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Discurso de apertura del Presidente Gilbert F. Houngbo - Sesión inaugural del 45.º período de sesiones del Consejo de Gobernadores

Lugar: Sede del FIDA en Roma, Italia


Señor Presidente del Consejo de Gobernadores,,

Excelencias,

Gobernadores,

Señoras y señores:

 

Me complace enormemente darles la bienvenida al 45.º período de sesiones del Consejo de Gobernadores del FIDA.

Tenía la esperanza de que pudiéramos reunirnos este año en persona, pero la COVID-19 decidió otra cosa. La pandemia nos enseña a practicar la innovación y a adaptar constantemente nuestra acción para dar cumplimiento a la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

En el curso del presente período de sesiones del Consejo de Gobernadores hablaremos del clima, de la financiación y de la innovación, elementos situados en primer plano de nuestra acción a favor de la transformación del mundo rural.

Como ya sabrán, el FIDA ayuda a los pequeños productores a hacer frente a desafíos interdependientes y hace hincapié en las poblaciones más marginadas, en particular las mujeres rurales, los jóvenes y los pueblos indígenas.

Se estima que el 80 % de las personas más pobres del planeta y el 80 % de las que más hambre padecen habitanen zonas rurales de países en desarrollo. Con demasiada frecuencia se ven excluidas de las grandes iniciativas de desarrollo y financiación. Ocupan, y siempre ocuparán, un lugar central en la labor del FIDA

Me complace que en 2021 los proyectos y programas respaldados por el FIDA hayan permitido mejorar los ingresos y la seguridad alimentaria y nutricional de 130 millones de personas que se encuentranentre las más pobres del mundo y aumentar los medios de vida de sus familias. Este logro fue posible gracias a la intensa dedicación de nuestro personal y nuestros Estados Miembros.

Pese a los considerables desafíos, en 2021, último año del ciclo de la FIDA11, pudimos cumplir nuestro objetivo de ejecutar un programa de préstamos y donaciones de USD 3 500 millones.Además, en vista de que la crisis de la COVID-19 seguía teniendo graves repercusiones en las condiciones de vida y los medios de subsistencia, concedimos apoyo extraordinario a unos 4 millones de hombres y mujeres que habitaban en el medio rural por conducto del Mecanismo de Estímulo del FIDA para la Población Rural Pobre. En el marco de este mecanismo, creado en 2020 tras la crisis derivada de la COVID-19, se han desembolsado hasta la fecha cerca de USD 56 millones en 60 países.

La pandemia ocupó, y con razón, un lugar central en las preocupaciones de la comunidad internacional. Sin embargo, el cambio climático plantea una amenaza en aumento a las poblaciones rurales.

Los pequeños productores se ven muy afectados por una crisis que no han creado, y sin embargo, apenas percibenel 1,7 % de la financiación para el clima. Eso debe cambiar.

Hace tiempo que el FIDA es un importante asociado en la adaptación al cambio climático, y sigue desempeñando un papel destacado frente a esta amenaza favoreciendo a los pequeños productores y las comunidades rurales. La mayor parte de los proyectos respaldados por el FIDA contiene ya un elemento de financiación destinado a la adaptación.

De ese modo, en Bangladesh hemos contribuido a la implantación de un sistema de alerta temprana para las inundaciones repentinas; en Viet Nam hemos prestado apoyo a la entrada en funcionamiento de un sistema de vigilancia de la salinidad; en Mozambique hemos respaldado el fortalecimiento de una red de estaciones meteorológicas, y en Rwanda hemos promovido la adopción de códigos de construcción más estrictos para las instalaciones de tratamiento y almacenamiento después de la cosecha.

Para la FIDA12 se destinará específicamente a cuestiones climáticas el 40 %1 del programa de préstamos y donaciones.

En 2021 el FIDA puso en marcha la ampliación del Programa de Adaptación para la Agricultura en Pequeña Escala (ASAP+), que tenía por objeto dirigir la financiación para el clima en forma de donaciones, en particular hacia países de ingreso bajo donde la seguridad alimentaria se ha visto perjudicada por el cambio climático.

A la vez, el FIDA refuerza considerablemente su asociación con los tres fondos principales para el clima: el Fondo Verde para el Clima, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial y el Fondo de Adaptación.

En cuanto a la FIDA12, me complace y me conmueve haber presenciado el firme compromiso de ustedes, nuestros Estados Miembros, con el mandato del FIDA en forma del mayor nivel jamás registrado de contribuciones a una reposición.

Y ello a pesar de la pandemia y de las constantes presiones financieras sufridas por muchos Gobiernos. Estamos profundamente agradecidos.

Las innovaciones y reformas que hemos emprendido juntos permitirán al FIDA duplicar su impacto para 2030 al tiempo que mantiene su estabilidad y sostenibilidad financieras.

La ampliación de la movilización y el uso de recursos tomados en préstamo junto con las contribuciones a los recursos básicos hace posible que el FIDA mantenga un programa de trabajo sólido y ofrezca apoyo a sus Estados Miembros cuando lo necesitan, altiempo que vela por que se asignen recursos básicos a los países más pobres y sobreendeudados.

Una de las reformas más importantes ha sido la descentralización. La descentralización permite al FIDA tener más impacto y capacidad de respuesta al acercarnos más a los Gobiernos con los que nos asociamos y a las personas a las que prestamos servicio. Conforme al compromiso asumido, ante los actuales desafíos que encontramos tenemos previsto que para 2024 el 45 % de nuestro personal esté ubicado sobre el terreno, frente al 18 % en 2016.

En el ámbito mundial, las reformas financieras e institucionales del FIDA se han complementado con una acción concertada dirigida a compartir conocimientos y posicionar al FIDA como referente intelectual.

El FIDA logró señalar a la atención mundial el papel y las necesidades de los pequeños productores en la COP26 y en la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios, reservando a la población rural pobre un lugar central en la transformación de los sistemas alimentarios. El FIDA está decidido a velar por que el impulso generado en la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios se plasme en resultados concretos, y procuraremos prestar apoyo a las vías nacionales por conducto de los equipos de las Naciones Unidas en los países.

La pandemia y el cambio climático han revelado con contundencia la vulnerabilidad de los pequeños productores y la desigualdad inherente a que quienes producen un tercio de los alimentos mundiales solo reciban cerca de 6 centavos por cada dólar de producción generado. No podrá haber sostenibilidad ni resiliencia sin mayor igualdad.

La labor del FIDA es esencial para estas comunidades. Estoy plenamente convencido de que sigue resultando esencial el papel especializado del FIDA como principal Fondo mundial dedicado exclusivamente al desarrollo rural. Sin el FIDA, millones de habitantes de las zonas rurales carecerían de un asociado sólido y dedicado que los ayudara a mejorar su vida y sus medios de subsistencia.

La misión del FIDA es noble y esencial. Puedo asegurarles que tanto el personal como la Dirección están decididos a seguir avanzando hasta crear un mundo más equitativo y justo.