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Contribuimos a mejorar los medios de vida de las mujeres del sudoeste de Etiopía

24 enero 2019

© IFAD/Petterik Wiggers

Integrantes de Gendo Gembela Tsire, un grupo de mujeres del distrito de Chencha (Ethiopia), demuestran el proceso de elaboración del kocho (para hacer el pan tradicional) y de bula (una mezcla de harina para preparar un tipo de gacha) utilizando el cultivo del ensete.

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Varias mujeres del grupo Gendo Gembela Tsire trabajan para cortar una planta de ensete. El ensete es uno de los cultivos de tubérculos más importantes de Etiopia, una planta que forma parte de la familia de la banana. Es un producto básico tradicional del sur y sudoeste de Etiopía, regiones densamente pobladas del país.

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Las mujeres comienzan la cosecha del cultivo de ensete. Para raspar los tallos de la planta, se utilizan unas herramientas modernas que permiten colgar los tallos en una base estable, a diferencia de las herramientas tradicionales para las que es necesario usar un árbol o el suelo de apoyo. Estas herramientas, que fueron donadas como parte del proyecto del Fondo de Apoyo a los Pueblos Indígenas (IPAF), fueron diseñadas por los miembros del proyecto. Las hojas se cortan y se utilizan como forraje para el ganado.

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El raspado de los tallos se realiza utilizando la punta de la caña de bambú. Al aplastar el residuo se produce una sustancia acuosa que se evapora dejando una pasta blanca llamada bula. Una vez cocida, esta pasta se convierte en un manjar del pueblo gamo. Después de haber aplastado los tallos para obtener la bula, lo que queda de los tallos se corta en trozos pequeños que se conocen como kocho.

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La bula es sumamente apreciada por el pueblo gamo. Las mujeres que han dado a luz lo consumen en forma de gacha durante siete días para aumentar la producción de leche materna, recuperar la sangre perdida durante el parto y aliviar los dolores corporales. La bula también es el primer alimento que se da a los bebés cuando nacen, incluso antes de ser amamantados, también es alimento de los ancianos, ya que se conoce por ayudar a fortalecer los huesos.

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De la cosecha del ensete nada se desperdicia. Con el resto de los tallos se produce un hilo de fibra o tipo sisal que se utiliza para elaborar cuerdas o bolsas. Se dice que este cultivo incrementa la sostenibilidad a largo plazo de la producción de alimentos al reducir la erosión y aumentar la fertilidad de los suelos por proceso de descomposición de las hojas y aplicación de abono.