Aún queda tiempo para evitar la peor situación posible

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Aún queda tiempo para evitar la peor situación posible

Según el último informe del IPCC, hay varias opciones viables y eficaces de adaptación a los efectos del cambio climático

Tiempo estimado de lectura: 3 minutos
©FIDA/Ibrahima Kebe Diallo

Es suficiente con ojear rápidamente las portadas de los diarios para darse cuenta de que el cambio climático ya está incidiendo en la vida de personas de todo el mundo. Hay hasta 3 600 millones de habitantes en entornos sumamente vulnerables al cambio climático. Como sucede a menudo, quienes menos han contribuido al problema son quienes sufren sus peores efectos.

Desde inundaciones en el Pakistán hasta sequías en África Oriental, pasando por el aumento del nivel del mar, que amenaza la mismísima existencia de algunas islas del Pacífico: las personas pobres de las zonas rurales son las más afectadas.

Con todo, la sexta y última edición del informe de síntesis del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) sirve para recordarnos que todavía es posible evitar la peor de las situaciones posibles si adoptamos ahora medidas decisivas y ambiciosas.

Al ritmo actual de cambio, es probable que las temperaturas mundiales hayan aumentado 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales a principios de la década de 2030. Para ganar más tiempo, es necesario reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero hasta 2030 mediante una disminución rápida y sostenida en todos los sectores.

Con el incremento de la temperatura, los peligros aumentan rápidamente, y para los niños y niñas que están naciendo hoy, que tienen probabilidades de enfrentar un número mucho mayor de fenómenos climáticos extremos que sus abuelos, esos incrementos podrían representar la diferencia entre la vida y la muerte.

De hecho, se prevé que la inseguridad hídrica y la inseguridad alimentaria se agravarán a medida que aumente la temperatura mundial. El incremento de las temperaturas ya está perjudicando la producción alimentaria, sobre todo en las regiones más pobres. No solo aumentarán el hambre y la pobreza, sino también la inestabilidad, la migración y los conflictos.

¿Qué debemos hacer? La solución radica en promover el desarrollo resiliente al clima, lo que supone reducir las emisiones a la vez que se consiguen beneficios más amplios, como los referidos al empoderamiento de las mujeres, y los esfuerzos se concentran en la equidad y la justicia. Se trata de una labor que el FIDA lleva a cabo desde hace varios decenios. Nuestras iniciativas de adaptación, como las relacionadas con el riego y la agrosilvicultura, han mitigado los riesgos climáticos en diversos contextos.

Una de las estrategias fundamentales para luchar contra el cambio climático es la financiación para el clima, pero el déficit de financiación está obstaculizando los avances. Los pequeños agricultores, aunque producen un 30 % del total mundial de calorías alimentarias, reciben menos de un 2 % de la exigua financiación para el clima disponible.

Ante este panorama, el FIDA está comprometido a destinar un 40 % de sus recursos básicos a la financiación para el clima. Sin embargo, cada vez que la temperatura aumenta, la resiliencia al cambio climático se torna más difícil. Por eso, en el marco de su Decimotercera Reposición de los Recursos, el FIDA está solicitando a los Estados Miembros que aumenten ya sus inversiones para avanzar hacia un futuro sostenible.

“A menos que aumentemos hoy mismo las inversiones, las soluciones de adaptación viables, eficientes y de bajo costo que existen en la actualidad no estarán al alcance de los miles de millones de personas vulnerables del medio rural que las necesitan ahora”, señala Jo Puri, Vicepresidenta Adjunta del Departamento de Estrategia y Conocimientos del FIDA. “Habrá más pérdidas, daños, sufrimiento humano y víctimas mortales”.

Infórmese sobre la labor del FIDA en materia de clima y medio ambiente.