Es hora de transformar la agricultura africana. Las cifras lo justifican.

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Es hora de transformar la agricultura africana. Las cifras lo justifican

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El sector agrícola de África se encuentra en una encrucijada. Tras las crisis recientes, los países están comenzando a priorizar su soberanía alimentaria, y los agricultores en pequeña escala son fundamentales para lograr la seguridad alimentaria. Los sistemas alimentarios generan la mayoría de los puestos de trabajo en todo el continente. Y, en vista de que su enorme —y talentosa— población joven va creciendo, la agricultura africana tiene un potencial enorme, no solo para alimentar a toda África, sino también a todo el mundo.

Sin embargo, el contexto mundial —como las desigualdades en los mercados, las normas comerciales injustas y los subsidios que favorecen a las grandes empresas— está frenando a los pequeños agricultores africanos. Además, la situación no ha hecho sino empeorar a raíz del cambio climático, y la persistente dependencia de las importaciones de alimentos dificulta el acceso de las personas a los alimentos necesarios y a un ingreso decente.

A continuación se exponen cinco cifras que demuestran que la transformación de la agricultura africana puede marcar una diferencia sustancial.

278 millones de personas padecieron hambre en África el año pasado

La comunidad internacional se comprometió a poner fin al hambre en todo el mundo de aquí a 2030. Sin embargo, a medida que se aceleran los conflictos, el cambio climático y las crisis alimentarias y energéticas, ese objetivo parece aún más lejano.

La agricultura y la producción alimentaria sostenibles a nivel local permiten a las personas pobres de las zonas rurales obtener ingresos y aumentar su resiliencia frente a las perturbaciones. A fin de ayudar a los países más vulnerables del mundo a lidiar con las crisis, como la guerra en Ucrania, la Iniciativa del FIDA para Hacer Frente a la Crisis está atendiendo las necesidades inmediatas de la población rural más pobre, al tiempo que crea sistemas alimentarios sostenibles a largo plazo.

En los últimos 100 años, África ha experimentado 300 sequías graves – más que cualquier otro continente

Y esta cifra no hará sino aumentar con el cambio climático. Dado que cientos de millones de personas ya dependen de tierras degradadas, el aumento de las sequías incrementará inevitablemente la inseguridad alimentaria, las migraciones y los conflictos.

La agricultura sostenible es esencial para evitar la degradación de la tierra y restaurar los ecosistemas. La Gran Muralla Verde está ayudando a millones de productores en pequeña escala de 11 países a adoptar prácticas más sostenibles, lo que, a su vez, se está traduciendo en un aumento de la seguridad alimentaria y los medios de vida.

En el Níger, el FIDA respaldó la restauración de más de 1 000 km2 de tierras y aumentó, hasta en un 40 %, el rendimiento de los cultivos.

Las pequeñas explotaciones agrícolas producen hasta el 70 % de los alimentos de África

Los agricultores en pequeña escala constituyen un elemento central de los sistemas alimentarios sostenibles. El aumento sostenible de la productividad de los pequeños agricultores reduce la pobreza rural y la inseguridad alimentaria, crea empleos decentes en el medio rural y facilita el acceso de las personas a alimentos nutritivos producidos a nivel local, al tiempo que protege el planeta.

En Burkina Faso, las huertas comunitarias están llenas de plantas como la moringa y el baobab, que fijan carbono al tiempo que son pilares de una alimentación nutritiva.

Se prevé que, para 2030, el sector agroempresarial de África tendrá un valor de USD 1 billón

Las agroempresas aportan los insumos y servicios que precisan los agricultores en pequeña escala, y los conectan con otros mercados de mayor envergadura. Dan trabajo a millones de personas en todo el continente. Los sectores agroempresariales prósperos dan paso a sectores agrícolas prósperos.

 

El fondo de inversión Yield Uganda invierte en pequeñas y medianas agroempresas, les permite acceder a capital y genera prosperidad tanto para las empresas como para los agricultores. Al mismo tiempo, en Túnez, las mujeres jóvenes están estableciendo pequeñas empresas con el apoyo del FIDA, lo que les permite crear empleo en sus comunidades rurales de origen.

Las mujeres realizan en torno al 40 % de las labores de producción agrícola de África

A pesar de que las mujeres asumen gran parte del trabajo en las explotaciones agrícolas y los sistemas alimentarios, sus conocimientos, contribuciones y aptitudes con frecuencia están mal pagados, infravalorados y mal reconocidos.

No se trata solo de un tema económico, también es una cuestión de género. El respaldo de los enfoques agrícolas que contribuyen a transformar las relaciones de género entraña una mejora de las oportunidades económicas para las mujeres, lo que, a su vez, da lugar a economías rurales más justas y productivas.

Por ejemplo, en el Sudán, el FIDA ha ayudado a grupos de ahorros de mujeres a acceder al crédito. De ese modo, les ha permitido ampliar sus negocios agrícolas y ha mejorado su prestigio a nivel comunitario.

Estas cifras demuestran la importancia de transformar la agricultura africana. Sin embargo, para hacer realidad este cambio, se precisa una última cifra: USD 600 000 millones. Es el costo estimado de transformar los sistemas alimentarios africanos para 2030, a fin de lograr comunidades saludables, economías saludables y un planeta saludable. Para mejorar los sistemas alimentarios es necesario mejorar la financiación y, aunque el costo del cambio es elevado, también lo son las oportunidades que acarrea.

A fin de poner en marcha el cambio, la Iniciativa del FIDA de Transformación Agrícola en África ayudará a Ghana, Kenya, Malawi y el Senegal a introducir cambios eficaces y sostenibles en sus sistemas alimentarios, empoderando a los productores en pequeña escala y a las pymes y reduciendo la brecha entre las estrategias y las operaciones que conducen a una transformación sostenible sobre el terreno.