Helping remittances reach rural areas in Moldova

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Ayudar a que las remesas lleguen a las zonas rurales de Moldova

Tiempo estimado de lectura: 5 minutos
©FIDA/Susan Beccio

Casi una cuarta parte de los moldavos viven fuera de Moldova

Hace tiempo que se ha vuelto difícil encontrar un trabajo bien remunerado en Moldova. La mayoría de los buenos empleos disponibles se concentran en las ciudades, lo que provoca una importante emigración de las zonas rurales del país. Las tasas de desempleo han aumentado en todo el país, especialmente entre los jóvenes. Así, muchos moldavos, en especial los jóvenes, han abandonado el país por completo, y muchos de sus seres queridos dependen de las remesas que envían a casa. Estos flujos de remesas representaron un 15 % del PIB del país en 2020, lo que convierte a Moldova en el país europeo que más depende de las remesas.

Para muchas personas que viven en zonas remotas no resulta fácil acceder a estas transferencias de remesas. La mayoría de los puntos de acceso formales se concentran en las grandes ciudades, y los que viven y trabajan en el campo —especialmente los que se dedican a la agricultura— con frecuencia no pueden permitirse ausentarse del trabajo el tiempo requerido para ir a buscar las remesas.

Ante estas dificultades, la División de Cercano Oriente, África del Norte y Europa (NEN) del FIDA y su Fondo de Financiación para Remesas, en colaboración con la Comisión Nacional de Mercados Financieros de Moldova, han iniciado un proyecto destinado a reforzar las asociaciones de ahorro y crédito del país para que puedan gestionar las transferencias de remesas. Desde hace más de 20 años, esas asociaciones constituyen la principal red de proveedores de servicios financieros de base en Moldova. Están bien distribuidas por todo el país, y en algunas zonas rurales son los únicos proveedores de servicios financieros que existen. Debido a su larga historia y a su naturaleza local, las asociaciones de ahorro y crédito se consideran dignas de confianza.

Las remesas como vía de acceso a la inclusión financiera

Esta iniciativa fue diseñada para complementar el Proyecto de Fomento de la Resiliencia Rural, en curso y financiado por el FIDA, que proporciona créditos a las pequeñas y medianas empresas y a los jóvenes emprendedores. Se espera que la habilitación de las asociaciones de ahorro y crédito para procesar las transferencias de remesas internacionales aumentará la competencia entre los proveedores de servicios existentes y ofrecerá a las familias rurales una alternativa fiable a los puntos de acceso formales, como los operadores de transferencias de dinero en efectivo. También se espera que la canalización de las remesas a través de instituciones financieras locales como las asociaciones de ahorro y crédito, que pueden ofrecer servicios adaptados a las poblaciones rurales específicas a las que atienden, hará que los participantes ahorren parte del dinero que reciben y lo destinen a actividades generadoras de ingresos e inversiones a más largo plazo. Vincular las remesas con servicios financieros asequibles de esta manera debería permitir que las actividades de desarrollo en la zona alcancen un potencial aún mayor.

El proyecto comenzó realizando una encuesta a más de 1 000 familias moldavas con parientes en uno de los principales canales de envío de remesas en el país (Francia, Alemania, Italia y Rusia). Los resultados de la encuesta revelaron que, para la mayoría de los hogares receptores, las remesas representan al menos la mitad de sus ingresos totales. Nada menos que el 43 % de los encuestados recibe sus remesas de manera informal, ya sea directamente de un familiar o amigo, o a través de conductores de autobús que llevan el dinero en efectivo al país de parte de los familiares (el llamado “servicio de autobús”).

La encuesta mostró asimismo que la mayoría de las familias receptoras no utilizan una cuenta de ahorro formal; guardan sus remesas en casa, “debajo del colchón”. La mayor parte del dinero se utiliza para cubrir los gastos básicos inmediatos, como la alimentación, la atención sanitaria y la educación. De los que declararon haber invertido parte de sus remesas, las inversiones más comunes fueron los cultivos (17 % de los encuestados), el comercio de ropa (15 %) y la elaboración de productos agrícolas y alimentos (un 12 % cada uno).

Un impulso para las asociaciones de ahorro y crédito y para las familias rurales

Desde 2009, el FIDA ha apoyado a más de 117 asociaciones de ahorro y crédito a través de diversos programas de inversión que han beneficiado a más de 3 000 prestatarios, con el objetivo de ampliar el acceso a los servicios financieros a las familias económicamente activas con menores ingresos.

En toda Moldova hay unas 230 asociaciones de ahorro y crédito, 64 de las cuales procesan los depósitos correspondientes al 86 % de los activos de toda la red. De ellas, se seleccionaron 35 para poner a prueba esta iniciativa. Entre los criterios de selección figuraban una evaluación exhaustiva de la capacidad de cada una, su cumplimiento de la normativa financiera y su adecuación a los requisitos del Proyecto de Fomento de la Resiliencia Rural. El proceso continuó pese a las dificultades debidas a la pandemia de la COVID-19, aunque en algunos casos fue necesario realizar las evaluaciones a distancia. El proyecto ayudó a las asociaciones que cumplían los requisitos a obtener la licencia de agentes oficiales de transferencia de remesas del Banco Nacional de Moldova.

En 2020, el Día Internacional de las Remesas Familiares (que se celebra cada 16 de junio), se logró su primer hito: se canalizó con éxito la primera transferencia internacional a través de una asociación de ahorro y crédito. Vangheli Ludmila, maestra de escuela en la ciudad rural norteña de Ștefănești, recibió una transferencia de su hijo Mihai, que trabaja de camionero en los Estados Unidos.

Tras la labor relacionada con la inclusión de las transferencias internacionales de remesas, el proyecto planea ahora ayudar a las 35 asociaciones de ahorro y crédito participantes a adaptar sus productos de crédito y ahorro existentes a las necesidades de los receptores de remesas. Planean centrar sus esfuerzos en los productos destinados a los jóvenes, especialmente a los migrantes que retornan a sus comunidades de origen y sus familias, pues estos son los clientes que con más frecuencia solicitan financiación para poner en marcha una nueva empresa.

En total, se espera que el proyecto beneficie a 4 000 nuevos usuarios de remesas y que los saldos de las cuentas de ahorro aumenten un 10 % anual. Esto ayudaría a que estas familias se sintieran más incluidas en las economías locales y regionales, y contribuiría a aumentar sus ingresos y mejorar su vida cotidiana.

Muchas personas que viven en las zonas rurales de Moldova se han beneficiado ya de los nuevos servicios de remesas que se ofrecen a través de las asociaciones de ahorro y crédito. A agricultores como Valeriu, ese servicio los ayudó a superar un 2020 especialmente difícil. Vea a continuación más información sobre su historia.

 

Consulte más información sobre la labor del FIDA en Moldova.