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El desarrollo a largo plazo respalda la adopción de medidas rápidas en tiempos de crisis: novedades de Asia y el Pacífico

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Mientras el mundo evalúa estrategias para controlar la crisis del coronavirus, los productores rurales siguen cuidando sus cultivos de alto valor en Chattogram, Bangladesh. Manteniendo una distancia segura, los productores se reúnen con un ingeniero agrónomo del gobierno en una plantación de maní como parte de las actividades que se realizan en el país en el marco del Proyecto de Competitividad de la Agricultura en Pequeña Escala, financiado por el FIDA.

En los dos últimos meses, ha sido realmente inspirador recibir novedades relacionadas con la labor sobre el terreno que ilustran cómo los proyectos respaldados por el FIDA siguen ofreciendo a los agricultores y las comunidades rurales vulnerables el apoyo que tanto necesitan, a pesar de las complicaciones que genera la pandemia de la COVID-19. Pese a que gran parte del personal está trabajando en condiciones de confinamiento, se están brindando importantes servicios relativos a los proyectos. También me anima saber que muchos colectivos de apoyo a los medios de vida y grupos de productores que cuentan con el respaldo de los proyectos siguen llevando adelante sus operaciones. Estas agrupaciones coordinan actividades, como la venta de insumos, la gestión de las cosechas y la comercialización de los cultivos perecederos, que son fundamentales para los pequeños productores y agricultores. Este enfoque que se ha adoptado de “mantener la calma y seguir avanzando” da muestra de lo que representan estas organizaciones de propiedad de sus miembros y del modo en que estas empoderan a las comunidades pobres de las zonas rurales.

En Camboya, el Programa de Servicios Agrícolas para el Fomento de las Innovaciones, la Capacidad de Resistencia y la Extensión (ASPIRE) está mejorando rápidamente el apoyo que brinda para la producción de productos agrícolas básicos de ciclo corto, como huevos de gallina y hortalizas de hojas verdes, a fin de reducir el riesgo de escasez de alimentos. El ASPIRE y el Proyecto de Impulso a los Mercados Inclusivos para los Pequeños Productores, que también cuenta con el apoyo del FIDA, están registrando en la base de datos de un sistema de información geográfica la ubicación de todos los hogares relacionados con estas iniciativas, lo que ayudará a orientar la prestación de los servicios de extensión y de los proyectos, así como a facilitar la integración con otras bases de datos a fin de poder brindar servicios en línea. Además, el ASPIRE ha establecido un centro de atención telefónica para ayudar a los productores con las actividades de extensión. Gracias a una donación realizada por Corea, también se está desarrollando una aplicación de mercado virtual denominada Chamka. Estas son algunas formas en que las herramientas digitales permiten mantener la prestación de los servicios y el desarrollo de las cadenas de valor, al tiempo que se respeta el distanciamiento social.

En la India, los proyectos han venido concienciando y difundiendo información a los beneficiarios del FIDA acerca de la ayuda gubernamental disponible, y, al mismo tiempo, han venido adaptando las actividades de los proyectos en función de los cambios en las circunstancias locales. El Proyecto de Apoyo Integrado a los Medios de Vida, que opera en Uttarkhand, ha venido trabajando por conducto de los grupos de productores y las cooperativas de apoyo a los medios de vida para garantizar la continuidad de la cosecha del trigo y de la comercialización de los cultivos perecederos, para lo cual las cooperativas han comenzado a actuar como entidades agregadoras y las federaciones están transportando los productos a los puntos de comercialización locales. Además, el Proyecto está estableciendo incubadoras de empresas rurales a fin de centralizar en ellas la prestación de asistencia financiera y técnica a las personas interesadas en crear empresas, lo cual será particularmente útil para los migrantes que regresan. El Proyecto de Promoción de Sistemas Agrícolas Resilientes a los Efectos del Cambio Climático en las Tierras Altas del Nordeste, que opera en Mizoram, se ha visto beneficiado por las ideas rápidas de un equipo de trabajo establecido a nivel estatal para afrontar la crisis de la COVID-19. A partir de ello, se ha logrado distribuir a los productores suministros básicos de semillas (principalmente de jengibre, cúrcuma y mizo-chile) a tiempo para su siembra, y se ha podido conceder oportunamente fondos a los grupos de agricultores para la adquisición de insumos. Además, el Proyecto está dando prioridad a los cultivos de yuca en los sistemas de producción locales a fin de mejorar la seguridad alimentaria local.

En Bangladesh, el Proyecto de Competitividad de la Agricultura en Pequeña Escala y el Programa Nacional de Tecnología Agrícola están adoptando varias medidas para mantener el suministro de alimentos y las actividades productivas. Algunas de esas medidas consisten en ayudar a los hogares pobres a cultivar frutas y vegetales en sus jardines; distribuir semillas y fertilizantes a los agricultores, en especial para los vegetales de invierno y los cultivados antes del invierno; facilitar servicios seguros de transporte y logística para que los productos puedan llegar a los mercados (por ejemplo, servicios de recogida y refrigeración de leche); promover “mercados móviles”, en los que algunos productos, como leche, huevos y aves de corral, se venden en furgonetas móviles; y organizar sesiones virtuales de capacitación dirigidas a los productores.

También en Bangladesh, algunos proyectos ejecutados actualmente por el Departamento de Ingeniería de la Administración Local están agilizando los pagos a los trabajadores del sector de la construcción que han perdido sus empleos a raíz de la suspensión de las obras públicas; capacitando a los miembros de las sociedades de contratación de mano de obra sobre la COVID-19 y brindándoles a estas personas una cobertura de seguro; y ofreciendo a los hogares encabezados por mujeres que son especialmente vulnerables apoyo en efectivo y formación sobre actividades que generan ingresos. El Proyecto de Promoción de la Comercialización y las Empresas Agropecuarias, ejecutado por la Palli Karma Sahayak Foundation, se está centrando en prestar servicios seguros de transporte y logística para hacer llegar los insumos a los agricultores y los productos a los mercados en zonas rurales desfavorecidas, al tiempo que se respetan los protocolos de salud y seguridad.

Los proyectos que el FIDA ejecuta en China ya incluyen, desde su concepción, un gran énfasis en la reducción de la vulnerabilidad y la creación de comunidades e instituciones locales resilientes. Por ello, no han tenido que readaptar sus actividades ante el brote de la COVID-19, aunque se han ajustado a los cambios en las circunstancias. También se han observado buenos ejemplos de resultados sostenibles. El Proyecto de Mejora de la Infraestructura Agrícola y Rural en Hunan, que contribuyó a desarrollar la capacidad de las cooperativas de agricultoras, concluyó oficialmente en 2018. No obstante, las cooperativas siguen en pleno funcionamiento, y, tras la llegada de la COVID-19, sus integrantes comenzaron rápidamente a confeccionar mascarillas. También aprendieron a usar plataformas digitales para poder continuar con sus actividades comerciales pese a la imposición de restricciones a la circulación. En la actualidad, las integrantes de las cooperativas están utilizando plenamente estas plataformas para realizar tareas de promoción comercial y venta. Los proyectos también están aprovechando otras herramientas digitales, como los grupos de WeChat para facilitar las interacciones remotas, tutoriales en línea, procedimientos de evaluación de ofertas en línea para las adquisiciones, y herramientas de videoconferencia para mantener la continuidad de las operaciones.

En Bhután, el Programa de Fomento de la Agricultura Comercial y los Medios de Vida Resilientes, financiado por el FIDA, ha venido centrándose en aumentar la seguridad alimentaria y nutricional, especialmente con vegetales estacionales nutritivos. El Programa ha alentado el uso de tierras en barbecho para incrementar la producción. También se están introduciendo aves de corral como fuente local de proteínas en las localidades que abarca el Programa a fin de ampliar la diversidad alimentaria.

Los cuatro proyectos del FIDA en el Pakistán se están adaptando a los cambios en las condiciones, haciendo hincapié en las redes de protección social. El Proyecto de Apoyo a los Medios de Vida en Gwadar-Lasbela está ofreciendo donaciones a hogares extremadamente vulnerables para la compra de bienes que generen ingresos. El Programa Nacional de Salida de la Pobreza ha creado un paquete “mejorado” de medidas dirigidas a los hogares que viven en condiciones de pobreza extrema en los 23 distritos más pobres del Pakistán, el cual incluye una donación en efectivo, a fin de que los hogares puedan reducir al mínimo la venta de bienes a precios desfavorables. El equipo de la Iniciativa de Transformación Económica de Gilgit-Baltistán realizó una campaña de concienciación específica sobre la COVID-19 y ya ha reanudado su labor ajustándose a procedimientos operativos especiales. La Iniciativa está centrándose en construir carreteras que conecten las explotaciones agrícolas con los mercados, elaborar actividades que establezcan sistemas de riego y relativos a las tierras, y crear oportunidades de empleo para muchas personas que no han podido trabajar debido al confinamiento. Por último, el Proyecto de Alivio de la Pobreza en el Punjab Meridional, ejecutado en el Punjab, está respaldando una red de protección social dirigida a las mujeres de las zonas rurales, y se proporciona asistencia en efectivo a quienes asisten a actividades de capacitación profesional.

En Tonga, y a solicitud del gobierno, el Proyecto de Innovación Rural de Tonga – Fase II se está concentrando en dar respuesta a la COVID-19, por ejemplo ayudando a los productores a preparar la tierra, produciendo plantones y distribuyendo árboles frutales, vegetales y cultivos de tubérculos. Para afrontar las perturbaciones en la importación y distribución de alimentos, el Proyecto está ampliando su apoyo a los hogares rurales para hacer hincapié en los alimentos frescos, los tubérculos, el ganado y la pesca, que permiten atender la demanda local no satisfecha y aumentar la autosuficiencia de las comunidades.

Todavía queda mucho camino por recorrer hasta que salgamos de esta crisis sin precedentes, pero los proyectos en curso y los asociados de toda la región están mostrando un compromiso inquebrantable y encontrando formas seguras, innovadoras y flexibles de garantizar que las poblaciones vulnerables sigan recibiendo apoyo, sin perder de vista los objetivos de desarrollo a largo plazo.