La importancia del sentido de apropiación: lecciones que aprendí de los pequeños productores de Kenya y la República Unida de Tanzanía

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La importancia del sentido de apropiación: lecciones que aprendí de los pequeños productores de Kenya y la República Unida de Tanzanía

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Las aguas cristalinas del océano Índico bañan la costa de Bagamoyo, una ciudad situada justo al norte de la capital de la República Unida de Tanzanía, Dar es-Salaam. Conocida por su rico patrimonio histórico y sus vastas llanuras, esta franja costera está compuesta principalmente por sabana y arbustos, mientras que el interior alberga densos bosques.

Como ocurre en la mayoría de las ciudades costeras, el ritmo de vida es pausado y nunca nadie tiene prisa. Los habitantes, cálidos y acogedores, suelen dedicarse a cuatros sectores: el turismo, la extracción de sal, la acuicultura y la producción agraria.

A pesar de su importancia para la economía local, la agricultura no ha logrado reducir notablemente la pobreza, ya que muchos productores en pequeña escala carecen de acceso a servicios financieros, mercados u oportunidades para agregar valor a sus productos.

Un cambio duradero

El Programa de Apoyo a la Financiación Rural, el Valor Agregado y la Infraestructura de Comercialización cambió el panorama.

Antes de él, Wilfred Nazari se enfrentaba a numerosos desafíos, como el escaso rendimiento de sus cultivos o la inseguridad alimentaria. Sin embargo, gracias a la capacitación recibida sobre buenas prácticas agronómicas, logró duplicar —y, en algunas temporadas, hasta triplicar— su producción.

Aunque el programa terminó en 2020, Wilfred ya no tiene que preocuparse por la seguridad alimentaria, sobre todo porque ahora invierte sus ingresos extra en otras agroempresas.

Wilfred Nazari habla con la delegación del FIDA que visita Bagamoyo. © FIDA/Laurean Kiiza

El sentido de apropiación conduce a la longevidad

A quienes conocemos la labor del FIDA, este cambio sostenible no nos sorprende. La labor del Fondo es singular porque todas sus acciones giran en torno a la resiliencia y el desarrollo a largo plazo. Siempre ha sido así.

Diseñamos todos nuestros proyectos y programas en estrecha colaboración con los gobiernos locales y nacionales, los asociados y las personas del medio rural. Esto no solo crea un “sentido de apropiación”, sino que es apropiación. Y, al apropiarse verdaderamente de los proyectos, los participantes se involucran en ellos, por lo que su impacto persiste, incluso tras la marcha del FIDA.

Los campesinos dan un paso al frente

En el Foro Campesino celebrado a nivel regional en Dar es-Salaam, escuché algunos ejemplos inspiradores de la forma en que, con el apoyo del FIDA, los pequeños productores están haciendo frente a los nuevos desafíos para garantizar un futuro mejor para ellos y las generaciones jóvenes de África Oriental y Meridional.

Con ocasión del foro, más de 60 representantes campesinos de la región se reunieron para encontrar la manera de transformar los sistemas alimentarios rurales, garantizar que se escuche su opinión y mejorar sus medios de vida y su resiliencia. El FIDA siempre ha colaborado estrechamente con las organizaciones de agricultores, y fue un honor participar en este maravilloso ejemplo de actuación descentralizada. Es fundamental colaborar con estos colectivos, así como con otras organizaciones de la sociedad civil, en todas las iniciativas del FIDA.

Representantes de una organización de productores y miembros del personal del FIDA en el Foro Campesino Regional de África Oriental y Meridional, celebrado en Dar es-Salaam. © FIDA/Felix Mkuya

El tramo fundamental

En el seno del FIDA, a menudo se habla de ayudar a las personas que se encuentran en el último tramo de los sistemas alimentarios. En realidad, para mí, estas personas están al comienzo de dichos sistemas; son quienes preparan las tierras y cultivan los productos que alimentan a las personas de todo el mundo. Después de todo, las ciudades no serían nada sin las comunidades rurales prósperas que se ubican a su alrededor.

TLa atención prestada a este primer (o último) tramo es el rasgo distintivo del FIDA. Pude verlo en primera persona en el Programa de Desarrollo de Empresas de Acuicultura, respaldado por el Fondo en el condado de Kiambu (Kenya). Este programa combina las inversiones de los sectores público y privado con una serie de iniciativas comunitarias para que los productores acuícolas en pequeña escala puedan beneficiarse de la producción sostenible de peces.

Anne Beathe Tvinnereim, Satu Santala, miembros del personal del FIDA y una delegación del Gobierno de Kenya visitan un estanque de peces en el condado de Kiambu (Kenya). © FIDA/Linda Odhiambo

Junto con la Ministra de Desarrollo Internacional de Noruega, Anne Beathe Tvinnereim, nos reunimos con el grupo juvenil Mahiha Supa Aqua; un colectivo que, con el apoyo del programa, produce comida para peces de bajo costo y, de ese modo, da respuesta a uno de los principales desafíos afrontados por los productores acuícolas en pequeña escala. Gracias a su labor, la actividad acuícola de su comunidad podría llegar a transformarse.

Describiendo la asociación mutuamente beneficiosa entre Noruega y el FIDA, la Ministra Tvinnereim dijo “se logra la seguridad alimentaria y se crean puestos de trabajo y, todo ello, utilizando recursos locales sostenibles. Una producción sostenible de alimentos que promueve el desarrollo local. Es lo que nos gusta”.

Un futuro sostenible

A pesar de los nuevos desafíos como el cambio climático y el elevado precio de los insumos, las personas que conocí en Kenya y la República Unida de Tanzanía no solo están consiguiendo ganarse la vida, sino que también están creando nuevas oportunidades para sus familias y comunidades. Tal y como afirmó la Ministra Tvinnereim, el desarrollo sostenible a largo plazo se trata, precisamente, de esto.