 157 comunidades indígenas. Esas comunidades, junto con otras poblaciones rurales, colaboraron con los científicos para cartografiar los recursos naturales de las tierras, pasados y futuros, a fin de idear métodos que permitieran una gestión sostenible.

5. Evaluación de los impactos de las inversiones relacionadas con el clima

A fin de determinar si las inversiones relacionadas con el clima generan un impacto en los proyectos seleccionados, tras su finalización, el personal del FIDA organiza encuestas en los hogares acerca de sus medios de vida y bienestar, etiqueta sus ubicaciones geográficas y recopila otros datos específicos de cada emplazamiento, como la trayectoria climática.

En Bangladesh, los encuestadores etiquetaron las coordenadas SIG de los mercados en los que el FIDA había invertido en infraestructura resiliente al cambio climático, como los desagües y las carreteras elevadas en caso de inundación. Constataron que, incluso en época de monzones, los hogares cercanos a esos mercados obtenían un 70 % más con la venta de los cultivos que quienes vivían cerca de otros mercados donde no se habían realizado inversiones de ese tipo.

Un mapa muestra la ubicación geográfica de los mercados beneficiados por el proyecto (grupo de tratamiento) y de otros mercados en los que no se desplegaron intervenciones (grupo de control) en Bangladesh.

6. Creación de asociaciones a favor de la acción por el clima

El FIDA colabora estrechamente con otras instituciones para recabar datos y diseñar métodos innovadores que utilicen el análisis geoespacial.

Por ejemplo, en un estudio de un proyecto del Fondo en Kirguistán realizado por la Agencia Espacial Europea, se combinaron mapas, observaciones satelitales y datos específicos de cada zona facilitados por la FAO, la NASA y las ONG con miras a analizar la evolución en la situación de los pastizales. Se constató que el 82 % de los pastizales de invierno y el 40 % de los pastizales de verano se habían degradado gravemente desde 2000, y estas observaciones se utilizaron como base para elaborar la política nacional climática de Kirguistán.

En vista de que el cambio climático se está agravando, resulta más apremiante que nunca facilitar el acceso a la financiación para el clima a fin de ayudar a las personas pobres de las zonas rurales a adaptarse. La combinación de los datos científicos, los conocimientos especializados a nivel local y la experiencia del FIDA en el ámbito del desarrollo rural permite sacar el máximo partido a esas inversiones.

 

Consulte el catálogo de herramientas geoespaciales del FIDA para las inversiones relacionadas con el clima.

Eche un vistazo al curso de capacitación conjunto del FIDA y la FAO, GeoTech4Tenure.